"Renacer Blues"
11 de Noviembre, Zentral, Iruña.
El Blues no se caracteriza por ser un estilo en el que sus músicos se puedan explayar técnicamente, en relación a otros estilos musicales. Un estilo nada barroco en el que prima el sentimiento frente a la técnica, al que es difícil de dotar de aditivos para poder diferenciarse del resto. Pero si además de sentimiento posees una técnica personal y un sonido característico es por seguro que vas a trascender. Es el caso de Walter Trout, un guitarrista con una técnica innata y un bluesman forjado en la carretera.
Y no solo un bluesman forjado en la carretera, sino en mil batallas sentimentales y físicas, de hecho su álbum publicado en 2015, 'Battle Scars', no es más que una crónica de su renacer tras estar a punto de “pasar al otro barrio” debido a una enfermedad que afectó su hígado y de la que se pudo recuperar gracias a un trasplante y un tratamiento pagado, en parte, por donaciones de fans.
Unos fans que han ido creciendo a partir de los 90 cuando formó su propia banda, tras dejar atrás su militancia en Canned Heat y dejar de compartir escenario junto a mitos como John Lee Hocker o Percy Mayfield. Fans que, en su mayoría, son especialmente del norte de Europa pero que no han dejado de crecer en otras partes del globo. También en Iruña. Y más concretamente en Burlada, puesto que la asociación Burlada Blues Bar eran los culpables de que esta noche pudiéramos disfrutar y descubrir de este auténtico bluesman.
Hacia las 20:00hs. la banda de Trout tomó el escenario ante una sala que parecía que no se iba a llenar nunca. Fue a hasta el último momento cuando el público decidió a entrar y disfrutar de temas como “I’m back”, clásico de Luthier Allison, “Have you ever loved a woman”, “Playing Hideaway” o “Tomorrow seems to be far away”.
Además de contarnos toda su dura experiencia hospitalaria en la que no era capaz de hablar ni andar, tras la que tuvo que ensayar seis horas al día para retomar su manera de tocar, nos presentó uno de los temas que aparecerán en su próximo disco, “Me my guitar and the blues”.
Pero fue el renacer musical que es 'Battle Scars' el que más protagonismo tuvo durante su set. No faltaron “Almost gone”, “Cold cold ground”, “Playing Hideaway” o “Tomorrow Seems So Far Away”.
Temas como “Life in the jungle” en la que el protagonismo recaía sobre una de las espadas de la banda de Trout, Teddy Andreadis que, pese a su envergadura demostró su valía en las teclas y en la harmónica, haciéndonos entender porque ha girado varios años junto a Guns and Roses o Alice Cooper. Pero, a juzgar por la camiseta tan kitsch que eligió para la noche, adornada con un toro y una bandera rojigualda, también demostró que la actualidad política de Navarra no es su fuerte.
Andreadis no es el único, en la banda de Walter Trout, que ha acompañado a músicos de alto octanaje. El bajista Johnny Griparic, cuya presencia en el escenario sirvió de alfombra para que las notas de Trout volaran en cada canción, también ha formado parte de las huestes de Slash, Nina Hagen o Ritchie Kotzen.
Ninguno de los tres músicos quedó infravalorado por Trout, el cual no dudó en llenar de halagos a todos y cada uno. También al batería que le ha acompañado durante más de una década, Michael Leasure que, al igual que el resto de miembros de la banda, nos regaló uno de sus solos.
Además de estos músicos de renombre, le acompañó en escena para interpretar varios temas con su Fender, Andrew Elt, road manager del grupo, que también cantó en un estilo muy rockero, o incluso heavy, un par de temas dejando al público de Zentral gratamente sorprendido, pues cuando no tocaba o cantaba con excelentes dotes vocales y guitarrísticas, “tiraba de cables” y se ocupaba de que todos los aspectos técnicos estuvieran correctamente. Y así fue, un sonido más que correcto, al que nos tiene acostumbrados esta gran sala de Pamplona, y unas luces que ensalzaron cada momento musical de manera sencilla pero eficiente.
Transcurrieron unas dos horas repletas de un blues en el que el potenciómetro del volumen de la guitarra de Trout no cesó de girar, técnica que le caracteriza sobre cualquier otra, quitando ataque en sus fraseos llenos de intensidad en la que apenas utiliza el dedo meñique de su mano izquierda (ni falta que le hace…). No faltaron guiños a sus colaboraciones anteriores junto a John Mayall, o viajes a las atmósferas de los Alabama State Troupers.
Hubo Groove, mucho rock, energía a raudales, voces a las que ningún micrófono es capaz de captar el sentimiento de Trout, pero sobre todo hubo mucho blues y mucho respeto por la tradición y la forma de sus raíces que quedaron patentes en el tema con el que terminó la noche, "Bullfrog Blues". Un clásico de William Harris y clásico de un estilo que, iniciativas como las que llevan a cabo asociaciones como la de Burlada Blues Bar, mantienen vivo. Tan vivo como un renacido Walter Trout.