Parece que a Conception le salió bien la maniobra del 'Re-Conception' y vieron que esas tres canciones tuvieron tirón, a lo que se sumó su gira donde también vieron como eran bien recibidos. Y es algo que me alegra porque se trata de una banda de elevada calidad. 

Ahora, con una caratula en los mismos tonos que la anterior y unas canciones que siguen mostrando a la misma banda de siempre, sacan un disco completo. Llevaban más de veinte años roto solamente por algún EP ocasional, pero aun recuerdo obras como 'Parallels Mind', su prometedor debut. ¿Y quieren que les confiese algo? Ahora mismo me suenan como si no hubiera pasado el tiempo.

Parte de la culpa la tiene el hecho de que sea con la misma formación original, donde la voz de Roy Khan marca el timbre añorado. Quizás no tenga el fuelle de hace treinta años pero si la técnica. Cuando lo escuchas cantar “Waywardly Broken” sientes, más que pensar, que todo sigue ahí intacto, que el tiempo no cambió y la voz es única y cargada de sentimientos como siempre fue.

En composiciones como “No Rewind” te das cuenta que el grupo también ha avanzado, introduciendo arreglos que sería impensables en 1997 y simplemente una locura en 1993. Y esto te da una pista de por qué la banda a pesar de alcanzar cierto status no prosperó en su momento mucho más. En medio del 'In Utero' de Nirvana y el 'Superunknown' de Soundgarden poco posible era sobrevivir.

En este disco las piezas son tranquilas. Y el sonido de la tranquilidad lo da la producción, indudablemente. Es la que ha permitido que todo suene claramente y a pesar de las agresividad de piezas como “By the Blues” sientas que la quietud de “The Mansion” cabe en el mismo saco.

Aun siendo producido por el guitarrista Tore Østby, los timbres mezclan guitarras y teclados, interpretados por Lars Kvistum. Los bloques musicales son pétreos y mientras el bajo de Ingar Amlien sigue reforzando la muralla sónica, la batería de Arve Heimdal parece avanzar tranquilamente en apariencia, pero si escuchas en detalle oirás el toque elegante en los adornos percutivos, destacando en la imponente y teatral “Anybody Out There”, una canción que extraída del CD no significaría lo mismo, pero aquí es la que define mejor que ninguna otra el concepto de melodrama sinfónico. 

La letra de “She Dragoon” me ha resultado muy graciosa aunque no es la intención. La voz de la vocalista de Amaranthe, Elize Ryd es la del dragón hembra, la dragona, aunque solo haga el estribillo y no se lie con el concepto peculiar de los versos que defiende Roy. Terminan con la remasterización de "Feather Moves" del "Re-Conception". No era necesario, aunque sirve para recordar que Ingar Amlien sabe destacar cuando es necesario. 

La producción del guitarra Tore Østby ha dado como resultado un álbum dinámico e intenso. La mezcla la hizo Stefan Glaumann (Rammstein, Within Temptation, Europe etc).  La banda debería estar girando por Europa, pero todos sabemos lo que ha pasado.