13 de Noviembre de 2015
Sala Totem, Villava
La gira de 25 aniversario de Gamma Ray ya no sería solo especial por ese simple hecho de llegar al cuarto de siglo de trayectoria. Pocos días antes del inicio de la gira peninsular de los alemanes se anunciaba la incorporación definitiva de Frank Beck como cantante en la banda como nueva voz al lado de la de Kai Hansen. Un hecho histórico en la banda tras muchos años con el pelirrojo guitarrista haciéndose cargo de la voz, con el tremendo carisma que él le ha imprimido a las canciones tras la salida de Ralf Scheepers en 1994. Esto levantaba curiosidad y dudas entre los seguidores, con un debate abierto entre muchos previamente al show.
Antes de desvelar toda incógnita de lo que los rayos gamma nos ofrecerían con su nuevo fichaje tendríamos en liza a dos bandas muy interesantes. Los primeros eran prácticamente desconocidos para la mayoría. Los londinenses Neonfly presentaban sus dos trabajos editados hasta la fecha, con una buena dosis de melodía y calidad en su heavy metal con cierta tendencia hard rockera. Contaron con un excelente sonido de inicio, tónica que en todas las bandas jugaría un papel favorable, y cuajaron una gran actuación pese al desconocimiento general. Temas como “Morning Star” con el que terminaron, o previamente “A Gift To Remember” o “Heart Of The Sun” dejaron constancia de su calidad, con un vocalista muy destacado y un trabajo de la banda muy pulcro. Quien capitaneó el espectáculo de la banda en escena fue el guitarrista mexicano Frederick Thunder con unas curiosas plumas adornando su cuidada pose. Grato descubrimiento para la mayoría.
Serious Black ya levantaban su propia expectación. Este supergrupo conformado por músicos de otras bandas de la escena europea volvía a recalar por nuestro país tras acompañar hace unos meses a Hammerfall. Como en aquella ocasión ni Thomen Stauch ni Roland Grapow pudieron estar con la banda. Parece que este último definitivamente ha salido de la formación. A falta de sus nombres más deslumbrantes es el vocalista Urban Breed quien se echa la banda a las espaldas. El ex de Tad Morose adquiere mucha presencia escénica, aunque muy bien escoltado por músicos de contrastada calidad como un Bob Katsionis que parece haber ocupado definitivamente el puesto de Roland Grapow. A veces resulta imposible compaginar varias bandas y en este caso puede resultar un tanto decepcionante para muchos no encontrarse con ciertas figuras en la formación. Incluso puede ocurrir como en este caso que falle hasta el sustituto en la batería, que debía ser el miembro de Rhapsody Of Fire Alex Holzwarth. La tercera opción fue un para mí un desconocido Jan Freeseman, miembro de una banda alemana llamada Grailknights. Sí que ocuparon su puesto el bajista Mario Lochert y el guitarrista Dominik Sebastian, ambos con pasado y presente también en varias bandas como ocurre en todos los casos en este grupo.
Bien es cierto que el concierto fue de gran nivel por su parte. Nuevamente sonando muy bien y con un vocalista en plan estelar. La voz de Urban Breed rayó a muy buena altura, sabiendo también cumplir su labor de frontman. Los temas de su flamante disco “As Daylight Breaks” brillaron con luz propia en la sala Totem. Me sobró la especie de medley que hicieron de “I Was Made For Lovin´ You” de Kiss y “Rock You Like A Hurricane” de Scorpions, que más que unas versiones o amago de ellas solo fueron la excusa para mediado el concierto hacer cantar al público. Pero la banda expuso su verdadero nivel en sus propios temas, caso de “Akhenaton” u “Older And Wiser”, marcando muy bien los tiempos con unos relajados “Seaking My Fate” y “Listen To Te Storm” en la parte central de la actuación, intercalando un gran “Setting Fire To The Earh” y terminando a lo grande con dos de sus temas más destacados, como “High And Low”, con gran estribillo y muy coreable, y “I Seek No Other Life” para definitivamente despedirse de la mejor manera.
Reconozco que pese a tratarse de la gira de 25 aniversario el set list no me causó mayor expectación que en otras ocasiones pese a incluir algunos temas olvidados en los últimos tiempos. La mayor curiosidad se centraba en ver a Frank Beck sobre el escenario junto a la que ya es oficialmente su banda. A la postre, sin embargo, el concierto me convencería como nunca antes lo había hecho en ninguna de las múltiples ocasiones en las que he podido ver a la banda en vivo. Entiendo que opiniones habrá para todos los gustos, pero la sensación que se respiraba en la sala a medida que transcurría el concierto era de rotundo triunfo, hasta terminar en un clamor favorable a Gamma Ray que haría arrodillarse al mismo Kai Hansen ante su público.
Con “Bad Reputation” de Joan Jett se apagaron las luces, sirviendo de primera previa a la intro “Welcome”, rememorando de inicio su primera obra “Heading For Tomorrow”, remasterizada con material extra para conmemorar este aniversario. A ello siguió un “Heaven Can Wait” que les hizo entrar a lo grande (en ese arranque) al cuarteto alemán. Todavía habría que esperar para ver al nuevo vocalista en acción.
“Last Before The Storm” demostraba que al contrario que en sus últimas visitas, esta vez la banda iba dar un repaso a toda su trayectoria, con una mayor presencia de temas clásicos que con nuevos discos se suelen caer del repertorio Así, Gamma Ray continuó con “Fight” dando ya entrada a Frank Beck. El vocalista haría un trabajo conjunto con Kai en el que normalmente él se haría con el papel principal desde este momento, dejando a su jefe y compañero una labor en segundas voces que otorga un resultado diferente a lo acostumbrado, pero muy empastado en el estilo del grupo. La sensación fue de convencimiento general a medida que pasaba el concierto. Además, Frank Beck tiene un registro muy adecuado para la banda. Sin ser el portento que en su día fue Ralf Scheepers no anda nada mal de voz, pudiendo llegar al registro más chillón de Kai Hansen, huella personal desde los tiempos de Helloween.
Por su parte, hay que reconocer que el líder de Gamma Ray lleva años con la voz bastante cascada, algo que esta noche también se notó. Pese a defenderse con su carisma, es comprensible que finalmente haya optado por una ayuda. Más que un capricho parece una necesidad.
“One With The World” fue otro clásico de la banda, precediendo a un “I Want Out” de Helloween partido en dos por el típico juego con el púbico y una pequeña parte reggae con la que Kai Hansen se atrevió quedando a mi modo de ver como un momento entrañable de la actuación. “Valley Of The Kings” nos devolvió al legado firmado ya como Gamma Ray, llegando a un inmenso “Th Silence”. Un tema interpretado prácticamente en su integridad por Kai Hansen a la voz, con Frank entrando de nuevo en el final de la interpretación.
La banda se tomaría un respiro con dos buenos solos. Aunque pensé que podría hacerse pesado enlazar solo de batería y bajo tanto Michael Ehré como Dirk Schlächter hicieron sus respectivos solos de una manera muy amena, buscando la implicación del personal. Tras eso “Induction” servía de intro para un “Dethrone Tyranny” veloz, potente y muy entregado por parte de un sonriente Kai Hansen, secundado por un no menos simpático Henjo Richter, que aporta un lubricante fundamental a las guitarras principales.
“Empathy” y “Master Of Confusion” repasaron una época más reciente de la banda. Este último es un autentico cañonazo que promete consolidarse en sus conciertos. Tras ellos la banda se marcó un medley que quedó mucho más logrado de lo que esperaba. “Rebellion In Dreamland” ocupó el tramo más extenso, con la sala atronando en el estribillo. Este desembocó en un “Heavy Metal Universe” acogido con los brazos abiertos por todos, para atacar un “Ride The Sky” de los primeros Helloween que hizo vibrar a la Totem. Fue el punto de no retorno hacia la victoria que pese a parecer ya sentenciada aún ofrecería grandes momentos.
Ahora tocaba regodearse, lo cual consiguieron de manera impecable con “Somewhere Out In Space”, donde alargaron el tramo central de solos, con el pequeño guitarrista mostrando una sensibilidad a la que no nos tiene muy acostumbrados. Por si alguien piensa que solo se siente cómodo tocando a la velocidad de rayo, aquí se lució como guitarra solista atravesando tesituras muy diferentes, aunque como era de esperar con la reentrada a saco para terminar uno de los grandes temas de la carrera de la banda.
Los oes y el beste bat se juntaban en un reclamo pidiendo el regreso de la banda a escena tras haber abandonado el escenario. Así lo hicieron los músicos envueltos por un ambiente de los verdaderamente grandes para iniciar con “Heading For Tomorrow” otro pequeño medley que incluiría dos de los temas más extensos de su carrera. El mencionado de su primera obra y “Avalon” de su último trabajo de estudio “Empire Of The Undead”, resultando un gran momento pese a que los temas originales resultaran mutilados. La aclamación del personal parecía abrumar a la propia banda, a la que solo le quedaba rematar con “Send Me A Sign”, cuyo estribillo sigue haciendo estragos para terminar los conciertos de los alemanes.
Tardaría la banda en irse del escenario más de lo habitual, con gesto incluso de pensarse si ofrecer algo más a su público. Tal fue la sensación que causó Gamma Ray en esta visita. Un gesto tímido de Kai Hansen nos indicaba que no había nada más, pero aún antes de marcharse se acercarían a las primeras filas a repartir púas y saludar a un público absolutamente encantado por el influjo de los rayos gamma.
*Publicado originalmente en La Mirada Negra.