Escrito por Tony González
1. El Odio. Parte I
2. El Odio. Parte II
3. El Odio. Parte III
4. Ruinas
5. La Larga Marcha
6. Watt
7. FIN
El pasado 14 de enero de 2022 Toundra sacó su octavo disco de estudio. Quizás alguien dudo que la banda podría llegar tan lejos y ser tan reconocida cuando tuvo en sus manos los discos 'I' o el 'II', pero a estas alturas ya sabemos que Toundra estará ahí mucho tiempo, aun cuando la banda llegue a abandonar el ruedo. Pasarán los años y sus discos serán objeto de estudio, como una peculiaridad del rock y de la música, además de caso único en España.
La pandemia y el confinamiento los ha llevado a grabar un disco ambicioso y atrevido, tomado la idea, para algunos, anticuada, de hacerlo al estilo de muchos vinilos con cada cara bien definida. En la cara A una sola canción y en la B otras piezas algo diferentes. Sobre “El Odio”, la canción del lado 1, que en CD viene dividida en tres partes, comenta la promo que: “la inspiración ha sido el tránsito por la vida de un ser humano y de cómo el odio le ha llevado a sufrir en un mundo que sufre”. El video te da muchas más pistas, en caso de que quieras seguir esa historia, aunque la música por si sola te pude inspirar a hacerte tu propia narración.
Cada cual escuchará esta canción según sus propias experiencias, es lo que tiene la música de Toundra, que para cada oyente la música puede recorrer diversos caminos, es como un río que se abre paso por entre las neuronas del melómano. Para mí, es una pieza donde a pesar de algunos momentos rabiosos, no expresa odio en sí misma, sino como expresión de un tercero. Me remito de nuevo a la promo: “es un intento de la banda por demostrarse a sí mismos que la música es un lenguaje suficientemente autónomo para enviar un mensaje así”. Y lo es. Mientras escuchas comprendes que las guitarras de están diciendo algo, pero no es lo que siente el guitarrista, sino lo que narra.
Al pasar a la Cara B, “Ruinas” nos devuelve a los Toundra habituales, siendo una pieza que muy bien pudo haber estado en un disco anterior o guardada en un cajón varios años, pues refleja a la banda tal y como la conocimos. La diferencia la marca la batería, que aquí tiene gran protagonismo. Para “La Larga Marcha”, irrumpe la música electrónica con un loop tocado por la guitarra que pronto pasa a un segundo plano mientras su hermana hace la melodía, en una canción donde hay cambios de estados de ánimo más que de ritmos.
Nos dan la información de que: “Watt” es la primera canción que los cuatro músicos pusieron en común en el local para iniciar la composición de este disco”, y nos asombra la inserción de un saxo que, si comparamos con las grandes bandas del prog, se aleja mucho del concepto de Pink Floyd estando más cerca de la locura de King Crimson. Terminan con “Fin”, y cuando leí los créditos me asusté pensando que esta canción marcaba el fin de la banda, espero que sea el fin de una etapa, y que el mensaje sea que cuando llegue el próximo disco de Toundra, en dos años, ya la pesadilla haya terminado de alguna manera.
Curiosamente, en la hoja promocional hay unas palabras de
Esteban Girón, y en el primer párrafo confiesa que: “Desde que me convertí en un adulto hasta hace relativamente poco, he vivido enfadado”. Y no me sorprende. En el año 2015 los
entrevistamos y mientras hacía las preguntas, yo mismo me preguntaba, ¿por qué Esteban está enfadado? ¿No le gustarán las preguntas? Ahora sabemos que ocurría, aunque como mismo, tampoco le gustaron las preguntas. Afortunadamente, al final el mismo se dio cuenta de que: “La vida es muy corta como para pasársela enfadado.” Y no hay más que decir, disfruta de este disco, que como todo lo que hace
Toundra, está hecho también para pensar.