18 de Diciembre 2013
Kafe Antzokia
Bilbao
Fotos: Juan Raúl Fernández
Este Miércoles se dejaba caer por Bilbao el reputado rockero sueco Andreas Tyronne conocido coloquialmente como Dregen y reconocido especialmente por su presencia en su banda principal los afamados Backyard Babies y su colaboración en los dos primeros discos de The Hellacopters.
Con esa presentación, poco más creo que se puede pedir para una noche de buen rock nórdico. En esta ocasión, Dregen se ha desligado actualmente del otro proyecto donde anda trabajando, la banda de Michael Monroe, donde anda metido tras el parón temporal de Backyard Babies, con el fin de poder enfocarse plenamente en su proyecto personal. Tras la gira de despedida temporal que se curraron con Backyard Babies, hemos visto como sus dos principales piezas se han dedicado a tocar otros palos. Nicke Borg ya nos sorprendió con sus nuevos temas y disco en solitario, por lo que era que esperar que Dregen saliera pronto a la palestra. En esta ocasión Dregen se ha rodeado de un buen elenco de personalidades y amigos de su entorno, entre los que se encuentran músicos de la talla de Sami Yaffa, Michael Monroe, Dan Jones y por supuesto su buen amigo Nicke Andersson.
Sin perder de vista a este último, la gira inicial contaba con la nueva banda de Nicke Andersson compartiendo tablas con la de Dregen, en una gira que se antojaba como una bonita golosina para todos los entusiastas de este género y que compartía en el mismo escenario a los dos músicos dando caña al mismo tiempo. Por desgracia, las fechas de la península donde concluía la gira no contaron con la presencia de Imperial State Electric, quienes estuvieron hace pocos meses y quienes puedo adelantar que estarán nuevamente dentro de muy poco presentando su nuevo disco “Reptile Brain”.
De vuelta, a lo que nos ocupa, Dregen venía a presenta su disco en solitario y que lleva de título también Dregen. El disco como ya analizamos es un amasijo de temas de muy distintas vertientes donde el músico hace una síntesis de varios de los estilos que adora, a pesar de las diferencias sustanciales que hay y lo que aporta una tremenda variedad al lanzamiento. Variedad tan tremenda que hasta me parecía que podía ser una barrera a la hora de casar el setlist que iba a tocar en directo.
A un rato escaso de las 21:00 h nos acercamos unas cien personas al Kafe Antzoki para ver que nos deparaba la noche. Como ya me temía, la entrada de seguidores iba a ser bien distinta a la que vimos cuando estuvieron Backyard Babies, bolo que consiguió petar el teatro colgando el sold out y dejando a unos cuantos seguidores de los que pillan entrada a última hora con la miel en la boca, fuera de la sala.
Con un decorado, con la cara de Dregen al igual que la portada y unos cañones de humo, tenían medianamente listo el escenario. Llamaba la atención el parche que recubre el bombo de la batería que pertenecía a Imperial State Electric y que hizo a más de uno preguntarse si habría posible colaboración, cosa que como sabíamos por adelantado, no iba a ocurrir esa noche.
Con puntualidad suiza, aparecían los suecos a la hora estipulada para abrir el recital con el primer tema del nuevo disco, “Divisions of me” donde aparecía el propio Dregen demostrando ese coraje y garra que le caracteriza en directo, tratando de empujar a esa novata banda que se ha traído y que está muy a falta de rodaje. El propio Dregen había anunciado que su banda es desconocida pero que a finales del tour, habrían hecho méritos para tener una buena reputación. Sin entrar ahora mismo en valoraciones musicales, puedo anticipar que la banda está muy lejos de dar la talla en directo y personalmente creo que Dregen se la ha jugado mucho, sobretodo si consideramos que muchos de sus apoyos, son fans de Backyard Babies donde todos sus miembros juegan una gran baza en directo. Por suerte la profesionalidad de Dregen está fuera de dudas y supo imponer su vigor y dinamismo durante todo el concierto sin parar de hacer muecas, saltar, bailar y dirigirse al público allí reunido.
El segundo corte fue “Just like that” tema pegadizo y resultón, pero de calidad y que también cuajó bien. Quedaba claro que la apuesta era en serio y venían a presentar su nuevo lanzamiento. Con intención de que no bajara ni un ápice la intensidad del concierto saltó al séptimo corte del disco “One man army” donde hacen un claro y quizás descarado guiño a Alice Cooper. A continuación cayó una deslavazada “Bad Situation” que además supondría la previa al primer corte clasicazo de la noche. Dregen tiraba de repertorio para rescatar una interesante “Star War” de su “Making enemies is good”, los fans de Backyard Babies comenzaban a empujarse.
Después del subidón lógico, la banda aprovechaba para colarnos casi todo el disco que presentaban, y donde habría muchos altibajos debido al estilo tan diferente de temas y que como comentaba anteriormente acabó siendo crucial en el desarrollo del directo, haciendo perder la intensidad durante un buen trozo de este bloque que contenía Soulseller del “Paying the dues” de The Hellacopters con su correspondiente bienvenida y un cierre de concierto con “Minus Celsius” de Backyard Babies con una soberbia interpretación a la voz del propio Dregen que nos hizo olvidarnos totalmente de Nicke Borg y que supuso probablemente uno de los puntos más álgidos de la noche.
Tras la correspondiente despedida, la banda reapareció para un par de bises con un Dregen juguetón con su característico sentido del humor que aparecía agazapado entre los amplis. Como cierre final otro guiño a la época de The Hellacopters en esta ocasión la conocida “Gonna get some action” del “Super Shitty to the max” con todo el recinto volcado y “Mojo’s gone” de su último lanzamiento que apago el concierto poco a poco, como la propia canción.
Como justa conclusión, resaltar que fue una noche de buen rock, pero que no dio para más comentarios. A mi juicio hubo algunos errores de libro que ni el dinamismo, ni el brío de Dregen pudieron compensar. El setlist debía estar mejor compensado y tres o cuatro temas más de Backyard Babies, en especial algo de material de los dos primeros álbumes habrían cambiado mucho la noche. El otro factor clave fue la banda. Por lo menos un miembro más de peso tendría que haber sido parte de la alineación, que pasó con más pena que gloria, y que aunque manejen bien sus instrumentos, andan demasiado verdes como para soportar tanto peso en escena. Debería de tomar buena nota de su amigo de Imperial State Electric quien ha sabido rodearse de auténticos fieras tanto musicalmente como para sus directos.
Por lo demás, un placer ver a este pieza de nuevo por aquí y esperemos que siga como siempre dando caña, con esa entereza y valor que el posee cuando actúa.