Lunes 17 de octubre de 2022
Sala Santana 27, Bilbao

A una semana de cumplirse los 5 años de su anterior visita volvían a Bilbao los influyentes y camaleónicos, Paradise Lost, el combo de Halifax venía presentando su más reciente trabajo de estudio, 'Obsidian', que salió en 2020, pero que no habían podido presentar por estos lares. Pocas presentaciones necesita una banda como esta, que continúa siendo fiel a sí misma y moviéndose de forma sincera por territorios musicales que ayudaron a definir.

En esta gira les acompañan los barceloneses, Obsidian Kingdom, otra banda que ha ido mutando y enriqueciendo su sonido disco a disco. Su disco 'Meat Machine' vio la luz a mediados de 2020 y les pudimos ver en vivo en Mungia en un elegante concierto, únicamente perjudicado por la mascarilla y el estar sentado.

A la hora anunciada salían a escena los Obsidian Kingdom con una escasa iluminación, un ambiente opresivo en el que solo se veían siluetas, salvo algún ramalazo de las pequeñas columnas de luces leds que traían que dejaba ver algo más. Mi impresión fue que el escaso publicó que poblaba la sala a esas horas, no conectó demasiado con su propuesta. Su rollo prog oscuro suena genial, aunque entiendo pueda resultar difícil de asimilar a la primera. A mí me parece una bandaza.

Comandados por el vocalista y guitarra Rider G Omega, esta vez venían sin la teclista, desconozco si es algo puntual o si ya no pertenece a la banda. El caso es que los samplers fueron disparados, me dio la impresión de que sonaban un poco más guitarreros. El bajista también era otro o eso me pareció, como digo, no hubo apenas luz frontal para verles las caras.

La banda completó un setlist donde brillaron temas contundentes como la inicial "Meat Star", “Last Of The Light” o “Cinnamon Balls”. Comentar que no hubo apenas pausa entre tema y tema. Únicamente casi al final antes de presentar una de las canciones, Rider G Omega espetó un mila esker que fue respondió con aplausos. Otros momentos más densos con “Haunts Of The Underworld”, la breve y experimental “Fingers In Anguish”, para cerrar con magistralmente con "The Pump".

Los horarios se cumplieron y allí estaban una vez más los Paradise Lost con su sobria puesta en escena, con un telón de fondo con la portada del 'Obsidian', una tenue iluminación, con donde siempre el más activo y único con caras alegres es Aaron Aedy, el tipo no para de moverse y hacer aspavientos, Gregor Mackintosh fue quizás el más iluminado, mientras Nick Homes y Steve Edmondson se clavaron en mitad del escenario en la penumbra, aunque Nick se movió algo hacia delante volvía siempre a su posición inicial. Al batería Guido Montanarini apenas le vimos. Esta vez dominaron los verdes y azules, aunque tampoco faltó el rojo.

Gozaron de una entregada y heterogénea audiencia que cantó y disfrutó el concierto de principio a fin. Abrieron con la sublime "Enchanment", primera referencia al venerado 'Draconian Times', seguida por "Forsaken" una de las "nuevas", que sonó perfecta. Nick pilló una lata de cerveza y le dio un trago y comento "Es la primera birra en una hora", para presentar "Blood And Chaos" del 'Medusa', con semejante repertorio, es fácil toparse con un setlist muy completo como el de esta noche, aunque en mi caso eché en falta alguno más de mi idolatrado 'Icon'.

Así llegamos a otro clásico reciente, hablo de “Faith Devide Us – Death Unites Us”, que muchos en el público cantaron y disfrutaron, solo había que mirar las caras y los gestos. No hubo que esperar mucho para gozar con "Eternal", madre mía, da igual cuantos años pasen, esta canción es un jodido himno. Puede que la voz de Nick no suena tan amenazante como antes, pero continúa siendo un momento intenso de sus actuaciones. Pasando al otro lado de su amplio  espectro musical con "One Second", otra que agradeció el respetable.

Vuelta a la actualidad con “Serenity”, que tiene pinta de que permanecerá en su setlist de directo como la ha hecho la que seguía, “The Enemy”, coreada y con esas guitarras de Greg Mackintosh y Aaron Aedy que se antojan graníticas, qué gozada. Para luego dar paso a otro clásico imprescindible ya no solo de Paradise Lost sino de la historia del Gothic Metal, nada menos que, "As I Die", que comenzó con un problema en los samplers disparados, tras lo cual se disculparon y tras unos segundos de espera a que el batería Guido resolviese el tema, arrancaron otra gran interpretación. De las mejores de todo el bolo.

Propusieron una atmosfera algo más íntima en otra de las nuevas, “The Devil Embraced”, con guitarras etéreas y la voz limpia de Nick, arropados por una palpitante batería y alternando los guitarrazos más gruesos. Llegábamos a otra del 'Draconian Times' que no puede faltar, “The Last Time”, me gustó mucho como sonó. Por supuesto que fue celebradísima y que terminó de enchufar al personal. Brillante interpretación. Enfilábamos hacia el final y allí estaba la doomy, “No Hope In Sight” del oscuro 'The Plague Within'. El contrapunto estaba en camino, lo descubrimos en cuanto sonaron los teclados disparados que anunciaban "Say Just Words". Otro de los momentos cumbres de la velada. Tras la cual se marcharon y el escenario quedo a oscuras.

El primero en volver para los bises fue Nick que en solitario enfrentó la primera parte de “Darker Thoughts”, sus compis fueron volviendo uno a uno y tomando posiciones para cuajar una grandiosa interpretación de este nuevo temazo, con una imponente base rítmica y un espectacular trabajo de las guitarras. Me quito el sombrero ante semejante interpretación. Mucho tuve que esperar para disfrutar la única referencia de la noche al 'Icon', ahí estaba la tortuosa "Embers Fire", ufff qué pasada. Para el final apostaron por otra de las "nuevas", “Ghosts”, con el bombo de Guido marcando el ritmo y una gruesa línea de bajo de Steve. Un cierre gótico con regusto siniestro que cerró otra gran actuación de los Paradise Lost. ¡Larga vida, la madre que los parió!

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