Viernes 15 de noviembre de 2019
Sala Santana 27, Bilbao
Los finlandeses Insomnium venían a la península para presentar su nuevo trabajo ‘Heart Like A Grave’, su octavo larga duración de una carrera ascendente que comenzó en 1997. El ahora quinteto, está en un gran momento y eso quedó más que claro en la magistral velada que protagonizaron la noche del viernes 15 de noviembre en la sala Santana 27. Para estas fechas se hicieron acompañar de los estadounidenses The Black Dahlia Murder y de sus compatriotas fineses Stam1na, una banda que me apetecía mucho ver en directo.
Hubo una buena entrada, calculo que unas 400 personas. Pero cuando la primera banda de la noche comenzaba no había una buena asistencia. Muy pocos, pero esto no amilanó a los curtidos veteranos Stam1na, una banda con 8 álbumes a sus espaldas, que en los 35 minutos que tuvieron dieron una enérgica descarga.
Les conocía de su disco 'SLK' de 2014 y una posterior entrevista. Comandados por el guitarra y cantante Antti Hyyrynen, que no paró de animar e intentar conectar con el personal, que un tanto frío recibió a este combo que tan difícil resulta ver por estas tierras. Era su primera visita a Bilbao y Antti lo recalcó un par de veces. Intentaron enseñarnos alguna palabra en finés, con escaso resultado.
Su particular amalgama metalera que bordea el thrash groove, cantado en fines y con algunas reminiscencias punk, dejó un poco descolocado a algunos de los asistentes, en su mayoría fans de Insomnium, pero al final terminaron reconociendo la entrega de los Stam1na, que se dejaron todo sobre el escenario. Ellos mismos se auto-etiquetan como Metal- Punk.
Si mal no recuerdo creo que tocaron unos 7 temas, tres de ellos pertenecientes al más reciente LP 'Taival', que salió en 2018. Hablo de "Sudet tulevat", "Solar" y la potente "Enkelinmurskain", que algunos conocerán por el video, un temazo. Me alegró escuchar "Massina" del mencionado álbum, 'SLK' de 2014, que es el único que conozco en profundidad. Me gustó verles en directo, una pena que fuese tan breve.
Era el momento de ver una vez más al combo de Michigan liderado por el vocalista Trevor Strnad, The Black Dahlia Murder, que ya habíamos visto o intuido (por las luces que usan) este mismo escenario en marzo de 2018 como acompañantes de Cannibal Corpse. Como en la anterior ocasión salían a escena entre brumas azuladas, que apenas dejaban ver sus siluetas.
El cuarteto salió hacer su trabajo, repartir estopa, con temas como: "Widowmaker", "Contagion" o "Miasma", pero enseguida nos dimos cuenta que no gozaban de un buen sonido, todo se hacía una bola poco digerible, aun así hubo unos cuantos fans que se lo pasaron pipa con los de Michigan. Me consta que alguno pago solo por verles a ellos. Para otros se hicieron un poco largos los cerca de 50 intensos minutos, que estuvieron sobre el escenario.
Desquiciantes piezas como "What a Horrible Night to Have a Curse", con un ritmo endiablado o una de sus canciones más conocidas como: "Nightbringers", posiblemente de las más accesibles que tengan. La tormenta continuaba con la endiablada "As Good as Dead", donde vuelven a pisar el acelerador sin piedad. No quiero dejar de mencionar el enorme trabajo del guitarra Brandon Ellis, ex Arsis.
Trevor anunciaba la seminal “On Stirring Seas Of Salted Blood”, pero el final estaba cada vez más cerca. Pero aun había tiempo para los últimos coletazos, "Everything Went Black" y cerrando con "Deathmask Divine". Repito, su concierto se vio lastrado por el mal sonido. Independientemente de si te gusta o no lo que hacen, se lo dejan todo en cada acorde.
El momento esperado llegaba, los Insomnium salían mientras suena una intro y atacan con esa auténtica joya titulada "Valediction", desde ese momento las sensibles melodías, la melancolía y la oscuridad se apoderaron de la sala. Sin apenas pausa caía otra de las nuevas, "Neverlast", con los guturales y esas melodías de guitarras dobles, vaya sonidazo. Ovación enorme, y el sonriente frontman Niilo Sevänen se encarga de anunciar "Into The Woods".
No había pausa y llegaba la imponente "Through The Shadows", que fue coreada por la mayoría de los asistentes, melodías guapas y contundencia, los pelos como escarpias. Sin duda la entrada de Jani Liimatainen ex guitarra de Sonata Arctica y actual The Dark Element, ha sido un acierto total, el hombre está súper empastado con la banda.
Otras de las nuevas, la extensa "Pale Morning Star", que en cuanto el público la reconoció la gozó. ¡Uf, impresionante!. El guitarra Markus Vanhala es un jefazo, vaya actuación se casco este señor. La comunión con la audiencia era total, propusieron un viaje a 2006 con un viejo clásico, “Change Of Heart”, seguida de otras dos canciones nuevas, “And Bells They Toll” con voces limpias de Jani Liimataienen y “Mute Is My Sorrow” cuyas guitarras acústicas del inicio son pregrabadas, lo mismo que algunos teclados en otras piezas. Esto por poner una pega. Las bellas melodías dobladas sonaban brutales en la fría noche bilbaína.
Caemos presas de las envolventes atmósferas de “Ephemeral”, con la que terminaron de desbordar la emoción. Impresionante. Volvían trece años atrás con “In The Groves Of Death”, de su LP 'Above the Weeping World' de 2006. Momento que agradecieron los fans más acérrimos del combo. Tras esta se marcharon del escenario para volver muy rápidamente y afrontar los bises. Se escucha el sonido de la lluvia y arrancan con "The Primeval Dark" que empalman con el magistral himno "While We Sleep", ambas del plástico, 'Shadows of the Dying Sun' de 2014. Éxtasis total y colectivo. Una jodida maravilla.
Un inesperado momento acústico y desenfadado cuando ambos hachas salen con sombrero de cowboy, guitarras acústicas y cerveza en mano, se sientan al borde del escenario para interpretar una versión instrumental acústica de algo que me sonaba a "One for Sorrow". Aplausos y sale el resto de la banda y los guitarristas aún con los sombreros puestos encaran el final con "Heart Like A Grave". Un concierto con una calidad de sonido descomunal.
Perfecto final para uno de los conciertos del año, al menos para quien suscribe esta crónica. Lo dicho, una banda en estado de gracia y que sigue creciendo álbum tras álbum.
*Agradecimientos a la promotora Rock'n Rock y a la propia sala Santana 27.