Tracklist:
01. Electric Jungle 01:30
02. Crying on the Bedroom Floor 04:08
03. Crazy World 05:02
04. Symphony 03:33
05. Son of Mine 04:44
06. Lilly and the Old Man 04:03
07. Inner Voice 03:45
08. High Heels 03:21
09. Wings for an Angel 04:33
10. Save a Little Love 03:29
11. Kill the Noise 04:26
12. You Break the Silence 03:37
13. Say Goodbye 04:31
14. King Ocelot 00:56
Hace cuatro años nuestro amigo David Peñuelas escribió una crónica sobre el concierto de The Val en la Sala Arena. Desde aquel tiempo no habíamos sabido más nada de la banda hasta que otra amiga, Elena Gonzalez de The Fish Factory, nos envió un presskit de “King Ocelot” tercer trabajo de este grupo del cual nos enteramos por la hoja promocional que ha conseguido traspasar fronteras con sus dos primeros trabajos, “Back” y “Heading for the Surface”. Y mira que me alegro.
Escuchando la música, entendemos que no puede ser de otra manera. Esa mezcla de elegancia y dulzura como definió en su momento Peñuelas en su crónica, está presente de principio a fin. Musicalmente, pudiera parecernos pop, pero si escuchas con detenimiento te darás cuenta que este tipo de música no tiene ya cabida en lo que conocemos como pop ahora mismo, y si con lo que llamamos rock progresivo, neoprog al estilo Marillion, hard rock melódico, AOR y hard rock setentero. Una música como esta en los años setenta hubiera sonado a diario en las emisoras de radio de medio mundo.
Indudablemente, estas composiciones no tendrían sentido sin la voz de Gabrielle, una mujer que canta con un sentimiento y una personalidad tan definida que llegamos a pensar que si sus canciones se escucharan más, la vida sería algo mejor.
Básicamente, si eres amante del AOR más melódico, esto te gustará. Según leo en la hoja promocional esto no se parece a sus anteriores discos, más bien están en una cuerda similar a los Toto o Foreigner más ochenteros. Nuestro colega de la web Rock Angels lo definió claramente como Made in America y pienso que es la forma más concisa de hablar sobre este bello álbum. Y es que también encontraremos aquí referencias a bandas tan inmensas como Fleetwood Mac o los propios Heart.
Han grabado catorce canciones y estoy seguro que escuchándolas una y otra vez encontraremos muchos momentos que nos llegan al alma. Por el momento voy a mencionar las más atractivas para nosotros, aunque sé que si escuchas podrás elegir las tuyas. “Crying on the Bedroom Floor” es una composición impecable que roza la perfección. La suavidad de la bella “Crazy World” se emparenta con algunas baladas de Foreigner.
Una pieza muy curiosa es “Lily and the Old Man”, de las que muestra esas influencias prog de los sesenta. “Wings of an Angel” tiene otros momentos prog muy delicados. La banda ha trabajado intensamente y esto se nota. La producción es exquisita y cada instrumento se siente claramente, sin exageraciones ni minimizaciones. Todo en su lugar de una manera sencilla que haces que no te des cuenta que también aquí se roza la perfección. Los músicos que acompañan la voz son otros talentosos y me los imagino como personas que se expresan maravillosamente con sus instrumentos pero difícilmente cuando hablan. Y es que Alfonso Samos lanza unos solos y busca unos timbres en su guitarra que no dejan de maravillar mientras el bajo de Alex Morell se escucha sin esfuerzo mientras hace unas líneas que adornan las piezas.
Ninguno abusa de su instrumento y son los simples detalles los que te dan la magnitud de a dónde pueden llegar, caso el tecladista Tony Ortega y sobretodo el batería Rubén Berengena, más concentrado en los cambios de ritmo y florituras refinadas que en marcar la fuerza del golpe.
Incluso canciones que para alguien podría ser consideradas “menores” por esa alegría algo adolescente que contienen como “High Heel” y “Save a Little Love”, están hechas con un buen gusto y un nivel de detalle impresionantes. Si les pongo alguna pega, para molestar y decir que noe s un disco perfecto, pues luego de mucho pensar creo que llevarse el solo de “Sons of Mine” ha sido un crimen de lesa humanidad. Exagero, ¡eh!
La producción la hizo Alfonso Samos, todas las pistas de “King Ocelot” se grabaron en Samos Studio (Madrid), a excepción de las baterías, que han sido producidas en 41 db (Girona) por Francesc Agustí y Alfonso Samos. La masterización corre a cargo de Pablo Martínez en Bear Master Sound (Madrid). La portada y contraportada del disco, con un marcado estilo característico de las ilustraciones de la década de los ’70, son una creación del artista Ildefonso J. Medrano García “Pícaro” y cierran el círculo creando una perfecta armonía entre la música y la imagen, al igual que el contenido visual del libreto, realizado por el diseñador gráfico Fernando Nanderas.
Line-up: Gabrielle de Val (Vocals) Alfonso Samos (Guitars) Alex Morell (bass guitar) Tony Ortega (Keyboards) Rubén Berengena (Drums) |