Sala Mon, Madrid, jueves 23 de enero
Desde antes de la pandemia, DeWolff está haciendo sold outs por España, y esta gira demuestra que la banda sigue en crecimiento. En la sala Mon no cabía ni un alfiler y me consta que se fue estricto con el aforo permitido, pude apreciar a personal de la sala contando rigurosamente cada fan que entraba.
Al terminar el concierto, me di cuenta de que es todo un lujo que aún quede un grupo de rock sobre esta tierra que sea capaz de improvisar en directo, brindándonos cada noche momentos especiales y diferentes, algo que pensaba que se había acabado hace más de treinta años.
Trajeron de teloneros a sus buenos amigos de The Grand East que no es la primera vez que salen juntos a girar. He buscado los nombres de los músicos, pero en la web oficial no aparecen. Sin embargo, puedo imaginar que el vocalista es Arthur Akkermann, quien ya colaborara con DeWolff en el pasado y aunque no está incluida en 'Wolffpack', la canción si fue incluida en su famoso concierto en streaming de Utrech. Magnifica banda que dice tener influencias de la Velvet Underground y que en directo son más que convincentes. Habrá que escucharlos más allá de sus videoclips. Les dejo un streaming del año pasado.
En cuando a DeWolff, el cariño que le tiene la audiencia se manifestó desde que abrieron con “Night Train” y fue creciendo hasta los bises. Aunque “Love, Death & in Between” fue grabada por once músicos, presentaron las canciones del mismo como siempre, en formato de trío. Los músicos hicieron arreglos a las canciones para que las partes grabaran por otros no se echaran en falta, y lo hicieron muy bien.
Geniales interpretaciones basadas en sus discos más recientes, destacando “Night Train” con esa entrada a lo James Brown hecha por Pablo, “Will O’ The Wisp”, que en estudio es algo menos vivaz, pero en directo le agregan unas improvisaciones intensas, sobretodo a la guitarra donde se aprecia el amor de Pablo Van de Poel por Allman Brothers.
Otro momento impresionante fue el solo de teclado de Robin Piso, donde mostró todo su arsenal, por momentos me imaginé escuchando a Jon Lord en 1970 con sus timbres de Hammond clásico. Su solo fue la entrada de “Tired of Loving You” que en su sentimiento nos volvió a dejar con el corazón bombeando aceleradamente. Canciones que en directo crecen exponencialmente y que demuestra que DeWolff es una banda para ver más que para escuchar en el salón de tu casa.
Me confesaba Robin Piso que cuando fueron a grabar “Message for my Baby” decidieron improvisar, más que un duelo una batalla, entre guitarra y teclados. Que cada noche improvisan esa parte, recordando más o menos lo que grabaron, pero haciéndolo según el estado de ánimo. Aquí fue excitante, con una interpretación genial. Luka Van de Poel extendió la introducción de "Message for my Baby" dando paso a la canción incluyendo una enérgica improvisación que llegó a los 10 minutos y fue la despedida del concierto.
Cuando la banda regresó para los bises, nadie imaginaba lo que venía. Pablo lo anunció: “Vamos a tocar una canción que a veces dura dieciséis minutos, a veces dura veinte minutos. ¿Estáis listos para ella?” y así comenzó “Rosita” con sus constantes cambios de ritmo, con unos arreglos a trío que mantuvo a la audiencia en vilo hasta el final.
Terminado el concierto, la fila para comprar merchan de DeWolff era tumultuosa. The Grand East también estaba vendiendo su material, pero a pesar de la calidad de ambas bandas, la gente apostó por la más conocida. ¡No importa! Ambas formaciones van subiendo y espero algún día los teloneros, que solo tienen dos discos, estén al nivel de sus compañeros de gira en cuanto a popularidad y favor de la audiencia.