Durante mi estancia de una semana en Londres no pensaba que podría ver a esta espectacular banda, ni era mi intención, pero cuando visité el Ronnie Scott´s, el cual encontré por casualidad, vi que ese mismo fin de semana el grupo ofrecería dos shows el viernes y uno el sábado. Al ir a preguntar por las entradas resultó que estaba todo sold out desde hace tanto tiempo que incluso en la programación mensual impresa ya estaba puesto el cartel de todo vendido. Aun así, el portero me dijo que fuera el viernes, que posiblemente alguien fallara.
¿Quién va a fallar? Es lo que siempre se pregunta el que no tiene entrada. ¿Fallaría yo si tuviera una entrada para ver a Incognito? Claro que no, pero la casualidad no está escrita, así que nos acercamos el viernes a ver si el milagro había ocurrido, y nos dijeron que NO, pero que estuviera ahí una hora antes del show a ver si algo ocurría. Con las alas del corazón chamuscadas, regresé a las seis para encontrarme con una tremenda cola (para los parámetros londinenses), que me quedé observando. Entonces vi a una mujer vestida de traje que entraba, salía y daba órdenes, y en un momento que salió me acerqué y decidí preguntarle. “Is there any chance to buy a ticket?”, “How many are you?”, “Two”, “Let me see”, y en un par de minutos salió el portero para decirme que “¡qué casualidad!”, solo quedaban dos entradas disponibles. A sacar la cartera, poner el billete y para adentro.
La banda que abrió el show, un trío de jazz tradicional, con muy buenos músicos que hicieron un show de escasa media hora. Tras quince minutos de espera, entró la banda al completo, para comenzar con “Step into my life”. El Ronnie Scott´s es bastante grande como club pero no tanto como para perder visibilidad. Nos encontrábamos en la zona derecha del escenario, y lo primero que me vino encima fuer la avalancha de notas a cargo del bajista Francis Hylton, (y posiblemente me equivoque en algún nombre, porque además de estar algo oscuro no pude reconocer a algunos músicos) que durante todo el concierto con mucha tranquilidad gestual y tremendo swing, mantuvo la sección rítmica a tope.
Entre canción y canción el directorJean-Paul “Bluey” Maunick nos fue comentando cada uno de los temas, hablando con el público y bromeando. Pensé que su verbo estaría exaltado por ser un concierto especial en este lugar, pero después he visto que es una persona a la que le gusta hablar. Resultó muy agradable escuchar sus historias a las cuales el público respondía haciendo sus propios comentarios. Dieron paso a “Can´t get you out of my head” con magníficos solos a cargo de la sección de vientos, a la que siguió “Goodbye to yesterday”, uno de los singles de su nuevo disco Surreal, el número ¡15! de su carrera, cantado por el vocalista Mo Brandis quien con solo 26 años mostraba una madurez y una técnica vocal impresionante.
A continuación, Maunick presentó a Imaani, la pequeña vocalista con un volcán en su pecho y apariencia caribeña, quien salió como una tromba para cantar y poner a cantar a todos con “N.O.T.”, a la que siguió “Ain´t it time” y “Above the night”, tambien pertenecientes a Surreal. De este tema acaba de salir un video clip, y como en el Ronnie no se podía hacer fotos, muchas me salieron mal, por lo que les pongo los videos y asi disfrutamos mas. Los videos los tomé del sitio web oficial de la banda que puedes visitar pinchando aqui.
Entre las cantantes femeninas destacada por su presencia escénica y ritmo corporal, además de por su voz, la alemana Natalie Williams, también miembro del grupo de jazz del Ronnie Scott´s. Lo que son los clichés y prejuicios, yo nunca pensé que una europea blanca leche pudiera moverse con tal ritmo. También estaba Vanessa Haynes, otra espectacular cantante, y es que en Incognito las mujeres que cantan todas tiene una voz espectacular, sino recuerden a Maysa quien todavía colabora si bien no estuvo esa noche allí, aunque no se olvidaron de mencionarla como parte importantísima de la historia de Incognito.
Maunick nos contó que cuando él era un joven, miraba al Ronnie Scott´s soñando que un día posiblemente pudiera tocar aquí, y ahora aquí estaban, mientras yo agregaba mentalmente que sí, que estaban aquí poniendo el local al rojo vivo como los mejores. Llegó el momento de “Colibri”, posiblemente la pieza más conocida entre nosotros, con un pegajoso ritmo brasileño, marcado por el bajo y la guitarra, manteniendo una cadencia muy pop. Luego interpretaron “Supersonic Lord Sumo” para caer en la lenta y cargada de soul, “Still a friend of mine”, un éxito para toda la vida.
Natalie Williams presentó con mucho sentimiento “Inside my love”, un tema de Minnie Ripperton que ella bordó con técnica y corazón, arrancando enardecidos aplausos, y dando pasó a la rítmica “Talkin´ Loud”, que le echó leña al fuego.
Parecía que el concierto había llegado a su fin, cuando Maunick nos comentó su admiración por Stevie Wonder, algo que ambos compartimos, y a continuación Vanessa Haynes cantó su version particular de “Don´t you worry ´bout a thing”, aunque presentaron como “As”, así que yo creo que alguien se equivocó.
Y al momento del cierre, Maunick presentó a su banda, donde todos son músicos de diversos países, que forman la nación Incognito, y la música se ha enriquecido con las mezclas culturales, étnicas y raciales, al punto de crear una banda con identidad propia que ya tiene más de 30 años y que esperamos duren lo mismo que los Rolling Stones. Para cerrar con “Always There”, que dejó a la gente con deseos de más, pero ya se acababa el tiempo y todavía a incognito le quedaba un segundo show esa misma noche, por lo que después de una sentida despedida, se retiraron.
Mientras Maunick se dedicaba a firmar discos, otros músicos de la banda compartían con el público, salían a la calle, se hacían fotos con los admiradores, y tomaban un descanso para el siguiente show. Al salir a la calle, me encontré que había aun más gente esperando que cuando entramos, señal de que la banda tenía que haber hecho más conciertos. Pasé una noche de ensueño, viendo a unos músicos espectaculares con un concepto de composición e improvisación muy armónico, y una mezcla de jazz, funk, soul, disco, pop y rock que será eterna.