A.N.I.M.A.L. en la sala Wurlitzer Ballroom, Madrid.
7 de julio de 2018.
Algunos amigos me dicen que me parezco a Heráclito, y hasta quisieron bautizarme “El oscuro de San Leopoldo” (barrio habanero donde nací), porque a menudo todo me fluye, y nada me influye. Si en algo puedo aceptar el mote, es porque la cercanía también me viene por creer que nadie se baña dos veces en el mismo rio, aunque lleve la misma ropa. Cada día que pasa, así se acerca mi madurez, pienso más en esa máxima.
Precisamente era lo que tenía en mente mientras caminaba hacia la madrileña sala Wurlitzer Ballroom en mi segundo intento para ver a los argentinos de A.N.I.M.A.L., después de que me tuviese que marchar sin verlos debido al imprevisto desplazamiento de horario en su anterior cita con el público de esta ciudad.
Cavilaba que quizás no habría el mismo ‘feeling’, en la rutinaria repetición de un imaginario setlist que tenía en mente según lo que ya habían tocado, y hasta en el cansancio del final de la gira 20 Aniversario Poder Latino Tour, que inevitablemente tendrían que influir. También son 20 años para mí, en los que mi percepción sobre la música ha cambiado, como mismo han cambiado mi abdomen y mi pelo.
Lo que si no me esperaba era la incombustibilidad de Andrés Gimenez, cantante, guitarrista y único fundador en activo de la banda, con su amabilidad y buen rollo intactos; la conexión inmediata con el público, sin mucho esfuerzo, y que se marcasen un bolo tan espectacular.
“Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar” era la expansión de unas siglas que fueron ganando significado a medida que los fui escuchando. Por aquel entonces era yo más de Pantera, Biohazard, Suicidal Tendencies, Sepultura, Soulfly, Megadeth y Slipknot, todas bandas a las que A.N.I.M.A.L. tutearon en el escenario. Únicos en su especie, siguieron la trayectoria de fusión que marcaron Ratos de Porão y Sepultura, y que seguiría más tarde Puya, al mezclar thrash, punk, hardcore y demás con ritmos latinos.
Debo confesar que fue “Poder Latino” (1998), su cuarto álbum, el que me introdujo a sus sonidos. Producido por Max Cavalera (Sepultura, Soulfly) y grabado, como a partir del tercero, en Los Angeles, en él intervienen invitados de lujo como el bajista Robert Trujillo (por aquel entonces en Suicidal Tendencies, y posteriormente en Metallica), el guitarrista y bajista Christian Olde Wolbers (Fear Factory, Korn, y ahora con Powerflo), y Jimmy DeGrasso (Suicidal Tendencies, Megadeth), cedido para la sesión, quien se encargó de grabar todas las baterías del disco.
Sin duda es ésta grabación, considerada la más popular de su carrera, la que les hace trascender fronteras y participar en los principales festivales internacionales del género, a veces siendo la primera/única banda de habla hispana invitada, y compartiendo escenario con Green Day, No Doubt, NOFX, Papa Roach, Millencolin y otros.
En 2006 me entristeció escuchar que se disolvían como agrupación, tanto como me sorprendió gratamente que regresaran a la actividad 9 años más tarde. Últimamente estoy teniendo suerte con las reuniones, y puedo ver bandas que pensé que nunca iba a poder ver en directo.
Cuando entré al local, sobre las 22:35, la sala no estaba ni al 25% de su capacidad, y ya iNNE estaba en mitad de su set, según me informaron. De estos primeros teloneros sólo sé que andan defendiendo su segundo álbum "Between The Sounds", de este año, con un vídeo oficial para su tema "The Rotten Paradise".
Christian Nuñez, su guitarrista, es el único que tiene cierta presencia en las redes, y describe a iNNE como una banda americo-europea de metal fusión formada en 2008 por componentes de Decaidah, Limpiacabezales y Sodom’s Child.
Con cinco componentes, el colectivo sonaba tan áspero como brutal, con sobresaliente para su vocalista, que en los agradecimientos del siguiente abridor aclararon que venía directamente del hospital, al parecer recién recuperado (o no totalmente) de alguna dolencia.
Cerca de las 23:00 se subieron los ya radicados en Madrid Rebote, tres chicos con un disco homónimo totalmente autoproducido, que derrochan la vitalidad del metal alternativo/nu-metal. Digo ‘ya radicados’ porque cambiaron de sede, dejando atrás una rural Extremadura, y trayéndose sus voces y riffs influenciados por Prong, Deftones, Korn, In Flames y Helmet a la capital del reino.
El alma de la agrupación, el guitarrista, compositor y vocalista Jairo Talero, inició su carrera musical en su Colombia natal. Ya en España, militó en diferentes bandas locales hasta decidirse a formar su propia banda.
Abrieron con “Señor de los Mortales”, que no me quedó claro si es un tema propio, un cover o una especie de intro. A partir de ahí fueron deshojando temas del álbum: “Armagedon” y “Despierto”, obertura y noveno, en vivo menos ‘garajosos’ que en la grabación.
Rebote |
Lo que creo fue el primer cover que incluyeron fue “Drive Boy, Shooting” de G/Z/R, que continuaron con un aparentemente improvisado cambio de instrumentos entre los integrantes, donde el baterista cogió una trompeta, y por ocasiones rapeó en inglés, el guitarrista cogió el bajo, y el bajista se sentó en la batería. Hubo diversión, de la que pidieron disculpas de antemano, porque “iban a ver qué salía”.
Espantaron la improvisada jam con “No más”, tema pegajoso del que pidieron participación del público en los coros. Con “Cruda Realidad” siguieron presentando el disco, para después entrar con el segundo cover, “Matate Teté”, de Molotov, donde todos saltaron y corearon, y posteriormente cerrar el bloque de aproximadamente 40 minutos a todo tren con “Rebote”. Magníficos ‘warmers’ que intentaré no perder de vista a partir de ahora.
Cerca de un cuarto de hora después de la medianoche se sentó Marcelo Castro a la batería, y acto seguido entró Cristian Lapolla y se colgó su bajo de seis cuerdas, siempre con ese gesto de quien está haciendo una trastada. Andrés Gimenez fue el último en aparecer en las tablas y colgarse su Jackson KV2, que hizo comentar a un chico del público unos minutos antes que por buenos equipos no sería, y que le sorprendía que estuviesen tocando en lugares pequeños después de tanto éxito. Llenar estadios no es incompatible con la cercanía energética de un directo en un lugar pequeño, siempre y cuando no agobie. Esa idea de volver a las raíces ha sido una constante en el grupo desde 2015.
La introducción fueron unos minutos en los que Gimenez aprovechó para agradecer a todos los que tuvieron que ver con la extensa gira española, que se cerraba esa noche, y para anunciar que al día siguiente, a su llegada a Argentina, ya comenzaban a grabar el nuevo material de A.N.I.M.A.L.
Ya con el primer tema me rompieron la previsión del setlist. “El nuevo camino del hombre”, del álbum homónimo, encendió al respetable, que comenzó temprano con un mini-moshpit que fue creciendo en intensidad con “Loco pro” y que alcanzó nivel demencial con “Milagro”, ambos últimos del disco homenajeado. Dedicado a los que están separados de sus familiares, “Lejos de casa” trajo la calma. Curioso que, creo que fue durante este tema, Gimenez reparó en mi camiseta vintage de Alice In Chains, y me comentó: “Tremenda banda esa!” desde el escenario.
“Familia (Es la oportunidad)” trajo coros reconocidos, y de nuevo la participación de un público entregado, que ya llenaba poco más de media sala. Siguió “Latino América”, y la subsecuente “Los que marcan el camino” solo confirmó que están en un buen momento, que se divierten haciendo música, y que España es un lugar donde son bienvenidos. El buen sentimiento parece ser mutuo.
Cuando se anunció “Aura”, una vocalmente exigente balada del ‘Usa Toda tu Fuerza’, ya había aprovechado yo para cambiar de lugar e ir un poco más lejos para tener otro ángulo para fotos, y escuchar mejor. “Revolución”, del mismo disco que la anterior, entró con fuerza de moshpit, y estremeció interiores. Llegó el momento para el primer cover, uno incluido en el mismo ‘Poder Latino’ hace 20 años: “Fuerza para aguantar” de The Ramones.
Homenaje al malogrado Vinnie Paul fue un fragmento de “Walk” de Pantera. Siguieron “Poder Latino”, “Barrio patrón” del ‘Usa Toda Tu Fuerza’, “Solo por ser indios”, el único proveniente del disco ‘Fin de un Mundo Enfermo’ y “Sol”, de ‘El nuevo camino del hombre’.
Gimenez aprovechó el momento, con las notas de “Feliz Cumpleaños” a la guitarra, para felicitar al bajista Cristian Titi Lapolla, que cumplía 46 tacos ese día. Con una triste alegría, éste comentó que estaba lejos de la familia, pero pasándola bien con sus amigos, con la mejor banda del mundo. Debo confesar que el siguiente tema no lo recuerdo con exactitud, pero me inclino a creer que fue “Dejar de ser”.
Gimenez comentó que no quería tocar “Cop Killer”, ya que eso significaba el fin de fiesta. Complacieron peticiones con “Combativo” del álbum del mismo nombre, el último en estudio hasta ahora, para ya si cerrar con “Cop Killer” un cover de Body Count también incluido en el disco tema de la gira, que dedicaron a los ‘malos’ policías y la implementación de la Ley Mordaza en España.
De camino a los aseos tras la despedida y la foto de la banda con el público, uno de los organizadores, muy amable, me regaló una entrada como ‘memorabilia’. Chapó para ellos, que han sido muy atentos y profesionales, así como para el staff de sonido, que hizo sonar aquello de lujo. Todavía me quedó un momento para acercarme a Titi Lapolla, e intentar felicitarle, cuando me comentó sobre mi camiseta que Alice In Chains era su banda favorita. Le dije que la mía también, y me comentó que conocía a William DuVall, que era tremendo vocalista y persona. Que Layne era leyenda, pero que DuVall no se quedaba atrás. A Andrés Gimenez lo abordé después de que terminarse de recoger sus aperos, para un intercambio de palabras corto, una foto, y que me firmase la portada de ese disco de los años. A ambos olvidé decirle que escribiría una reseña, con fotos, sobre el concierto, y que la buscaran en madeinmetal.es. Para memoria, la mía.