Después de haber visto al maestro Joe Satriani, fue todo un lujo poder disfrutar de su alumno más aventajado, maestro de maestros, Steve Vai.
Gracias en primer lugar a David Esquitino, quien me facilitó la gestión, y a Pilar González de Tregon Comunicaciones que podemos hacer esta crónica. Da gusto trabajar con promotores tan profesionales y además magnificas personas.
Con un botánico repleto al 99 por ciento de su capacidad, comenzó el concierto sin teloneros, que no es la forma en que se ha estructurado esta serie de actuaciones en los veranos de la Villa de Madrid. Rezaba la pantalla que el artista no quería que se le hicieran fotos, y solo cinco fotógrafos estuvieron acreditados al foso, por lo que estas fotos que veras aquí son para ilustrar el artículo y tienen mero caracter documental.
Fue curioso que mientras esperábamos se ambientaba con música de los setenta, por ello algunos no se dieron cuenta que el Roundabout de Yes fue el preludio para que comenzara a sonar la guitarra de Steve Vai, cuando aun ninguno de los músicos estaba en el escenario. La pantalla de video, extremadamente pequeña para las dimensiones del escenario (tomen nota, organizadores) se encendió con la escena de la película Cruce de Caminos previa a la entrada de Vai, quien sincronizado con el video, entró a la pista entre clamores. Había dos pantallas de video laterales que muy bien pudieron utilizarse para los videos del show, pero tampoco pudo ser.
Sabíamos que esta era la gira de presentación de Passion and Warfare, pero Steve arrancó con “Bad horsie” continuando con “The crying machine” y “Gravity storm”. Las líneas melódicas de “Tender surrender” nos mostraron al músico más sentimental, antes de tomar el micrófono.
Luego de algunas agradables bromas, Steve comenzó contarnos en un inglés lo suficientemente básico como para ser entendido medianamente, que hace 26 años grabó un disco, con canciones que pensaba que a nadie le gustaban, que nadie compraría, pero a él sí, y lo tituló Passion and Warfare. Aunque no es eso lo que yo recuerdo de ese magnífico disco que nos encandiló desde su portada hasta la última nota, una obra maestra. Cuando grabó este CD, ya se había hecho presente en los discos y videos de Alcatrazz, David Lee Roth y Whitesnake, mientras que los más melómanos lo conocían de su trabajo con Fran Zappa, aquellas “partes imposibles de guitarra”. Comentó que iba a tocar el disco íntegramente de la misma manera en que está grabado, y así mismo fue.
Comenzó con “Liberty”, recordando la actuación en Sevilla 91 junto a Brian May en Leyendas de la Guitarra, mostrando ese momento en pantalla. Con una banda modesta en cuanto a recursos, aunque muy buenos músicos, donde destacaba por su presencia y fuerza en la pegada, el baterista Jeremy Colson, Vai fue el centro de atención. El segundo guitarrista y tecladista, Dave Weiner, apoyó en muchos momentos necesarios e incluso realizó algún que otro duelo con el Maestro, mientras que el bajo de Phil Bynoe a nuestro entender estuvo casi que sub utilizado, dedicándose estrictamente a mantener las notas de las canciones de la manera en que estas fueron grabadas.
Vai utilizó todas las técnicas de guitarra habidas y por haber. Entre el público pude a ver al espectacular guitarrista Jorge Salan y también a Tony Hernando de Lords of Black. Y me agradó ver que dos guitarristas que son referente de su instrumento en España, hayan estado allí, una muestra de que el interés por Steve Vai no es solo entre el público amante de las delicadezas sonoras.
De las canciones del Passion and Warfare destacaré “The Animal”, con una graciosa interacción en video con Joe Satriani, y una afinada sincronización que se repitió en más de una ocasión. Desde la pantalla, Satriani tocaba la canción y se intercambiaba los solos con Vai sobre la pista. “For he Love of God” es una canción que aunque se tocara cien veces de forma consecutiva levantaría los mismos sentimientos, una composición perfecta. La video proeza se repitió con “The Audience is Listening”, esta vez de la mano de John Petrucci en el video, a quien Vai previamente le recomendó una afeitada en son de broma.
La banda se tomó unos 15 minutos de descanso antes de “The Audience is Listening” no sé yo bien por qué, pero así fue. Las canciones de las que se hicieron video, como la ya mencionada, se plasmaron en pantalla. Luego de finalizar con “Love Secrets”, Vai tuvo el detalle de decir que hasta aquí el disco, y nos preguntó si queríamos mas.
Fue el momento de recordar a Frank Zappa con el video y la interpretación por ambos de “Stevie’s Spanking”. A continuación, invitaron a dos miembros del público, Eli y Jesus (“can I called you God” deciale Vai) para interactuar y echarnos todos unas risas, sobretodo con las dotes musicales de Jesús. Una falsa salida después de “Racing the World” y un cierre magistral con “Fire Garden Suite IV - Taurus Bulba” cerraron la noche perfecta.
¿Cómo se sintieron todos? No quiero especular, pero yo me sentí como si fuera espectador de un gran acto de magia real. Un genio frente a nuestros ojos, un hombre sencillo y nada común. Muchas gracias por esta noche a Steve Vai, quien es tan humano que después de ofrecernos algo más de dos horas de belleza ilimitada, nos agradece a nosotros, y promete que seguirá viniendo a España, donde por primera vez puso el pie hace 26 años.