Hellfest 22 de junio

Llegué a la zona de prensa para esperar la actuación de Scorpion Child, sin  embargo, comencé a escuchar  algunas canciones de blues con cantante femenina y muchos aplausos, por lo que me acerqué al Mainstage 1 con curiosidad para ver a Blues Pills, una banda francesa que lo estaba haciendo muy bien y con mucho público a esta hora de la mañana, (11.20 a.m.). A continuación Scorpion Child arrancó con sus aires Zeppelianos setenteros, incluyendo vestimenta, y canciones como “Liquor”, “The Secret Spot” y “Polygon of Eyes”. Una banda vintage que se defiende muy bien.

Luego entraría Lofofora, otra banda francesa que también tenía mucho público esperando. Decidí escucharlos a lo lejos porque en los días anteriores me ocurrió que por estar viendo los conciertos el hambre me llegó a cotas inesperadas, y el calor y la sed llegaron a ser insoportables. La zona de restauración, palabra nueva para definir comida, estaba variada y bien surtida, pero este año demostró ser insuficiente ante la avalancha de público hambriento. No pasó lo mismo con la zona de bebidas, que casi nunca tuvo aglomeración.

Ya estaba de regreso listo para ver a Crowbar, que venía a presentar su fresco material bajo el nombre de Symmetry in Black.  Sin embargo, solo pude identificar de dicho CD a “Walk With Knowledge Wisely”. Otros temas fueron “Conquering”, “All I Have (I Gave)” y “Planets Collide” con la que cerraron su actuación.

A continuación vendrían Powerwolf. Pensaba verlos porque ya estaba allí y estaba esperando a Angra, no dándole mucha importancia  esta banda. Craso error. Una vez más un grupo cuyos discos no es que sean espectaculares, ofrecen un directo apabullante.  Con su estética de maquillaje blanco, vestimentas cristianas y algún que otro crucifijo extraviado, dieron un concierto rotundo.

Viéndolos con ese maquillaje, pensaba que esto sería una patraña como es Ghost en directo (dos conciertos que les he visto y han sido dos sumas de errores y falta de vida), pero no. Los músicos de Powerwolf son buenísimos y las composiciones elegidas suenan potentísimas. También ofrecen un concierto donde intentan que haya diversión,  bromeando aleatoriamente.

Attila Dorn tiene una presencia de estilo Pavarotti, y canciones con títulos como “Sacred & Wild”, “Resurrection by Erection” y “Raise Your Fist, Evangelist” se prestan para mucho juego y chistes, algo que aprovechan bien.  Para los finales se guardaron temáticas más fantasiosas como “Werewolves of Armenia” y “Lupus Dei” con la que finalizaron.

Le daban paso a Seether. Caramba amigos, ¡qué banda más muerta! Hicieron el repertorio casi que con desgano y muy poca comunicación con el público.  Al final, canciones como “Fake it” y “Remedy” levantaron un poco los ánimos, pero fue un concierto mejorable en muchos sentidos.

Todo lo contrario de Angra. La introducción del “Jerusalem” de Vangelis dio la entrada a una banda muy enérgica, que comenzó con “Angels Cry”. Con la segunda canción la audiencia respondió ya completamente conectada, fue “Nothing to Say”. El vocalista, nada menos que Fabio Lione en persona, defiende las canciones como si fueran hechas para su voz, ¡qué clase de cantante! No falló ni una milésima de segundo. 

Siguieron con “Waiting in Silence” y “Lisbon” con la audiencia entregada, ante la que presentaron “Spread Your Fire” y “Rebirth” donde mezclaron fragmentos de “Unfinished Allegro” para balancear  entre velocidad y armonía. Enlazaron con un impresionante “Carry on / Nova Era” donde Kiko Loureiro continuó demostrando que debería ser reconocido como uno de los mejores guitarristas de este mundo.

Me tomé un descanso, escuchando a los siguientes desde la arboleda cercana, ya que el sol y el calor estaban destruyendo hasta a los más resistentes. La organización del evento trajo a los bomberos para que nos regaran un poco, pues no solo el sol y el calor, también el polvo que se levantaba con todo el movimiento nos tenía asfixiados.

Myles Kennedy al frente de Alter Bridge demostró una vez más lo que ya sabemos, su depurada técnica y estilo vocal. Muy buen concierto, muy aplaudido desde el comienzo con “Addicted to Pain” de su reciente CD, Fortress, y “White Knuckles”. “Blackbird” baja un poco el voltaje, pero entre el agua de los bomberos y “Rise Today” la gente se estimuló como nunca antes y Myles se siente tocado por esas muestras de afecto, dando las gracias de todo corazón antes de cerrar con “Isolation”.

Annihilator era otra banda de las que generaban interés, Jeff Waters mezcló sabiamente canciones del Feast, como “Smear Campaign” con la que abrió, y “No way Out”, con clásicos que no puede dejar de tocar como “Alice in Hell”, “King of the Kill” y “Set the World on Fire”. Incluso mantiene en su repertorio composiciones que en disco no eran agraciadas pero que en directo funcionan como “Phantasmagoria” y “Human Insecticide”.

Megadeth, que estaban programados, se cayeron del cartel por problemas personales de uno de sus miembros que el resto del grupo respetó. En su lugar vinieron Dark Angel,  y realmente es un placer escuchar al gordo Gene Hoglan detrás de los parches junto a composiciones musicalmente aceleradas.  La pega se la debemos poner al vocalista Ron Rinehart. No es que cante mal, es que no ha adaptado el estilo vocal a los tiempos que corren, y sus timbres sonaban algo desfasados. Esta banda no edita nuevo disco desde 1991 con el espectacular Time Does not Heal y vivir del recuerdo para ellos no debe ser fácil.  Comenzaron con “Darkness Descend” y a pesar de la energía hubo poco mosh pit y stage diving casi nulo. No obstante la banda suena bien y está muy bien acoplada.

Behemoth comenzaron con unos gritos guturales y desde la salida de la banda, todos quedamos impresionados.  Si bien no se mueven mucho, van mezclando las canciones con detalles espectaculares, fuego y explosiones. Abrir el concierto con fuego y la conocida “Blow Your Trumpet Gabriel”, primer single extraido de The Satanist, fue apostar a ganar desde el primer segundo. Nergal mantiene esa mirada penetrante y el maquillaje tiene un gran efecto, sobretodo las manchas de sangre sobre la base blanca.

Tras la batería, completamente blanca, Inferno desarrolla su rápida pegada, mientras la banda va tema tras tema aumentando la adrenalina. En “Christians to the Lions” queman unas cruces y continúan con “Ov Fire and the Void” y una maniobra más peligrosa: poner fuego en los pebeteros adjuntos a los atriles de los micrófonos, permitiendo que el viento juegue con las llamas que se acercan dramáticamente a sus rostros.  Las impresionantes mascaras de estilo egipcio-sumerio no pueden faltar en “At the Left Hand ov God” y cierran con la plegaria “O Father O Satan O Sun”. Una muestra de cómo una música aparentemente sencilla en cuanto a acordes puede llegar a ser tan impactante utilizando los timbres adecuados.

Miles de personas esperaban a Soundgarden. En poco más de una hora, canciones tranquilas donde abundaron los clásicos. La banda acaba de sacar una re edición del Superunknown y lo defienden con cuatro de sus canciones: “Spoonman” y “Black Hole Sun” que no deben faltar en sus conciertos, y “The Day I Tried to Live” y “Felt on Black Days”.  Tampoco podían faltar “Rusty Cage” y “Jesus Christ Posse”. Concierto correcto con un Chris Cornell magnifico.

Emperor son los precursores del black metal sinfónico y una banda muy interesante, pero decidí cederle las primeras filas a los headbangers y balckmetaleros y irme a comer algo, preparándome para Black Sabbath, que tocarían de 11 a 1 de la madrugada, y Iced Earth. No llego a tiempo para hacer fotos, pero si para escuchar detenidamente canciones como “The Majesty of the Nightsky” y la interesante “I Am the Black Wizards”, cerrando tentativamente con la conocida “Inno a Satana”.  La banda regresa con “Ancient Queen” e Ihsahn, con su porte de intelectual con gafas de pasta, anuncia que tocaran una canción de su primer demo, pero no acabo de saber si se trata de la que han interpretado o de “Wrath of the Tyrant”.

Black Sabbath es una banda que pensé no ver nunca con su formación casi original. Una leyenda viva. El cáncer de Tommy Iommi nos arrebató esta posibilidad el pasado año, pero la dirección del Hellfest los contrató para esta edición.  Sabíamos que íbamos a ver historia y no esperábamos que la banda deslumbrara especialmente.

Durante la última canción de Emperor, en el Mainstage 1 ocurre algo espectacular. Primero un hombre y luego una mujer, escalan desde el escenario hasta lo más alto, poniéndonos a todos los pelos de punta. Y es que para este concierto, hay cañones de luces en lo más alto que se dirigen manualmente. Estas personas se suben y se posicionan en unos asientos desde donde dirigirán parte de la iluminación. Trabajo arriesgado. Desde que se encienden las luces y antes de que salga la banda, Ozzy comienza a alentarnos con las pocas oraciones que se sabe de memoria: “I can´t hear you… I cant´fucking hear you”. 

Black Sabbath comienza con “War Pigs” coreada totalmente y la segunda es “Into the Void”, mucho menos conocida. Hay todavía mucho más publico que las dos noches anteriores. Continuan con “Snowblind” antes de ir por primera vez al 13 y cantar “Age of Reason”. En su momento criticaron a nuestra web porque publicáramos una reseña de este disco escrita nada menos que por un fan de Dio, pero la puedes leer aunque sea por curiosidad.

Ozzy no canta, prácticamente habla, y a veces desafina un poco, pero la gente no está aquí para destacar estos detalles sino para ver a una de las bandas precursoras de todo lo que nos gusta en la actualidad, desde el stoner hasta el sludge.  Continúan con “Black Sabbath” y “Behind the Wall of Sleep” antes de pasar a “N.I.B.” donde Geezer Butler demuestra por qué siempre ha sido uno de los bajistas más venerados del metal.

“Fairies Wear Boots” es una de mis canciones favoritas y a pesar de que Ozzy prácticamente la caga, la disfruto muchísimo y ya la canto yo, -peor que Ozzy, todo hay que decirlo. Llega el momento de “Rat Salad” donde Tommy Cufletos ofrece un pequeño solo apoyado por el público antes de pasar a “Iron Man”.  Los momentos finales son para el single de 13, “God is Dead” y una engañosa  introducción de “Sabbath Bloody Sabbath” que da paso a una de las composiciones más sencillas y al mismo tiempo más populares de la banda: “Paranoid”.

Terminado el concierto me dirigí al  Mainstage 2 para conocer que el concierto de Iced Earth estaba cancelado. Una pena, podía dirigirme a ver a Opeth (que con el concierto desastroso que dieron hace dos años la verdad que no me llamaba la atención) o a Turbonegro, pero decidí irme a despedirme de Roger y los encargados de la prensa, recoger mis bártulos con calma y esperar el autobús de vuelta.

Un detalle que no quiero pasar por alto es la extrema educación de todos los asistentes, voluntarios y trabajadores aquí.  Una cortesía extraordinaria, donde todo el mundo pide permiso y perdón.  Incluso si pasando entre el público  tropiezas y pides perdón, te responden que no pasa nada. En la entrada de una calle por donde pasa la prensa y los músicos hay un guardia que lleva tres días y cuantas veces pasamos, nos da los buenos días, tardes o noches. La seguridad mantiene un trato exquisito.  Y es algo general, aunque siempre hay alguna bestia parda, algún borracho dando por culo, alguien que pasa empujando, pero es una inmensa minoría.

Todos hablan inglés, y si pides que te hablen en inglés o español enseguida lo intentan. También agradecen que trates de decir algo en francés, aunque sea un mísero bonjour o merci. También resulta agradable ver que todos están de acuerdo en ser fotografiados, no es como España que muchos dicen que fotos no, y no sé por qué. Aquí les dejamos algunas muestras de lo que he definido desde hace años como flora y fauna. Un festival donde hemos disfrutado de cada detalle y que recomiendo a todos. este año se vendieron 152 780 entradas, por eso veiamos mas gente que nunca. Mucha suerte y esperamos que sigan vendiendo entradas. Muchas entradas para los próximos años.

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