La serie de conciertos que desde hace algunos años se dan en Madrid bajo el título de Noches del Botánico anunciaba la presentación de Steve Hackett con Genesis Revisited. Error a medias, como nos corrigió el propio Steve Hackett en la entrevista que le hicimos la mañana de dicho concierto. Nos adelantó que sería una conmemoración del último disco que grabó con Genesis. Allí estábamos, esperando como niños a Papa Noel, para ver la celebración del 40 aniversario del Wind and Wuthering, que casualmente fue el disco con el que conocí a esos pilares del progresivo, nunca suficientemente alabados.
Y allí estaba la banda, la misma que puedes apreciar en el video del Genesis Revisited Live at the Royal Albert Hall, con la excepción del bajista Nick Beggs de The Mute Gods, que sustituía a Lee Pomeroy. Comenzaron precisamente con “Every Day”, canción extraída del Spectral Mornings. El sonido perfecto, aunque me hubiera gustado sentir más volumen. Ya saben, malformación metálica. La canción la cantaron entre Hackett, Beggs, el batería O’Toole y Rob Townsend.
A esta primera parte la llamaron Hackett Old and New, continuando con “El Niño”, que está en el Night Siren, el disco más reciente del maestro. Luego de unos sencillos saludos en español continuó con “The Steppes”, una clásica composición del Defector, aquellos discos de Hackett llenos de magia. La canción ha inspirado el nombre a una banda tributo a Steve Hackett que se llama así. Dato curioso.
Una muestra de que aquí no se vive de las glorias pasadas fue interpretar “In the Skeleton Gallery” y a continuación “Behind the Smoke”, ambas del Night Siren. Hackett considera que su material más nuevo es tan válido como el de hace 30 años. Sin dejar atrás composiciones intermedias, esas que aún son nuevas para los fans de Genesis, como “Serpentine Song” del 2003 o “Rise Again” de 1999. Esta primera parte concluyó con “Shadow of the Hierophant”, otra de las canciones básicas para los fans de la magia guitarrera de Hackett, perteneciente al Voyage of the Acolyte.
No recuerdo en que momento fue presentado Nad Sylvan a la audiencia, quien acaba de sacar su segundo disco, The Bride Says No, y quien entraba y salía según su voz fuera requerida. Un músico que ha tenido una carrera extensa y para el cual alcanzar el status que tiene hoy en día ha significado subir una de las cuestas más escarpadas en la historia de la música. Casualmente, el vio a Genesis por primera vez en la gira del Wind & Wuthering tour (1977) cuando tenía 18 años.
Comenzaron con “Eleventh Earl of Mar”, seguida de “One for the Vine”. Las dos primeras canciones del Wind and Wuthering. ¡Puro extasis! Y para no andarse con remilgos, “Blood on the Rooftops”, donde por primera vez supimos del amor de Hackett por la guitarra española, "..In That Quiet Earth” y al igual que el disco, enlazando con “Afterglow”. Maravilloso que la banda estuviera apostando duro con más de media hora de Wind and Wuthering, un disco del cual Steve Hackett se siente muy orgulloso.
Fue todo un descubrimiento ver como esa parte de percusión tan compleja de “One for the Vine” fue hecha entra la batería de Gary O’Toole y los teclados de Rob Townsend. También mencionar que estas canciones inmensamente complicadas, la banda las toca sin mirarse siquiera. Son capaces de seguir milimétricamente los compases de entrada y salida, concentrados simplemente en sus instrumentos y sus oídos. ¡Asombroso! Escuchar y ver que esos momentos de silencio de “..In That Quiet Earth” eran respetados de manera absoluta por todos los músicos, mirando absortos a sus instrumentos fue un momento revelador de hasta qué punto puede llegar la maestría del ser humano.
Hasta el momento, las canciones de Genesis eran las más degustadas por los sibaritas, y la banda decidió pasar a otros temas algo más populares como “Dance on a Volcano”. Esto provocó el éxtasis entre algunos presentes, y en más de una ocasión pude ver a un adulto de pelo largo y blanco hincarse de rodillas. Y confieso que lo entendí perfectamente.
No supe identificar (y creo que otros tampoco) “Inside and Out”, sin embargo, “Firth of Fifth” fue recibida con una aclamación de la multitud. Gary O’Toole la cantó muy bien. Además de ser un batería envidiable por la variedad de recursos, es un vocalista respetable aunque no llegue a las cotas del desaparecido John Wetton, que es quien la canta en el DVD At the Royal Albert Hall (de donde han sido extraídos los fotogramas que acompañan este texto). Los momentos más lentos de la canción, con las notas del clarinete de Townsend estuvieron cargados de dulzura, respaldados por las palmas arrítmicas de todos los presentes.
Cerca de las dos horas de concierto vieron entrar “The Musical Box”, otra de las canciones eternas de la banda. Otra aclamación colectiva, gente corriendo al frente, embeleso multitudinario y un Nad Silvan cargando sus versos de sentimiento. Parecía ser todo y la banda se retiró.
Sabemos cómo es esto, la gente aplaude y por lo general la banda regresa con algo que tenía preparado de antemano. Y esto fue un medley con dos canciones de Hackett mezcladas con el cierre clásico de los conciertos de Genesis: “Myopia”, “Los Endos”, “Slogans” y “Los Endos conclusión”.
Un concierto magnifico, “A night to remember”. Han pasado los días y aun no abandonan mi cabeza muchos de los momentos vividos. Incluso a cada rato voy a disfrutar de alguna canción del DVD at The Royal Albert Hall. Es la magia de la música. Es la belleza hecha arte. Nunca dejéis pasar de largo un concierto de Steve Hackett, se arrepentirán si lo hacen.