26 de Abril de 2017
Sala La Rivera, Madrid.
Muchísimas ganas y expectación había por recibir a uno de los estandartes del metalcore actual. Los chicos de Byron Bay llegaban a Madrid tras su paso por la ciudad condal dentro de esa serie de conciertos que configuran el Resurrection Route y que sirven de aperitivo para lo que será la cita veraniega en Viveiro. Y es que, Parkway Drive, como se suele decir en estos casos, llegó, vio y venció.
Lo primero que quiero, es agradecer a los compañeros de Metal Symphony el que nos cedieran algunas fotos del concierto ya que, un servidor, tenía la cámara fuera de juego.
La velada la abrían los chicos de Washington, Darkest Hour. No pudimos ver el show al completo, pero si pudimos apreciar que, a pesar de no gozar con la mejor calidad de sonido, John Henry y sus chicos, trataron de hacerlo lo mejor posible. Con un aforo corto pero entregado, Darkest Hour recorrieron parte de sus ya más de quince años de historia con un set de poco más de 30 minutos. Temas como “Knife in the Safe Room”, “No God” o “Savor The Kill” sonaron aquella noche en Madrid. Sin ser el mejor de sus conciertos, Darkest Hour si supo dejar caliente a la audiencia que poco a poco iba en aumento ya que llegaba el turno de Stick To Your Guns.
Los californianos salieron, literalmente, a destrozarnos. Se les nota que están perfectamente engrasados. Una verdadera máquina que mezcla hardcore con metalcore y algunos tintes punk. Stick To Your Guns no pararon de saltar y moverse en un escenario que se comieron con un Jesse Barnett sublime en su labor de director de orquesta. El set de STYG duró unos 45 minutos y lo abrieron con “Bringing You Down” seguida de “Empty Heads”, ambas pertenecientes a su trabajo del año 2012, “Diamond”. La banda de Orange County, baso gran parte de su set en su último trabajo “Disobedent” que data del 2015. Trallazos como “Nobody”, “Nothing You Can Do To Me” o “I Choose Nothing” hacían que se formasen grandes Circle Pit. El personal no paraba de botar al ritmo que marcaba la banda y, es que, Stick To Your Guns se marcaron un bolazo en toda regla. Se les notaba felices y eso se trasladaba al público. “Amber” y “Against Them All” fueron las encargadas de poner el broche de oro a la gran actuación de los californianos que les pusieron a Parkway Drive un público totalmente entregado.
Tras un cambio de escenario y una puntualidad casi inglesa, llegaba el momento de la noche. Parkway Drive aterrizaban en Madrid con su 'Unbreakable European Tour' para darnos en toda la cara con esa manera magistral de disparar metalcore. He de decir que el sonido, fue brutal durante toda la descarga, quizá un poco sobrepasado de volumen. La banda abusó mucho de los azules en cuanto al juego de luces, algo que dificultó bastante el trabajo de algunos fotógrafos como así me comentaban. Aun así, Winston McCall y sus soldados, se marcaron un concierto impresionante, lleno de fuerza y de lo mejorcito que he visto últimamente.
El primero que apareció fue su guitarrista Jeff Ling, que no paró de sonreír en todo el concierto, para aportarnos las primeras notas de “Wild Eyes” que sería la encargada de abrir la descarga de los australianos. La seguirían la brutal “Dedicated” y “Carrion” que sonó increíble con ese tándem en las guitarras que formas Ling y Luke Kilpatrick. McCall estuvo sensacional durante toda la noche y Ben Gordon demostró ser una auténtica apisonadora tras la batería. Con “Vice Grip” llegó uno de los momentazos de la noche con la gente coreando el coro junto a la banda. “Dark Days” nos regresaba a la brutalidad para después, darnos “Idols and Anchors” y hacer que de nuevo los allí presentes coreásemos su melodía como intro al tema.
El público no paró de realizar circle pits, walls of death y de saltar con cada tema con que nos disparaban los de Byron Bay. Llegaba el momento de recordar su tercer trabajo, “Deep Blue”, con “Karma” y “Sleepwalker” para después, darnos un momento de relajación con la magnífica “Writings on the Wall” de su último trabajo “Ire” para, después, dispararnos tres trallazos como son “Swing”, “Destroyer”, para mí, de lo mejorcito de su último disco y que sonó salvaje, y “Boneyards” antes de retirarse momentáneamente para reponer fuerzas ante lo que se iba a venir encima. Y, es que, el broche final a esta lección de brutalidad la pusieron, como no pudo ser de otra manera, “Crushed”, “Romance Is Dead” y “Botton Feeder” que puso la sala patas arriba.
Sin duda, un concierto para recordar y deseando que Parkway Drive vuelva a pisar nuestras tierras para impartirnos nuevas lecciones magistrales de su metalcore.