Deepdive Records © 2014

Tracklist:
1 Pay for Me 3:59
2 Seed 3:34
3 Wasted Blood 4:55
4 Head in the Clouds 4:08
5 Sugar Boogie 3:05
6 Eye of the Storm 3:17
7 My Baby Likes to Boogaloo 2:46
8 Tsunami 4:36
9 Further Along 3:54
10 Dragonfly 3:41
11 Into the Sun 3:40
12 Demons Rising 5:14
13 Psilocybin 9:13

Habitualmente no reseñamos discos de años anteriores, recibimos tantos discos del año que nos es imposible asumirlos todos. En el caso de Sons of Morpheus, ellos debutaron con este disco de titulo homónimo hace un par de años, pero teniendo en cuenta que el próximo septiembre harán una extensa gira de diez fechas como cabezas de cartel por España, hemos decidido rescatar el disco y hablarles un poco del mismo.

Los propios Sons of Morpheus dicen que lo que hace especial a una banda es la vida que le insuflas dentro con magia, con hechicería, con cosas que prosperan una vez que tres almas gemelas se encuentran para dar rienda suelta a lo que ha estado dentro de ellos esperando al momento justo para germinar.

La gira la organiza Black Moon Creep Agency, y como es habitual dentro de su perfil, la banda que nos trae está enraizada dentro del blues rock y la psicodelia. Y a propósito, si tienes un grupo dentro de estos estilos, esta es la agencia ideal para organizar tu gira por España.

Sons of Morpheus es un trío heredero de bandas como Cream y la Jimi Hendrix Experience, pero también de Yardbirds. Es que de hecho sus primeras dos canciones, “Pay for me” y “Seed” nos recordaran a la banda de Jeff Beck y Jimmy Page, mientras que “Wasted Blood” tiene un agradable sabor a “Raiders from the Storm” o “The End” de The Doors, con Manuel Bissig cantando al más puro estilo Morrison.

La sensación de improvisación se siente en este disco, y podemos claramente adivinar que en directo el trío fluirá libremente, y posiblemente tiren de versiones. Y es que “Head in the Clouds” nos recuerda a Hendrix, pero “Eye of the Storm” suena mucho más moderna, hasta que el bajo rotundo se queda solo, previo al solo de guitarra digno de los shredders más blueseros de la historia.

La banda graba en directo, y se siente en el sonido. La producción es cruda, hay la claridad y limpieza suficiente para que todos los detalles queden plasmados, pero no hay esa claridad prístina que para otros estilos musicales sería un tesoro pero aquí solo un lastre.

Cuando pensamos que todo está dicho, nos sorprenden con la psicodelia de “Tsunami”  y “Further Alone”, ambas consecutivas, pero la segunda va en crescendo y termina con una locura total, que da paso a la tranquilidad de “Dragonfly”, que nos recuerda al clásico “Little Wind”.

Ya en la parte final, vuelven a desmadrarse con la rockandrolera “Into the Sun” de innegable sabor británico, contrarrestando con otro momento psicodélico “Demons Rising”. Terminan con una canción cuyo título me trae muchos recuerdos, “Psilocybin”. ¿Sabes qué es la Psilocibina? Búscalo en Internet.  La canción es una improvisación total y evidente.

Una banda crudísima en su sonido, potente y variada. Hay quien diría que esto es retro vintage. ¡Qué manía de encasillar! Esto es rock sesentero cargado de energías.

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