Entre las webs de música, lo lógico es que cuando te llega un disco, escribas una reseña antes de su salida o en los meses cercanos. Así debió ser con el disco de Padre Cuervo, pero a veces la vida te pone otros retos que hay que priorizar. No obstante, no quise dejar atrás este disco y aquí está, tardía pero honesta, la opinión sobre el mismo.

César Arroyo, vocalista y guitarrista, más conocido por su trabajo en Nocturnia y anteriormente en Dulcamara, ha armado esta banda y ha invitado a compañeros de batalla para dar forma al mismo. El resultado es un disco que básicamente trabaja el hard rock con unos timbres de guitarra y voz inmersos en el stoner, sumando momentos de rockabilly, rock sureño y hasta detalles punkis. Si has escuchado las bandas donde trabaja César, te darás cuenta de inmediato que son canciones que allí no caben, por los timbres y el estilo vocal. 

El disco es bilingüe. Hay piezas en inglés y otras en español. Me gustan más las segundas, aunque con reiteradas escuchas también me he ido acostumbrando a las primeras.  Quizás porque la dupla inicial que conforman “La Soga” y “Chacal” son un par de mazazos directo a la sien. Luego, “The Cookbook for the Destruction” es una buena pieza, pero baja con relación a las anteriores. 

Musicalmente, muy variado, en cada composición hay algún detalle que puede engancharte. En mi caso, el inesperado toque maidenesco de dobles guitarras en “Cheer with your Guts” que solo cubre unos segundos, pero si estás atento lo sentirás. En cuanto a las letras, la de “Corona De Astas” me atrae porque se trata de algo que jamás hubiera imaginado y una manera de ver las cosas diferente a lo que es el día a día de según qué persona.

Los cambios de ritmo son una constante y entre ellas destaca “El Ídolo” y “Cheer With Your Guts” que son especialmente bruscos en el buen sentido de la palabra. No es el tipo de disco que ofrece los momentos más apetitosos al principio. Las piezas de la segunda mitad son especialmente diferenciables. Comenzamos con “What I Owe You", heavy stoner con condimento grunge. “La Voz Del Fuego” pudiera ser una canción cuyo esquema se ha escuchado antes en esta misma colección, pero el detalle de cantar casi al desnudo, sin música detrás, combinado con un riff puramente siniestro y satánico, le da un aura misteriosa. Terminan con “Cuervos Del Polvo”, que en esos acordes de guitarra iniciales casi que me hace cerrar la ventana para evitar que el polvo entre. Demuestran que el orden de las canciones ha sido muy bien hilvanado.

Un disco que no debería pasar sin pena ni gloria, rezuma talento y emociones. La banda en directo debe ser un cañón.