Insuperables, Indisolubles: Dry River.
Dry River regresaba a Madrid después de ocho meses de su última actuación. Quienes vinieron por primera vez a la Sala We Rock en el 2015 tocando el mismo día que Mago de Oz y presentándose ante un puñado de personas y en marzo del 2018 ya fueron capaces de reventar la Sala Sound Stage, regresaban ahora a la Sala Copérnico, con capacidad de 600 personas que de nuevo se quedó pequeña ante el poder de convocatoria de estos extraordinarios músicos. No importó que Warcry estuviera en La Riviera esa misma noche, y Uriah Heep también estuviera cerca de allí. Y no piensen que se trata de públicos diferentes, no, sino del poder de una banda que sigue creciendo y veremos pronto a nivel de La Riviera con sus tres mil personas.
Una buena parte de los momentos extra musicales de la noche correspondieron a Fanfi García, quien nos dio la bienvenida al 2038. Dry River anunciaba que tocaría al completo su más reciente disco, “2038”, y además esa noche se grabaría un DVD. Comenzaron con “Perder el norte” y continuaron con “Fundido a negro” y “Rómpelo”. Esto nos hizo pensar que el disco caería tal cual, pero no fue así.
La banda es capaz de reír y reírse hasta de sí mismos. Ángel Belinchón nos habla de romper los miedos, mientras en primera fila alguien saca una bandera que habla de pepinos. Le gritan “bueno” y Ángel responde que él no estaba bueno ni cuando era joven. Otros le gritan “maduro”, y lo dejan atónito y sin saber si le están diciendo que es un hombre maduro o que se parece a Maduro el Presidente de Venezuela. Tiene que saltar Carlos Álvarez para pedir que no sigan gritando Maduro, que el gobierno de Castellón les quitará las subvenciones, y todos nos reímos con esa fina ironía tan clara.
Belinchón nos cuenta que sí tocarán el disco, pero no en el mismo orden para no aburrir, comenzando con la pieza final, “Con la música a otra parte”. El primer invitado de la noche es Juanjo Melero (ex Sangre Azul) que improvisó un magnifico solo junto a Carlos y Matías. Me hubiera gustado que la banda anunciara los invitados pero la sorpresa fue hasta el final, saliendo incluso cuando ya la canción había comenzado.
“Me pone a cien” es una pieza aparentemente sencilla que cuenta una historia muy habitual dentro del negocio musical. Una pieza que quedó muy bien y donde Fanfi salió a bailar con maracas durante el solo de guitarra de Matías Orero con aires latinos mientras le ponía un sombrero de esos que usan los turistas cuando están en las playas del Caribe.
Continuaron con “El camino”, “Al otro lado” y “Cautivos” en el que una vez más Fanfi salió para ir sacando carteles con dibujos alusivos a la letra de la canción. Para sordos e hipo acústicos. Se habla poco de un músico como Martí Bellmunt, quien desde su esquina y con esa cara de tranquila concentración pasa de los teclados al saxo y viceversa con la tranquilidad de quien controla bien su instrumento. Y el resto de la banda es igualmente insuperable.
Esperaba la entrada de Ronnie Romero sin imaginarme cual sería la canción escogida, y me tomó por sorpresa que fuera “Peán”, el corte más largo de “2038”. El vocalista de Rainbow puso la bandera bien alto, alternando los versos con Ángel. Esta es una pieza difícil de digerir en directo, pero Ronnie dio la nota especial. Cerraron el 2038 con “Me va a faltar el aire”. Y les confieso que a pesar de no saber exactamente de qué habla la canción, hay versos que me emocionan. Esta noche me di cuenta que no fui el único. Vean la reacción del público en el video. Era el momento de terminar y la banda se retiró.
Pero el 2038 dura una escasa hora y lo sabíamos. Mientras la banda refrescaba, Fanfi salió a pedirnos que no nos fuéramos, que debíamos esperar a que la burbuja en la que nos encontrábamos regresara al 2019. Que las últimas elecciones las había ganado Podemos, pero que no quedaba nadie ene se partido para formar gobierno, y se lo habían dado a una tal Leticia Sabater, que a juzgar por risas debe ser de las que atonta a la gente en la televisión. También nos dijo que el grupo regresaba.
Y regresaron con la intro de “Traspasa mi piel”, para liarla con “Bajo control”, del disco que inicio su ascenso no tan meteórico como quisiéramos pero continuo e imparable, “Quien tenga algo que decir… que calle para siempre”. Faltaban invitados por presentar y entró Francisco Mazuecos (Solid Relax Project) como batería invitado, para interpretar sorpresivamente “Bohemian Rhapsody”. No sé cómo me tomó por sorpresa, si ya sabemos que Dry River la toca incluso con los coros que Queen no se atrevió a hacer en directo. Además, Ronnie Romero regresó y agregó una dosis abundante de sentimientos mientras el público coreaba la canción verso a verso.
Entró Roberto Bravo (Solid Relax Project) a los teclados y Julio Castejón (Asfalto), quien fue el primer invitado que la banda anunció para este concierto de Madrid. Sabido es el enlace existente entre la música de Asfalto y Dry River, y estos aprovecharon para tocar una pieza de la leyenda madrileña: “Melani”.
Continuaron con un tema de su primer disco “La llave del sol”, que no les escuchaba tocar desde hacía cuatro años. Ángel agarró su keytar y nos dijo que ya debíamos saber que canción era la próxima, que quería terminar con ella porque quería salir por Madrid. También nos confesó que es lo único que sabe tocar y arrancó con las primeras notas de “Indisoluble”, que ellos llaman “Irresistible”. Fanfí salió con su rutina de ejercicios aeróbicos y su cara de alegría trasmitió el sentimiento entre los asistentes como brisa fresca. Pero aún no se acababa el show, que terminó con “Traspasa mi piel” con todos los asistentes cantando el estribillo, incluso los que no nos lo sabíamos. Un concierto donde todos salieron cargados de buenas vibraciones, alegría, buen rollo y todo lo positivo que pueda haber en esta tierra. Insuperables, Indisolubles: Dry River.