AOR y Hard Rock del bueno en grandes dosis
Aunque habíamos coordinado la asistencia a este concierto con Axel Wiesenauer de Rock and Growl con bastante antelación, problemas de última hora me remitieron directamente al vocalista de Houston, el educado y cortés Hank Erix, quien le solicitó personalmente nuestra acreditación a Nora Abad de Rockhunters quien prontamente me contactó para asegurar nuestra presencia. Muchísimas gracias a estos tres amigos por su atención a nuestro medio.
Era la primera vez que me enfrentaba a Tokio, quienes presentaban su nuevo Ep Gen Egoísta. Desde el 2013 en que tres de los miembros originales decidieron reunirse, la banda ha estado trabajando por agrandar su presencia. No han querido vivir del pasado y los recuerdos, por eso en este concierto de solo nueve canciones, cuatro son recientes y solo cinco de la vieja etapa. Casi un 50 por ciento para mantener a todos contentos, lo cual se pudo apreciar en la sala.
A pesar de ser teloneros, la Live estaba casi al completo cuando comenzaron su actuación, señal de que tienen tirón. Incluso algunos amigos me confesaron que estaba allí por Tokio y no “por los suecos”.
El grupo desde el inicio comenzó dándolo todo, destacando Manuel Escudero a la voz, que aun mantiene ese timbre y esa fuerza de finales de los 80. Abrieron con uno de sus clásicos, “Love Story in Tokio”, para continuar con la recién estrenada “Ladrones de Sueños”.
Los músicos de Pinto continuaron con otra de las nuevas, “Triste marioneta”, con el publico valorando positivamente las composiciones más frescas, que suenan muy similares al antiguo material, con la diferencia de que estas son cantadas en español, a diferencia de algún material clásico como “Don´t Leave” y “Do it” que también se escucharon esa noche.
Junto a Escudero se mantienen los veteranos Juan Carlos Martin (Guitarra) y Alberto Fernández (Teclados) -aunque para esta noche lo sustituia Santi Novoa-, y los nuevos integrantes Lolo Quintanar (Batería), y Julio Bajo (Bajo). Cerraron con “Encadenado a ti” del nuevo EP y el clásico “Do it” en una actuación algo lastrada por problemas de sonido no inherentes al grupo sino a las condiciones de la Sala Live, donde si te pones frente a la banda, pierdes parte del sonido y si te pones al final, hay momentos de saturación, algo que no creo tenga solución.
Los músicos de Houston no se hicieron esperar, poco más de 10 minutos les tomó estar listos. Me llamó la atención comprobar que el bajista Soufian Ma'Aoui es ligeramente más pequeño de lo que pudiéramos apreciar por los videos, y además, que a pesar de sus tatuajes y abalorios, parece ser bastante tímido.
La banda arrancó con “Glory” y llamaba la atención que la población femenina en la sala alcanzaba casi el 50 por ciento del total. Aquello estaba repleto de chicas, la mayoría de ellas ya de edad adulta. El grupo continuó con una de las canciones más recientes, “Don´t Look Back”, que como nos comentara en propio Hank Erix en reciente entrevista, nada tiene que ver con la canción del mismo nombre de Boston.
Y es algo que a veces tiende a confundir: los títulos de varias canciones de Houston sumado al hecho de que ellos tienen dos discos de versiones, por ejemplo, “Carrie” no es la canción de Europe, sino una composición de Michael Bolton, y “Runaway” no es la canción de Bon Jovi sino la de la banda Dakota, y por supuesto, “On the Radio” no es la canción de Donna Summer. Lo que ocurre es que Houston tiene hasta el momento dos Cd’s, Houston I y II y dos discos de versiones, Relaunch I y II y su pasión por canciones de toda la vida se mezcla con composiciones propias que también tiene todos los ingredientes necesarios para convertirse en grandes éxitos.
Así es con “Truth Slips”, “Standing on the moon” y “Return my heart” que sonaron esa noche, y las dos que cerraron el concierto, “Hold on” y “1000 songs”. También me llamó la atención que el público se supiera todas las canciones y aunque cuando Hank hablaba casi nadie comprendía lo que decía, no se perdió la magia.
Hubo un solo de batería a cargo de Oscar Lundström, que no tendría mucha razón de ser por su simpleza, sino fuera por el apoyo del bajista Soufian Ma'Aoui, que demostró ser un músico excepcional tanto en esos momentos como a lo largo de todo el set. Los teclados son una parte importante de la música de Houston y tras ellos, haciendo también coros muy efectivos, estaba Victor Lundberg. Pensé que el guitarrista era el habitual Calle Hammar, pero Nora me confirmó que no, que habían traído para esta gira un sustituto cuyo nombre les diré tan pronto lo sepa. Lo que si me llamó la atención de este sueco alto y rubio fue su estilo muy similar al del maestro John Norum, coterráneo y miembro de los ya mencionados Europe. Y tal vez haya sido por eso que esta noche vi a Houston como si fueran unos jóvenes Europe, y con el mismo exitoso camino de futuro.
Cantaron en sueco una especie de feliz cumpleaños a Nora Abad de Rockhunters, y al finalizar “Return my Heart” preguntaron si queríamos más canciones y nos contaron como se dice “otra mas” en sueco. Tampoco entendimos muy bien, pero lo disfrutamos igualmente.
Uno de los momentos más estelares fue cuando interpretaron “Love is Blind”, con esa fuerza de teclados, una joya oculta del AOR. La banda se despidió anunciando su merchandizing y comentando que firmarían los discos, camisetas y todo lo que los fans quisieran.
Al salir, me encontré en el metro de Carabanchel a dos asistentes al concierto. Una rockera morena de chaqueta blanca, y un fan que había comprado ambos discos de la banda y no había podido esperar a llegar a casa para abrirlos y echar una mirada al libretillo.