Viernes 24 de Febrero 2017
sala La Riviera, Madrid
Mucho se esperaba de la última venida de los capos del Thrash alemán hasta nuestro país. La excelente forma que han demostrado con su reciente Gods of Violence, así nos lo indicaba. Un gigantesco trabajo que ha vuelto a poner a Kreator, como paradigmas de un estilo que nació en Estados Unidos hace más de tres décadas, pero que muchos consideran perfeccionado una vez que salto el charco del Atlántico.
Junto a los de Mille Petrozza, llegaría hasta Madrid un poderoso trio de combos extremos, para aportar variedad a la contienda. Por un lado los hipertecnicos Aborted, seguidos muy de cerca por los suecos Soilwork y rematando a lo grande, los totems del Thrash carioca, Sepultura. Un auténtico minifestival de un solo día, que reventaría la céntrica sala Riviera, y nos permitiría disfrutar de más de seis horas de delicado Metal extremo.
Abrirían la lata entre tinieblas, los legendarios Belgas Aborted, una de las bandas más reverenciadas cuando uno se refiere al Death Metal técnico, quienes contarían con escasos veinte minutos para desplegar su atropellante propuesta. Centrarían casi todos sus esfuerzos, en presentar como se merece su último Retrogore, haciendo que sus minutos girasen en torno a los blast beats y contras que componen esta celebrada obra del año pasado. Sonarían correctamente y serían contemplados, por bastante más gente de lo esperado, para lo pronto que subieron sobre las tablas.
Sin demasiada dilación, llegaría el turno de que Soilwork pusiesen la nota Melodeath a la velada. Los de Helsingborg, darían un certero repaso a su carrera en la escasa media hora que les dejaron oficiar. Tendrían tiempo de acordarse de su popular Stabbing The Drama, tener un par de guiños a la vieja guardia con dos cortes de sus primeros trabajos y presentar tímidamente su último Ride Majestic, con el tema escogido para saltar sobre las tablas de la Riviera. Clavarían todas y cada una de las partes que los temas encerraban, a pesar de verse obligados a deambular entre sombras. Me trasmitirían cierta nostalgia, por la cantidad de miembros que han ido perdiendo por el camino, y la extraña sensación de que sus mejores momentos, volaron hace unos cuantos años.
De manera diferente apelarían a la nostalgia Sepultura, mostrándose decididos a la hora de presentar su último Machine Messiah, con más de cuatro cortes del mismo, pero terminando su comparecencia con una imparable salva de clásicos históricos. De esta manera harían las paces con los fans de los últimos tiempos, y clausurarían sus minutos arengando a la sala entera, entre pelotazos como “Arise”, “Refuse/Resist” o “Inner Self”. Sus dos últimos momentos vendrían desde lo más profundo del Roots, recordando orgullosamente el disco que marcó un punto de inflexión en su carrera, el que aun hoy en día es considerado su obra cumbre para las corrientes más generalistas, y con el que conquistaron millones de corazones a finales de los noventa. Para muchos acabarían siendo los ganadores de la noche, por la apabullante manera de cerrar que ofertaron.
Llegaría el turno para los cabezas de cartel, los alemanes Kreator, quienes presentarían con todos los honores su flamante Gods of Violence, entonando aquello de que Satan es real, recordando a los hermanos metálicos caídos y honrando entre cabalgadas power metaleras, a las hordas que les siguen. La puesta en escena sería cuidada al detalle, adornando el escenario con pantallas que ilustraban cada nuevo temazo, lanzando confeti para presentar la velada y humo justo antes de que “Phobia” saltase sobre los presentes.
La hora y media larga que dispondrían los de Essen, se pasaría en un abrir y cerrar de ojos, inundando la noche de conveniente Thrash germánico, demostrando que siempre han sido el buque insignia del estilo, en lo que a Europa se refiere, reafirmándose como la única respuesta posible, frente al poderoso Big Four yankee.
Sería especialmente celebrada la llamada a los “People Of The Lie”, remarcando el poderoso carácter critico que esta banda siempre ha mantenido a lo largo de los años. Rescatarían himnos de nuevo siglo como “Phantom Antichrist” o “Enemy Of God” y hasta tendrían el detalle de mentar su primer redondo, mediante la inmisericorde furia maketera de “Total Death”. “Extreme Agression” volvería a ser sin embargo, su puntal para el directo, preguntándonos como de costumbre, como de cabreados andábamos con el mundo ese día.
Los bises serían una locomotora sin frenos, impulsada con buen tino por la Revolución Violenta y rematada salvajemente por un “Pleasure To KIll” inmaculado. Por el medio, habrían tenido tiempo de alzar la bandera del odio sobre la Riviera. Una bandera que los Kreator siguen ondeando orgullosos y desafiantes, a pesar de las hostias que les han ido cayendo desde los sectores más true del panorama metálico. Unos sectores que sin duda, vieron en Madrid a una banda desdibujada por los años y el éxito, mientras el resto veíamos unas leyendas que continúan reinventándose pasados los cincuenta. Unas leyendas absolutas del Thrash Metal mundial.