Entregados al Caos y la Brutalidad
El pasado domingo 5 de diciembre era un día gris y lluvioso. Un día perfecto para poder acercarse a la sala Chango a contemplar como cuatro pedazo de bandas que nos ofrecían su versión de la brutalidad hecha música. Dentro de la gira europea que los alemanes Caliban están realizando junto a los norteamericanos Suicide Silence, al cartel se les unieron los también germanos To the Rats and Wolves y los madrileños Brothers Till We Die.
Con casi puntualidad británica, saltaban al escenario Brothers Till We Die. Con algunos pequeños problemas técnicos, casi característica principal de las bandas que suelen abrir este tipo de conciertos, Felipe Alemán, Mario Vian, Edu Barber, Sergio Sionker y Pablo Martín salían a comerse la sala con la furia con la que nos tienen acostumbrados en sus conciertos. “Tony Montana” destapaba la caja de los truenos de esta joven banda que, a base de trabajo, está empezando a recoger frutos como el haber fichado recientemente con Sobry Music el cual, les va a dar un gran salto de calidad.
El quinteto madrileño no daba tregua y temas como “Cain et Abel”, “Bonebreaker” o “Real Eyes Realize Real Lies” iban calentando al personal que se dio cita en la sala madrileña que ya a esa hora, comenzaba a ser numeroso. El grupo no paró un segundo de moverse a pesar del cansancio que traían acumulado de tantas horas de viaje tras haber descargado en Zaragoza y Barcelona las dos noches anteriores y eso es de agradecerles enormemente. También hubo tiempo para presentarnos algunos de los nuevos temas como “Back in the Game” cuyo video acaban de estrenar o “The Thin Line Between Death and the Inmortality” que irán en su próximo trabajo que comenzarán a grabar en Enero.
Tras un pequeño descanso para realizar algunos cambios, saltaban al escenario los alemanes To The Rats and Wolves con su metalcore electrónico con la característica de tener dos cantantes, Dixi Wu y Nico Sallach que se reparten por igual los tonos cafres dejando la parte más melódica para el segundo. La banda venía con su último trabajo Dethroned aunque su show se basó sobre todo en su anterior CD Neverland, y no pararon de derrochar energía en el espacio que duró su repertorio.
Tras una intro, comenzaron con “Riot” para después, hacernos bailar con “Blackout” y corear su pegadizo estribillo. Continuaban con “Wild at Heart” y “Starting all Over”. Entre tema y tema, el bajista Stanislaw Czywill no paro de derrochar simpatía pidiendo a la gente que le dejasen el móvil para hacerse selfies. Con “Anywhere For You” y “Suburban Romance” los alemanes pondrían punto y final a una actuación que les sirvió para presentarse al público madrileño y que pienso que es una banda de la que se va a hablar más adelante ya que tienen ese punto comercial que les puede abrir alguna puerta más.
Ya con la sala llena, quedaba poco para que esta se viniera, literalmente abajo. Llegaba el turno para los norteamericanos de Riverside (California). Con la misma puntualidad que los anteriores grupos, Suicide Silence se presentaban en la capital para reventarnos los cuellos. La banda de deathcore, no dio ni un respiro a los que nos dimos cita en la Chango. No pararon un segundo de moverse con un Chris Garza inmenso, perfectamente secundado por Mark Heylmun en las guitarras junto con el trabajo salvaje tras la batería de Alex López con Dan Kenny completando la base rítmica. Comenzaban con “Unanswered” de su álbum debut “The Cleasing”. “Wake up” y “Fuck Everything” nos lanzaban golpes de brutalidad con un Hernán Hermida desatado que no bajó la intensidad del concierto ni un solo segundo ganándose al público desde el primer tema y más aun por el hecho de hablar español debido a su origen venezolano.
La salvaje “You Can´t Stop Me” junto con “Scared Crow” nos ponían en la mitad del concierto de los californianos donde Hermida hizo la ya clásica comparación con el público que la noche anterior acudió a visitarles en Barcelona haciendo una referencia al momento futbolero del sábado. Los primeros “Wall of Death” de la noche comenzaban a producirse en la sala con “Disengage” tema que cierra su segundo trabajo “No Time To Bleed”. Le siguió un “Slaves To Substance”, sencillamente brutal. Poco a poco se acercaba el final de la descarga de Suicide Silence y era el momento en que Hernán Hermida nos presentase el tema “Doris” que entrará a formar parte de su nuevo trabajo que verá la luz en 2017. “No Pity For a Coward” y “Yolo” pondrían el broche final a una descarga que, personalmente, me supo a poco pero, como dice el dicho, lo bueno si breve, dos veces bueno y es que, estoy deseando ver de nuevo a estos cinco animales como cabezas de cartel.
Llegaba el momento de Caliban, cabezas de aquel cartel donde primó el caos y la brutalidad. Ya con el escenario entero para ellos, los cinco músicos de Hattingen (Alemania) saltaron con “Memorial” dispuestos a no bajar ni un ápice el volumen dejado por las tres bandas anteriores. A partir de ahí, los alemanes dieron un señor recital. “Walk Alone” y “Love Song” continuaban sin darnos tregua para dar paso al último single de la banda “Paralyzed” de su último álbum Gravity. Andreas Dönner, no paró un instante de golpearnos con sus brutal voz mientras el guitarra Denis Schmidt le secundaba a la perfección en las voces melódicas, como ocurría en las increíbles “Devil´s Night” de su penúltimo trabajo Ghost Empire o “Dave Jones” de I am Nemesis. Entre tanto, Marc Görtz y Marco Schaller no dejaron de moverse de un lado a otro del escenario mientras Patrick Grün sonaba devastador tras su set de batería
Con “King” y “Mein Schwarzes Herz” entrabamos en la recta final de la descarga de los germanos. Con “We Are The Army” llegó uno de los momentos de la actuación de Caliban ya que, junto a Andreas, subieron a cantar el tema Felipe Alemán de Brothers Till We Die y Dixi Wu de To The Rats And Wolves. Quizá se echó de menos a Nico Sallach y Hernán Hermida para completar el quinteto vocal de la noche. Tras esta demostración de fuerza vocal, Caliban se marcó un cover del tema “Sonne” de sus compatriotas Rammstein el cual, yo habría sustituido por otro tema propio ya que es una canción que bajó un poco de intensidad para mi gusto. Intensidad que subió de nuevo con el temazo “Nothing Is Forever” de su tercer trabajo The Undying Darkness, perfecto para cerrar un concierto que no defraudó a nadie.
Resumiendo, asistimos a un gran concierto en líneas generales con un cartel de lujo por un precio más que asequible y que quizá si hay que poner algún pero, fue la corta actuación de Suicide Silence.