Urban Rock Concept. Vitoria/Gasteiz, Araba.
Sábado 11 de enero de 2020
Desde la salida del doble CD y DVD en directo “Madrid Rio”, Ñu han vuelto a la acción, dando conciertos de manera más frecuente. Dentro de esta gira“2019/2020” se dejaron caer en la sala Urban Rock Concept de Vitoria Gasteiz un gélido sábado de enero.
Si no me equivoco la banda lleva sin tocar en el País Vasco la friolera de 20 años, desde que visitaron la sala Bilborock de la capital vizcaína. Esto, sumado a la cancelación de su concierto en Bilbao por la poca venta de entradas dos años antes, hacía que tuviese mis dudas sobre el poder de convocatoria de José Carlos Molina y los suyos en estas tierras.
Todas las dudas se disiparon al llegar a la sala y ver una multitudinaria cola, que pasaba frío esperando a que abrieran las puertas, como no había visto en ninguna de mis visitas a la sala, que no han sido pocas.
Hora y cuarto después de abrir puertas, y sin teloneros de por medio, empezó a sonar una introducción pregrabada, compuesta básicamente por teclados y que recopilaba melodías de algunos de los temas más característicos de la banda. La gente se empezaba a impacientar, la introducción y la espera se hicieron demasiado largas, y para colmo, tras finalizar esta primera introducción empezó a sonar una segunda, basada en el tema “Tú Serás Su Juez”, la misma que abre su último álbum en directo “Madrid Río”.
Con todos los músicos sobre el escenario empezaron a interpretar “Viejos Himnos Para Nuevos Guerreros”y Molina hizo su aparición triunfal con los primeros soplidos de flauta, mientras meneaba su inconfundible melena. Desde el primer momento pudimos disfrutar de un Molina pletórico, en buen estado de forma, que se llevó público al bolsillo con el buen humor y picaresca que gastó durante la noche. Aún así, el público parecía no estar muy familiarizado con este tema de su último disco, de mismo nombre y publicado en 2011.
El ánimo de la gente cambió completamente con “No Hay Ningún Loco”, todo un clásico de la banda y que no puede faltar en sus directos, con todo el personal coreando los estribillos y saltando como locos, y es que de locura iba precisamente la cosa, porque enlazaron el tema con “La Granja del Loco”.
Hacía 3 meses que habían interpretado su primer disco “Cuentos de Ayer y de Hoy” íntegramente durante un concierto en la localidad de Pinto, posteriormente hicieron lo mismo en el festival Calella Rockfest y tenía una mínima esperanza de que lo repitieran en Vitoria, pero no sonó la flauta, al menos en ese sentido. De todas formas hicieron un guiño a ese álbum, interpretando seguidos “Preparan”, “Algunos Músicos Fueron Nosotros” y “El Juglar”.
Continuaron con “Celebración”, tema instrumental estratégicamente colocado en el setlist y con el que José Carlos se retiró para coger un poco de aire. El juglar volvió a saltar al escenario para interpretar “Cruz de Hierro”, todo un clásico, muy resultón en directo, un tema muy potente de su disco de 1994 “La Danza de las Mil Tierras”, del que interpretarían 3 temas durante la noche.
La banda gozó de muy buen sonido pese a contar con 7 instrumentistas en sus filas, al principio a penas se escuchaba la viola de Vesko Kountchev, pero el sonido fue mejorado poco a poco, hasta rozar casi la perfección durante la segunda parte del concierto. El violinista de origen búlgaro militó en la banda durante la segunda mitad de los años 90, aunque también grabó como músico invitado los álbumes “Cuatro Gatos” y “Réquiem” de 2000 y 2002, y volvió a la banda en 2018 para la grabación de su último disco en directo. Desde su salida de la banda en 1998, Ñu prescindieron de violinistas y violistas, y hay que reconocer que los temas ganan mucho con la inclusión de este instrumento, todo un acierto.
Molina presentó los siguientes temas como “algo más tranquilos, pero no por ello horteras” y tras sentarse en un taburete la banda interpretó “Robin Hood”, “Pícaro” (para el que José Carlos cambió la flauta travesera por un whistle), “Trovador de Ciudad” y “Vampiro Y Amante”, dirigiendo el ritmo del repertorio hacia tono más relajado.
Continuaron con la instrumental “En Ruta”, incluida en su último disco en directo “Madrid Río”, con la que introdujeron “Se Quién”, uno de los temas más épicos de su carrera, y siguieron con “Manicomio”, manteniendo el ritmo.
José Carlos dejó la flauta para colgarse una guitarra acústica e interpretar “Tocaba Correr”, no podía faltar en el repertorio. El flautista tiró de su faceta más dicharachera para presentar el siguiente tema, nos contó a modo de anécdota la manera con la que en su juventud escondía el hachís en un pequeño compartimento que tienen las flautas traveseras, y empezó a interpretar “El Tren”, tema que precisamente hace alusión mediante metáforas a los porros. El público se vino arriba con este tema, compuesto durante la primera etapa de la banda por la genial unión musical de Rosendo Mercado y Molina, y que posteriormente el guitarrista también interpretaría en Leño.
Siguieron con uno de los temas más queridos por el público, “El Flautista”, que fue coreada por el personal y puso la sala patas arriba.
Los músicos se retiraron, y tras una breve pausa Molina subió al escenario para indicar a Juanmi Rodríguez cómo tocar el siguiente tema con el teclado, y es que, como pudimos ver más tarde en el setlist, no estaba planeado que sonase esta noche. Juanmi tardó solo unos segundos en captarlo y envuelto en su elegante traje y camisa de chorreras comenzó a interpretar las primeras notas de “Ella”, que el flautista presentó como “un tema compuesto para una mujer, el problema es que era la mujer de otro”. Enlazaron con la guitarrera “Más Duro Que Nunca”, única interpretación de su mítico disco “Fuego” de 1983, con la que darían por finalizado el concierto tras 2 horas y 10 minutos.
Cabe destacar la buena labor a las guitarras de los dos guitarristas que forman parte de Ñu actualmente. Manolo Arias, toda una institución dentro del género, ha militado en bandas tan emblemáticas como Niágara, Bella Bestia, Muro… formó parte de Ñu durante los primeros años del nuevo milenio y ha vuelto a la banda en 2018 tras la separación de Atlas. Su buen hacer y experiencia combina perfectamente con Luis Calzada, un fuera de serie que militó en la banda madrileña de metal progresivo Avatar y toca en varias bandas tributo en la actualidad.
La base rítmica la componen Oscar Pérez a la batería, que actualmente también forma parte de las bandas Ars Amandi y Khy, y César Sánchez al bajo, ex-Eldorado, que por el tamaño del escenario quedo relegado a un segundo plano la mayor parte del tiempo, y que pese a mostrarse tímido acabó por soltarse y animar al público en varias ocasiones. El grupo se completa con el teclista previamente mencionado, Juanmi Rodríguez, que formó parte del grupo de 1997 a 1998, y que, al igual que Vesko, grabo los álbumes “Cuatro Gatos” y “Réquiem” durante los primeros años 2000.
Visto el setlist que tenían sobre el escenario, hicieron un par de modificaciones en el repertorio. Cambiaron “La Copa” por “Manicomio” y en vez de finalizar el concierto con “Imperio de Paletos” lo hicieron con “Ella” y “Más Duro Que Nunca”.
Un concierto triunfal, una elección de temas basada en gran parte en los clásicos de los álbumes de los años 80 y una banda más compacta y engrasada que la que vi dos años antes en el concierto de La Riviera, donde aparte de registrar el directo también se estrenó la formación actual. La gente salió muy satisfecha del concierto, lo que si eché de menos fue asistencia de público joven, “nuevos guerreros” escuchando esos “viejos himnos”, tal y como dice su canción. Esperemos que no tengan que pasar otros 20 años para que nos vuelvan a visitar.
Setlist:
Viejos Himnos Para Nuevos Guerreros
No Hay Ningún Loco
La Granja del Loco
Preparan
Algunos Músicos Fueron Nosotros
El Juglar
Celebración
Cruz de Hierro
Robin Hood
Pícaro
Trovador de Ciudad
Vampiro y Amante
En Ruta
Se Quien
Manicomio
Tocaba Correr
El Tren (Instrumental Judith Mateo)
El Flautista
Ella
Más Duro Que Nunca