Tracklisting:

1. Una canción
2. No Name Blues
3. Grito
4. Historia de amor
5. Para un final

Mas Info: http://pokerclubband.com

Dentro de todas las aproximaciones que se han hecho a lo largo de varias décadas al rock en Cuba, son pocas las bandas y proyectos que han apostado por hacer rock’n’roll (con todo el amplio diapasón que lleva adentro) utilizando un formato acústico o a medio camino entre lo eléctrico y lo acústico. La gran mayoría, todos lo saben, ha preferido los formatos tradicionales de bajo, drums y dos guitarras, y un por ciento no muy alto ha empleado teclados y otros instrumentos complementarios. Por ello, cuando algunos se han arriesgado a hacer lo suyo apartándose de lo que predomina, que hay que decirlo también es lo más demandado por la mayor audiencia, han corrido el riesgo de pasar desapercibidos por las grandes mayorías o en el mejor de los casos de darse a conocer y llamar la atención de un sector de ese publico que posee intereses y gustos no tan limitados. Por ello no es disparatado decir (al menos así pienso yo…) que si ahora mismo encuestáramos a un significativo sector de la comunidad rockera cubana, muy pocos afirmarían  que conocen o escuchan bandas con esta propuesta, y de seguro una gran parte desconocería a PÓKER CLUB, aunque éstos llevan ya trece años haciendo música.

Formados como dúo en la ciudad de Matanzas durante Julio de 1997 por Alfredo Pérez (guitarra, armónica y voces) y Maytté Iglesias (voz, guitarra y bajo), después de militar ambos en un grupo anterior (ICEBERG) también con una propuesta similar y haber grabado incluso la maqueta “Rompiendo el Hielo”, los objetivos iniciales de PÓKER CLUB fueron el abordar el rock junto a géneros afines como el blues, el folk y el country & western. Una primera cinta llamada Primera partida fue grabada en Diciembre de ese año (aún recuerdo piezas como la dinámica “El arribista” y la ecológica “Trofeo”), y comenzó a mover su música en algunos espacios radiales y fuera de los límites geográficos de la Atenas de Cuba, en tanto comenzaban la peña “Hora de Póker”, se presentaban junto a agrupaciones musicales de diferentes estilos (incluso teatrales, humorísticas y danzarías), además de aventurarse en la quijotesca empresa de echar andar un fanzine, el Póker’ zine, que gratamente recuerdo y básicamente estaba dedicado a registrar y promover la obra del grupo. Una segunda maqueta editada en Mayo de 1998, algunos clips y temas grabados posteriormente ya como trío con la entrada de Erick Gustavo Pita (guitarra, armónica y arpa), además de conciertos, peñas, la profesionalización del proyecto y algunas apariciones en televisión, han marcado los derroteros de esta banda que se ha mantenido viva durante todos estos años con mayor o menor actividad, dependiendo de las siempre influyentes circunstancias.

Pues Póker - Four Of A Kind es la más reciente entrega de los matanceros, ahora como cuarteto con el bajista Francis Gutiérrez junto a Iván González (batería y coros) acompañando a Maytté y Alfredo, e incluye 5 temas de los cuales yo conocía ya 4 que habían sido editados (junto a otros) hace un tiempo como parte de un CD compilatorio con piezas representativas de diferentes etapas que incluía además, una multimedia sobre esta agrupación con informaciones, imágenes y vídeos, algo no tan habitual dentro de las agrupaciones cubanas del género. Esta es entonces, una nueva grabación de esas piezas donde se han hecho acompañar de músicos invitados (un pianista, viola y cello, y coros femeninos), explorando con ello otras aristas no presentes en el formato original de guitarras y armónica pero sin abandonar el sello que ya los caracteriza.

El track inicial es “Una canción”, que es además un tema muy contagioso a partir del ritmo folkie en la guitarra muy bien complementado por la armónica y un silbido al final, seguido por “No name blues”, una pieza también con unos cuantos años ya de creada, que siempre ha sido una de mis favoritas de las escritas por Alfredo, con un texto y una melodía muy sugerente reforzada en esta ocasión por la sonoridad nostálgica de las cuerdas (viola y cello), donde me gustan además los coros y la voz de Maytté me parece más conectada que en el resto de los temas. “Grito” es la novedad para mí, y le palpo una herencia muy bluesy folk a la usanza setentera, con un piano intermedio que contrapuntea con la voz de Maytté y la armónica que ocupa aquí, el rol que pudiera tener quizás una electric guitar si el perfil de la banda fuera más eléctrico. “Historia de amor” regresa al híbrido country/folk/blues de taberna rural que me recuerda aquella etapa bonita y sorprendente de los capitalinos EXTRAÑO CORAZON en los ’90 (saben a lo que me refiero, ¿no?), donde le queda de maravillas el piano en una cuerda a medio camino entre el jazz más tradicional y el boogie, cerrando con “Para un final”, también de lo más representativo que ha grabado PÓKER CLUB en su trayectoria y donde me reafirma lo bien que le viene a la banda el incluir una sección rítmica de bajo y drums pues la voz líder femenina (dueña de un registro alto y potente) lo pide a gritos. Pudiera parecer errado de mi parte porque conozco bien la génesis de esta agrupación, pero les sugeriría utilizar ocasionalmente una guitarra eléctrica sin abandonar su esencia acústica… y de seguro los resultados serían sorprendentes.

La grabación, producida por la AHS matancera, entra dentro de los cánones tradicionales de las grabaciones autoproducidas en Cuba (detalle más marcado si vives fuera de la capital), aunque ello no quiere decir que ésta demerite el resultado musical de las canciones presentes en Póker - Four Of A Kind; de hecho es la que mejor les ha quedado de todas las escuchadas por mí, y ha sido responsabilidad en esta ocasión (junto a la mezcla) del pianista invitado Jorge Luis Montaña, participante además en los arreglos junto a los integrantes del cuarteto. Música para escuchar, quizás más apropiada para una pequeña sala de conciertos que para un espacio mayor, ambientando una peña en un patio colonial o vinculada a otras artes, siempre sugiriendo interesantes historias aportadas por buenos textos y una sonoridad que nos muestra en estos días varias de las raíces de un género musical tan glorioso como el rock. Recomendado para los que siguen estas corrientes musicales, para los amantes del también llamado naked rock (por las sonoridades acústicas…, nada que ver con tocar a la usanza de Adán y Eva), y para todos aquellos que piensan que el rock cubano es solo metal tocado a un volumen y a una velocidad despiadada.

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