Escrito por Tony González
Autoproducido
Tracklist:
01. Equilibrium. 3:55.
02. On Teegarden's Star B. 4:48.
03. Euphoria. 6:01.
04. Object Permanence. 4:45.
05. Substratum of Reality. 4:22.
06. Genetic Drift. 3:59.
07. 7th Mass Extinction. 4:56.
Cuando el joven Tony McAlpine salió con su primer disco, 'Edge of Insanity', el joven Tony González ya había oído hablar de él por una revista mexicana llamada Heavy Metal Subterráneo. A partir de aquí he seguido su carrera y sus problemas de salud y si bien estoy, más que satisfecho, realizado con su música, creo que algunos detalles de su vida personal se le han ido un poco de las manos. Ahora regresa con nuevo disco desde 2017, cuando publicó “Death of Roses”. Estos cinco años entre medias han sido duros para él, sin embargo, el disco continúa rezumando optimismo, y de maestría ni te cuento.
El CD me parece escaso con poco más de 32 minutos, pero mejor que no haya relleno. Comienza con la canción título que al igual que “On Teegarden's Star B” recuerda básicamente su historia como músico. Luego entrará la alocada “Euphoria”, aunque sus primeros cuarenta segundos te hagan pensar que es una pieza más “normalita”, pero es todo un estado de euforia que dura poco más de seis minutos.
El inicio de “Object Permanence” te hace imaginar que algo fuera de lo común se avecina, y así es. Una canción con ese toque de jazz que
Tony siempre ha disfrutado, pero no piensen en un standard de jazz de los cincuenta o algunos acordes extraños, ¡no! La guitarra va veloz creando intrincadas notas mientras la batería intenta acompañar saltándose los tiempos en lo que parece toda una improvisación antes que
Macalpine agregue las líneas melódicas que quedaran en el cerebro de muchos. Me da gracia que una canción se titule “Substratum of Reality” y pienso tanto en
Paul Gilbert y su manera de componer como en
Yngwie Malmsteen y como nos confesó en
entrevista que escoge el titulo de las canciones. Esta pieza también recuerda a algunas bandas de jazz de los noventa, como
Uzeb, aunque quizás otro melómano me tache de loco.
“Genetic Drift” comienza con un teclado bastante alto mientras Tony abusa de las cuerdas antes que entre ese ritmó cabalgante que nos hace recordar algunas alegres canciones del salvaje oeste, y no es hasta “7th Mass Extinction” que en medio de la alocada pieza encuentro algo de melancolía, o quizás una preocupación ecológica que Tony intenta trasmitir con la guitarra.
Este es un disco que puede gustar a cualquiera, pero que es esencialmente para guitarristas. Miles de ellos lo tomaran como incentivo para mejorar en el instrumento y algunos quizás hasta pensaran en cortarse las manos. Tony sigue siendo una bestia de las seis cuerdas.