MK Music/ Sound Pollution / Germusica PR © 2019
Tracklist:
01. Bumping Along
02. A Natural High
03. Megalo Seitani
04. I Believe
05. Stop the World
06. October 28th
07. Real Gone
08. Heather
09. Daydreamer
10. Function Over Fashion
El guitarrista y compositor de 220 Volts, Mats Karlsson, saca su primer disco en solitario. Un disco que si escuchamos con detenimiento tiene algo de su banda madre, y al mismo tiempo marca un nuevo camino. La diferencia es que en este disco se mezcla rock, hard rock, AOR y un toque del tipo de canciones que hacían en los setenta aquellos que llamaban cantantes-compositores. También hay un toque sureño.
La grabación se fue completando con amigos a los que le pidió que lo ayudaran, músicos de bandas como Easy Action, The Summit, Hoven Droven, 220 Volt, Talisman, John Norum, Therion y Treat. Con este pedigrí la música no podía quedar mal, aunque lo hicieran a propósito, que no es el caso, por supuesto. Nueve de las once canciones las escribió Mats, una fue co escrita Björn Höglund y hay una versión de la canción “Real Gone” de Sheryl Crow. La expresión “time optimist” se refiere a una persona que siempre piensa que va a tener un magnífico trabajo y que la vida le irá bien pero casi siempre falla.
Las composiciones son optimistas y hay verdaderas joyas como “Bumping Along”, muy dinámico y guitarrero. La voz de Mats por momentos recordará a la de Ace Frehley cuando estaba en Kiss hace unos treinta o cuarenta años. Cuando escuchamos piezas como “Real Gone” es como si estuviéramos escuchando a Frehley, incluso una de sus composiciones, tal es el parecido. Hace un dúo con Jenny Fall que queda muy chulo y es de esas piezas que se te va a quedar en el cerebro por algún tiempo. Otra es “Megalo Seitani” o como un sueco entiende lo que es el reggae. Y en este grupo insertamos también “Function Over Fashion” que es la típica pieza hecha para los directos. Cuando Mats invita a un vocalista, las piezas suenan mucho mejor.
Hay otras piezas que están hechas con muy buen gusto, como es “Heather”, contrastando con otras que pierden algo de fuelle y quedan solo para los amantes del AOR más meloso como "Daydreamer", con elegante estribillo y momentos de guitarra intensos que se diluyen y no terminan de golpear con fuerza. Finalizar con ese toque sureño de “The Other Side (Of Love)” es una buena manera de despedirse, con alegría y elegancia, aunque el aire monótono del estribillo hace que pierda un poco.
Es el clásico disco de un músico cuyas canciones no caben o no son aceptadas en su banda madre y las graba para quitarse esa espinita del corazón. No es una gran obra de arte, simplemente música para acompañarte en las faenas diarias.