SPV / Steamhammer © 2013
Tracklist:
01. God Does Not Sing Our Song
02. Running High Distortion
03. Rough Ride Ralleye
04. Let The Silence Talk
05. Holy Curtain
06. The Trap Is Alive
07. Skip The Cover And Feel
08. Don't Want You To Wait
09. Such A Same
10. When Colors Break The Grey
Estoy seguro que los melómanos de buena memoria y que pasen de 40 años recordarán los inicios de KINGDOM COME y toda aquella algarabía en los medios por su similitud sonora con LED ZEPPELIN. Corría la segunda mitad de aquellos edulcorados ´80 y el entonces quinteto formado en Los Ángeles pero encabezado por el vocalista alemán Lenny Wolf, era noticia y sensación por su álbum debut homónimo donde había mucho de lo que Page, Plant, Bonham y Jones habían mostrado tiempo atrás. El tiempo pasó y varios discos (más de una decena) llegaron con él, además de los casi siempre esperados cambios de line-up y giras de conciertos por diversos países, hasta que ahora en éste 2013 la banda ha sido noticia otra vez con la salida de un nuevo disco.
Editado en Europa y Norteamérica entre fines de Abril e inicios de Mayo, Outlier fue grabado en el propio estudio de Wolf en Hamburgo, Alemania (Two Square Noise Factory) y con la excepción de los solos de guitarra a cargo de Eric Förster, el resto de los instrumentos fueron grabados por Lenny, quien además se encargó de la producción, ingeniería, mezcla y masterización. ¡Un verdadero proyecto unipersonal! Al respecto, he aquí sus palabras: “Fueron 18 meses de lucha y locura, un período que me vio ir de la euforia a la duda. Como artista nunca puedes estar seguro que ya lo has obtenido todo, y yo, un idealista convencido, tengo que mantenerme viajando a través de nuevas aventuras. El camino de lo predecible nunca me ha satisfecho”.
Y continua: “Naturalmente, soy muy feliz cuando mi música es amada por muchos fans. Pero esta clase de aspectos son irrelevantes cuando se está creando un nuevo álbum, pues lo único que importa es probarse a si mismo como artista y lanzarse a nuevos horizontes. Simplemente sentí la necesidad de hurgar profundo en mi interior y dejar salir lo encontrado, al infinito. El resultado es un collage de sonidos mecánicos crueles y descorazonados combinados con mi típico estilo melancólico-melódico. Una mezcla de temas que pudieran hacerte recordar un pasado glorioso, con otros que marquen una futura dirección a seguir, porque una canción por sí misma no puede reflejar el carácter de todo un disco. Para comprender Outlier tienes que tomarte un tiempo y tener la mente abierta para asimilar señales de sonido variadas, que irán a tu oído directamente desde mi corazón”.
El opening-track es “God Does Not Sing Our Song”, oscilando entre ambientes más tranquilos y medios tiempos, con la voz algo tratada y superpuesta para el estribillo, melódico y bello aunque quizás no tan llamativo como otros, en tanto aparece brevemente la lead guitar sobre una estructura rítmica muy de estos tiempos. Le sigue una de mis favoritas, “Running High Distortion”, directa, contagiosa y de seguro un posible sencillo, con mucha intensidad y gancho, unos riffs y marchas contundentes especiales para el headbanging (Can you hear the thunder?) y mucha base de sonidos programados simulando teclados, todo reiterándose en busca de un in crescendo (con un leve halo ZEP y WHITESNAKE) que te deja… ¡ávido de más!
La adictiva “Rough Ride Rallye” es sorprendentemente muy moderna, a medio camino entre el tecno/industrial y el modern hard rock guitarrero adornado con infinidad de pistas a base de programaciones, muy acompasada y con sólida pegada rítmica, bailable y también con inmensas posibilidades en las mainstream rock radios, en tanto "Let The Silence Talk” se basa en un riff simple y directo, bien ochentero y también deudor del mid-tempo rocanrolero norteamericano, más de la Costa Oeste, con una sobria guitarra al final. “Holy Curtain” apuesta por el slow tempo, quizás una especie de balada donde la pesadez de las guitarras alternan con unas notas tocadas sin tanta distorsión, coincidiendo con el estribillo y unos colchones de programmings, estructura que se repite cíclicamente mientras se deja escuchar un breve solo de guitarra. Por su parte, “The Trap Is Alive” nos regresa al rock directo, solo guitarras, bajo y batería en la cuerda arquetípica de unos AC/DC sin tanta distorsión o el sonido que tuviera VAN HALEN en los ´90 (por citar solo un ejemplo…), mainstream melodic rock que también puede funcionar en radioemisoras rockeras de perfil amplio.
La deliciosa “Skip The Cover And Feel” me sabe a los añejos ZEPP de la era Physical Graffiti + Presence, sobre todo por la voz solista inicial, los compases de bajo y batería y esa guitarra encima, aunque en los coros esa imagen se diluya un poco y el solo de guitarra sea más moderno, mezcla de referencias de los ´70 + ´80 con una perspectiva actual, que me ha gustado y me resulta a su vez, interesante. Le sigue, “Don`t Want You To Wait”, otra buena canción en ese estilo denso y de medios tiempos que siempre ha caracterizado la música de Wolf, con buenos y evocadores coros, y unas guitarras pesadas que se contraponen a los colchones de teclados, dando como resultado otro de los mejores momentos en este CD.
Cerrando el tracklist tenemos a “Such a Shame”, apelando al hard rock básico con evidentes tintes zeppelinescos, lo mismo en la estructura rítmica que en las inflexiones vocales que el viejo Lenny utiliza, y lo ha hecho con swing, hay que decirlo; mientras que la breve intro que se escucha en “When Colors Break The Grey” deja escuchar sutilmente algo así como un sitar, en tanto va entrando la base sonora, muy moderna y sólida, incluidos unos brevísimos coros en la estética sacra, para continuar con mucha energía y redondear uno de los temas más llamativos del CD (y el más extenso, pasando los 5 minutos), cuya línea melódica reiterada en los coros y en los restantes bloques simulan una especie de coda, muy a tono con el final del álbum cuyos segundos finales nos llevan de nuevo a las citadas voces religiosas… ¡qué bien!
Leyendo alguna información antes de terminar lo que escribo, he constatado que Outlier ha sido bien recibido por parte de la crítica especializada fundamentalmente por el contenido profundo de los textos, algo que siempre ha marcado a Lenny Wolf, creador que opta por exponer cuestiones personales habitualmente en sus canciones y que a tono con ello, ha seleccionado ese título para el disco “porque ese término simboliza mi personalidad, la imagen musical que me he creado, la historia de mi vida”.
Apto para escuchas de todo tipo y edad, y con una producción también muy buena (que lo hace muy compatible con lo que en tiempos recientes se continua gestando en la escena rock internacional), Outlier es la evidencia que después de más de treinta años en activo, Lenny Wolf todavía tiene mucho que decir dentro del género. ¿Y pensarán muchos, por qué un disco atribuible a KINGDOM COME y no a Lenny Wolf en solitario, si él lo hizo casi todo? No tengo la respuesta, pero intuyo que cuestiones asociadas a mantener vivo el nombre de la banda hayan influido porque, ya lo saben, también KINGDOM COME es una creación suya.