El proyecto musical Lore Weaver comienza alrededor del 2008, cuando la cantante Barbara Rubin se une al núcleo ya formado por los músicos Francesco Salvadeo (guitarra), Giordano Mattiuzzo (bajo) y Lorenzo Marcenaro (teclados), que se sentían atraídos por el metal progresivo. En ese año, la banda graba Imperviae Auditiones en los estudios Solid Groove P.R., y completan la banda con la entrada de Claudio Cavalli (bateria), músico muy versátil. El disco será editado por SG Records, y su fecha de salida será el 8 de julio.

Imperviae Auditiones tiene momentos musicales que pasan de pasajes románticos hasta atmósferas extremadamente agresivas, construyendo una arquitectura articulada y al mismo tiempo limitando los pasajes solistas, y privilegiando el trabajo conjunto por encima del ego.

Desde hace ya varios años, el referente musical para el metal progresivo es Dream Theater, para bien o para mal. Ha sido tan profunda la huella que este grupo ha dejado en la historia de la música, que desafortunadamente, tendemos a comparar cualquier banda nueva que surge, con los susodichos. En el caso de Lore Weaver, no podemos sustraernos al deseo de comparar, sobre todo porque encontramos, en el caso de los italianos, una complejidad musical, un trabajo de guitarras, que nos recuerda a DT. Partimos la primera premisa, y es que Lore Weaver está integrado por músicos de muy alto nivel.

Bogus, el tema que inicia el registro fonográfico, contiene casi ocho minutos de música, que sirven de presentación, a lo que será el resto de la grabación. La voz de Barbara Rubin, es muy peculiar, con ese timbre que, se siente femenino, y al mismo tiempo rasgado, que por momentos nos lleva a la duda acerca de la condición del cantante.

Dead Man Walking, con un crescendo de teclados, entran el bajo y la batería, y con los primeros riffs de guitarra, se crea un bloque sincopado, mientras la voz entra como un efecto en el primer verso, casi susurrante, se va alternando entre la entonación melódica, y el grito que remarca algunas frases.

De Rerum Natura, otro tema de cerca de ocho minutos, que se introduce nuestros oídos con un enrevesado ritmo, que da paso a unos versos tranquilos, respaldado por unas notas del bajo. A partir de los dos minutos, el tema cobra velocidad, manteniendo ese juego dentro del tempo de la música, hasta el final. Esta es una de las características principales de las composiciones de Lore Weaver: el uso del tiempo y el contratiempo.

Follow The Weaver, tras una primera andanada musical, en un pasaje de guitarra, que arropa la voz de Barbara, con efectos de megáfono, mientras por momentos otra voz le hace un contrapunto. A partir de los cuatro minutos, la canción toma un ritmo más relajado, con un magnífico sólo de guitarra, y finaliza de la misma manera que empezó.

Ride The Owl, ¿risa o llanto?, cada cual deberá definir, la guitarra y el piano tienen un especial protagonismo en este que es el tema más corto del disco, y más que decir piano debo decir teclados. Es una canción que inevitablemente tiende a recordar el trabajo de DT

Avoid Feelings, otro de los temas cortos, apenas seis minutos y medio, y uno de los menos complicados en cuanto a estructuras musicales.

That Night, es la balada típica, con un ritmo pausado, y agradables timbres de teclado, con un magnífico sólo de guitarra a cargo de Francesco.

Ultraworld, con el que cierra el disco, llegando los 10 minutos, comienza con unos rasgueos de guitarra, que dan paso una extraña y compleja melodía, en una canción que en cierta medida sintetiza todo lo que este grupo ha grabado en el disco, y volvemos a los efectos vocales, las complicaciones guitarrística, los contrapunteos entre teclado de guitarras, los bloques repentinos, y las variaciones vocales de Barbara. Los amantes del metal progresivo no se sentirán defraudados.

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