Jueves 1 de Febrero de 2018
Sala Stage Live, Bilbao.

El grupo de metal de Anchorage, Alaska. 36 Crazyfists vuelve a la península 8 años después de su última visita, de por medio hubo un tour suspendido y al menos yo tenía muchas ganas de verles en directo. La banda venia presentando su octavo y nuevo larga duración de estudio 'Lanterns', que salio hace muy poco. Una obra en la que dejan claro que saben evolucionar, miran adelante sin complejos, manteniendo algunas de sus señas de identidad.

Para este Tour se hacen acompañar de All Hail The Yeti la banda de Hollywood y '68 un ruidoso y flipado dúo que parece radica en Atlanta, Georgia. Como temía la asistencia de público no fue demasiado abundante, aunque supero mis expectativas, en pleno temporal lloviendo a cantaros llegamos a la Stage Live de Bilbo a pocos minutos de arrancar la descarga de los teloneros '68.

No les conocía de nada, ni siquiera de nombre, salían a escena con un escaso público que para colmo se mantuvo alejado del escenario durante la actuación de este curioso dúo americano, formado por el guitarra y cantante Josh Scogin, un músico con experiencia por que ha pertenecido a bandas como Norma Jean, Luti-Kriss y luego fundo el grupo de metalcore cristiano The Chariot, que se desintegro en 2013, año en el que echo andar '68. Le acompaña en la batería Nikko Yamada que por lo visto comparte loquero con Josh. Jejeje.

Supongo que la reacción de los asistentes de mantenerse alejados del escenario fue en parte causada por el fuerte impacto que desprendían las canciones del dúo, un cóctel bien ácido que engloba rock, punk, noise, con partes experimentales y mucho desparpajo. Sobre todo el vocalista Josh, que estuvo muy comunicativo y locuaz entre tema y tema. El sonido era bueno y el dúo rebosa energía. Son dos en el escenario, pero lo llenan todo. A penas haber tocado un par de piezas Josh tuvo un problema con un pedal, es que tenía muchos no solo para la guitarra, pero salió un técnico y lo resolvieron enseguida. Josh continúo sus speechs y un arrebato aparto violentamente un pie de micro, para luego recogerlo y seguir cantando, mientras que Nikko se levantaba de su kit mientras la canción lo permitía. Descargaron un corto pero intenso set de media hora de duración que cerró con un tema titulado "Track One" que pidió alguien de otra banda desde el backstage lateral. Puede que musicalmente desentonaran un poco con las otras dos bandas, pero me pareció muy interesante lo que hacen y mostraron buenas tablas. Son músicos con experiencia y se nota.

Era el turno de los hollywoodenses All Hail The Yeti, al fin podría verlos en directo. Formados en 2006 y tras 12 años de carrera, no han sido muy prolíficos en cuanto a discos. Tienen un EP debut y luego ya les conocí de sus dos LPs, el homónimo de 2012 y el más reciente 'Screams From A Black Wilderness' de 2016. Otros que amalgaman con habilidad varios estilos y consiguen temas con mucho poderío.

El cuarteto salía a escena, casi en tinieblas, Nicholas Diltz (Bajo, voces), Alan Stokes (Guitarra, Voz), Ryan "Junior" Kittlitz (Batería) y el vocalista principal Connor Garritty. Lo que hacen es una mezcla potentísima de hard rock, metal y hardcore, con riffs de guitarra muy stoner e inyectado con influencias bluseras y sludge, muy americano todo. Sonido gordo, energía a tope y una sobria puesta en escena. Desde el inicio el cantante Connor Garritty aparte de desgañitarse, intento (sin apenas resultado) que el personal situado al fondo de la sala se acercase al escenario. Pero al final muchos quedaron rendidos ante la evidente calidad de este grupo.

El guitarrista canadiense Alan Stokes despachaba riffs monolíticos, mientras que el bajista Nicholas Diltz se encarga de la segunda voz, comparte protagonismo vocal con Connor que lo dio todo sobre el escenario. Algunos de los temas que recuerdo fueron "Slow Season", "Before the Flames", "Feed The Pigs" o "After the Great Fire". Juraría que también tocaron "Daughter Of The Morning Star". No calcule cuanto tiempo tocaron pero a mí se me fue volando, entre que hacia fotos y esquivaba un personaje incomodo del público. Sin duda dieron una actuación intensa y vibrante.

Se despidieron con una gran ovación, la gente agradeció la potente descarga, estoy seguro que algún nuevo fan hicieron esa noche. Os aconsejo escuchar sus discos. Es muy difícil describir la mezcla que hacen, pero tiene mucho gancho. Se despedían de forma sincera y recibieron su merecido aplauso.

Era el momento de ver a 36 Crazyfists y aquí no hizo falta que nadie pidiese que se acercara el público al escenario. En el cambio de equipos ya vino un nutrido grupo de fans y se parapetaron al borde del escenario para disfrutar de la banda de Alaska. Formados hace 24 años han sobrevivido a modas y estilos pasajeros, calidad han demostrado en estos años, con evidentes altibajos pero siempre han sabido ir un paso más allá y reinventarse. Una clara evidencia de ello, es el nuevo álbum 'Lanterns' que acaba de ser publicado.

La actual alineación formada por el grandote Brock Lindow en la voz, el guitarra Steve Holt, el bajista Mick Whitney y el batería Kyle Baltus, salia a escena y arrancaba su concierto con una de las nuevas piezas “Death Eater”, Brock enfundado en una cami de Devildriver y con una gorra atornillada hasta las cejas, dio un buen repaso a los temas de nueva hornada y un puñado de temas destacados de su discografía.

El ambiente era más que bueno, bailes en las primeras filas y caras de felicidad cantando y disfrutando del buen hacer de los de Anchorage. Como decía tocaron posteriormente otras de las nuevas, “Wars To Walk Away From”, “Old Gold”, “Better To Burn” y “Below The Graves”. El bajista Mick no paro de agitar greñas, mientras que el guitarra Steve Holt ventilaba riffs corpulentos y melodías cuidadas con una pose más centrada en su instrumento. El batería Kyle gozaba y se recreaba en cada golpe, botando tras su kit. Hay que decir que la comunión con el público fue total, estaba claro que los que desafiaron esta noche de lluvia y frío lo hicieron por que eran muy fans de la banda.

Las viejas canciones de 36 Crazyfists todavía suenan frescas en comparación con el musculado material de 'Lanterns', así sonaron “I’ll Go Until My Heart Stops”, “The Heart And The Shape”, “We Gave It Hell”, “Bloodwork”, “Also Am I”, “Better To Burn” entre otros. Brock Lindow es uno de esos cantantes irrepetibles, se le vio en gran forma. Aunque siendo justo, el cuarteto mostró una clase envidiable, desplegando todo su arsenal sobre un entregado público y demostrando que tienen energía para rato.

Repito, se les vio muy cómodos y sueltos sobre el escenario y con la respuesta de la audiencia, a la que Brock agradeció un montón de veces, el hombre estuvo todo el bolo con la gorra encasquetada hasta las cejas, solo se cambió la visera para atrás en las últimas dos canciones. En definitiva, un concierto breve pero intenso y convincente, que seguramente deleito a los viejos y nuevos fans por igual. No creo que nadie se arrepintiese de haber venido esta noche, según comentaron la intención es venir más a menudo, fijo que muchos repiten.

Gracias la gente de Route Resurrection por acercarnos bandas de este pelaje que son tan difíciles de ver por acá sino es en algún festi.

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