"Cómo ha sido posible que seis músicos hayan logrado tal empaste musical y hayan podido tocar a toda velocidad canciones tan complejas".
Magnifica noche en la Sala Caracol con tres bandas participantes en el Prometheus Cinematic Tour. Los franceses Qantice, los italianos Temperance y la banda paralela de Luca Turilli quien ha decidido continuar con el nombre de Rhapsody previo acuerdo con sus antiguos compañeros, tal y como nos contó hace ya algún tiempo en la entrevista que puedes ver aquí.
Las puertas se abrieron a las 7,30 y Qantice comenzó justo a las 19,45; llegamos a tiempo para verlos pero no fotografiarlos. Nos llamó mucho la atención la violinista Yosh Otias y el vocalista Pellek quien hace unos años hizo su propio disco, Oceans of Opportunity, y al parecer, (me imagino porque no pude comentárselo), la banda le prestó interés y le ofreció el puesto. Completando el foco de atención el guitarrista Tony Beaufils, vestido de cuero blanco. Incluso Pellek pudo presentar “The Question”, de su primer álbum de estudio "The Cosmocinesy", con un inicio más tranquilo aunque el estilo predominante era el power metal.
Igualmente atractivos resultó el también pequeño set de Temperance quienes balancearon su propuesta musical entre sus dos discos, el homónimo de 2014 y Limitless del pasado año. Entre Chiara y Luca, vocalistas y el segundo también guitarrista, junto al intranquilo bajista Giulio, alegraron la noche mucho más dando un intenso espectáculo.
Comenzaron con “Oblivion” y ya a partir de “Hero” la voz de Chiara comenzó a llamar nuestra atención, mientras las canciones armadas con buenos riffs y partes pre grabadas muy bien sincronizadas, fueron captando la atracción del público. Algo más melódica fue “Amber & Fire”, antes de presentar “Save Me”, como el tema de su primer vídeo, más fácil, con sonido potente y melodía pegadiza. Marco tomó el micro para exaltar a la gente, lo cual no era tan necesario porque el público estaba muy atento. “Mr.White” sonó muy bien mientras llegaba el turno de la mejor canción de la noche, “Me, Myself & I”. Finalizaron cuando esperábamos mucho mas con “Déja vu” mucho más rápido que el resto.
Lo de Luca Turilli’s Rhapsody fue apoteósico. Llevo días pensando cómo ha sido posible que seis músicos hayan logrado tal empaste musical y hayan podido tocar a toda velocidad canciones tan complejas, logrando aunar las ejecuciones de los seis junto a pre grabaciones y dos coristas que en cualquier otro grupo y país hubieran sido vocalistas principales de cualquier banda, pero ya sabemos que en Italia los cantantes espectaculares nacen como aceitunas en el olivo.
Desde antes de comenzar, ya estaba listo el vídeo proyector que durante todo el concierto no pararía, con vídeo-proyecciones y toda una producción espectacular acorde con la historia de la banda y con, a su vez, la historia de su segundo trabajo, " Prometheus, Symphonia Ingnis Divinus".
La banda fue alternado canciones de sus dos nuevos trabajos: el bien recibido Ascending to Infinity y el más reciente que aun está caliente. Tampoco olvidó intercalar canciones de los ahora Rhapsody of Fire, como “Knightrider of Doom” y la muy bien recibida “Land of Immortals”.
Si bien está claro que un gran porcentaje de esta maravilla lo ha creado el guitarrista y compositor Luca Turilli, un punto de fuerza lo tiene el espectacular y casi sobre humano vocalista Alessandro Conti. Un hombre que cantó y llegó a lo más alto sin esfuerzo aparente, y mostró además poseer un buen carisma.
El segundo guitarrista Dominique Leurquin también estuvo muy activo, aunque en un segundo plano. Los coristas, la atractiva Soprano Emili Ragni y el tenor romano Riccardo Cecchi, entraban y salían con mucha discreción, pero cuando cantaban tal parecía que había un coro completo sobre el escenario. Canciones como “Aenigma”, “War of the Universe”, “Ira Divina” “Unholy Warcry” crecieron en directo mucho más que en disco. El dueto que en “Tormento E Passione” se marcaron Alessandro y Emilie dejó a más de uno con la boca abierta.
La sale ya estaba repleta y el publico respondía ante esa inmensa banda que pudimos ver. Lo más asombroso para mí fue la sincronización de los vídeos con la voz de Alessandro, el cual aparecía cantando en la pantalla al mismo tiempo que la música, esto ocurrió en más de tres ocasiones.
El primero solo de la noche, lo hizo Alex Landenburg con música de Juego de Tronos. También el bajista, Patrice Guers se lució en su instrumento. Cerraron con la clásica “Dawn Of Victory”.
Pero era solo un amago, como era de esperar, regresaron con la canción titulo del primer esfuerzo de Turilli con Rhapsody, “Ascending To Infinity” y otro clásico, “Emerald Sword”. En total 24 canciones que no me imagino cómo pudieron haber hecho cada noche durante toda la gira europea. Como todos los conciertos hayan sido así, Europa entera habrá visto la poderosa magia de los Rhapsody de Luca Turilli. Muchas gracias a David Esquitino y el resto del equipo por su labor en la organización de este concierto.