Domingo 9 de diciembre de 2018
Sala Santana 27, Bilbao.
El domingo disfrutamos de un Tour hard rockero conformado por tres jóvenes bandas escandinavas que apuestan por dotar de nuevos aires nuestro querido hard rock. Tres propuestas distintas, pero no distantes, donde abunda el buen gusto y la cuidada técnica de la que hacen gala muchas de los grupos venidos de esas tierras.
Si bien los suecos H.E.A.T. habían estado hace un año en Bilbao, parece que no les "importó" acercarse de nuevo para descargar una segunda dosis de su medicina. Ya que aún siguen defendiendo en directo el disco 'Into The Great Unknown' de 2017. Esta vez con una acertada elección de compañeros de viaje, las bandas finlandesas Shiraz Lane y One Desire.
Hubo una buena entrada, pero nada de lleno, siendo domingo de puente había mucha gente fuera de la ciudad. Con puntualidad comenzaron su concierto los chicos de Shiraz Lane, un combo formado por músicos muy jóvenes que ya tienen un EP y dos LPs grabados. Ya habían estado antes en nuestro país, pero era mi primera experiencia en directo con esta prometedora banda. Bueno más que una promesa son una agradable realidad.
Había ganas de verles y eso se notó en cuanto aparecieron en el escenario, comenzando con la pieza que da título a su nuevo álbum "Carnival Days", en el que por supuesto centraron su actuación. Como en el CD continuaron con "The Crown", el sonriente frontman Hannes Kett se hizo con la manija y descargaron un energético y acertado set, que continuo con otra de las nuevas "Tidal Wave", con estrofas coreadas por los entregados fans de las primeras filas, entre los que estaba una buena amiga que es muy fan y me encanto verla disfrutar del concierto que tanta ilusión le hacía. (Si amiga, hablo de ti).
Si no les conoces y te gusta el hard rock deberías darles unas escuchas a los dos discos que tienen editados, 'For Crying Out Loud' de 2016 y el que publicaron este año que termina 'Carnival Days', con partes que recuerdan a bandas como: Skid Rown, Guns N’ Roses y sus compatriotas Santa Cruz. El quinteto descargo con eficacia y una pulcritud envidiable, gozaron de buen sonido.
Otras que tocaron fueron "Out There Somewhere" del EP de 2014, molo un mundo verles tocar "Mental Slavery", les que dejo de lujo. Vaya desparpajo el de estos nórdicos. Para cerrar su breve pero intensa actuación de tan solo 40 minutos, tocaron otras dos nuevas, "Harder To Breathe" con la robustez proporcionada por la sección rítmica conformada por el bajista Joel Alex y el batería Ana Willman, con un genial solo de guitarra líder, Jani Laine. Anunciaban el final del concierto y se despedían con "People Like US", otro de los temazos de su nuevo redondo. Una banda a tener muy en cuenta, composiciones con gancho, calidad técnica y energía juvenil. Lo tienen todo para llegar lejos.
Los segundos eran, One Desire, también finlandeses, que por si no les conoces, se mueven entre el rock melódico, como ellos mismos se presentaron. Aunque con claras influencias AOR. Con un disco debut publicado en 2017. Se presentaban como quinteto, ya que han añadido al teclista David Van Pelt para este Tour.
Abrían su actuación con el himno, “Hurt”, una de las elegantes piezas de ese debut homónimo que presentaban. El vocalista/guitarrista André Linman, lo da todo en cada frase, secundado por unos brillantes instrumentistas, con el estelar guitarrista Jimmy Westerlund como jefe de operaciones la cuidada, "Turn Back Time", perfectamente ejecutada.
No hubo que esperar mucho para escuchar otro de los hits del disco, "Apologize", temazo si señor. Sonaba la introducción del piano para “This is Where the Heart Break Begins”, una balada ochentera que recuerda a grandes nombres de esos años, enorme André en las voces, pedazo de cantante y otro tanto el solo de guitarra de Jimmy.
Los sintetizadores se disparan y dan un giro electrónico y modernillo con "Love Injection", que combinan con los coros muy a lo Def Leppard. Si no estuviésemos hablando de una banda de Rock melódico, diría que no me parecía algo acertado incluir dos baladas en un set tan corto de 7 piezas y 45 minutos. Pero en este caso están más que justificadas. Ahí estaba la balada electrónica "Falling Apart", con la voz de André bastante más al desnudo, solo arropada por los teclados y guitarra.
El final estaba cerca, pero aun quedaban más melodías infecciosas con "Wherever I´m Dreaming", y esos coros adictivos, teclados turgentes y otro gran solo del sonriente Jimmy. El cierre llegaba con "Buried Alive", una canción con aires power metaleros, que sirvió para que el bajista Ossi Sivula y el batería Jonas Kuhlberg terminaran de "soltar" los músculos. Se despidieron con una gran ovación del respetable, estoy seguro que hicieron algunos nuevos fans esa noche. Y ya desde el inicio había bastante peña con sus camisetas y gorras. Prometieron disco nuevo para 2019 y seguro se pasan por aquí de nuevo. Su concierto se me hizo corto pero pude confirmar en directo todas las buenas sensaciones que me había dejado su álbum debut, que os recomiendo escuchar.
Tras unos minutos para los cambios en el escenario sonaba en los altavoces el "The Heat Is On" de Glen Frey, salían los H.E.A.T. y se regodeaban unos instantes eternos antes de arrancar con "Bastard Of Society" que abre su más reciente LP 'Into The Great Unknow', de lo poco salvable de ese disco. El inquieto Erik Grönwall, con gorra que no tardo en quitarse y comenzar su particular show. Este chico es un vendaval y eso ya lo sabemos, pero es que cuando crees que no te puede volver a sorprender lo hace con su hiperactiva presencia, vaya energía jeje.
Seguian con "Breaking The Silence" y la ochentera "Danger Road", Erik agradecía a su entregada audiencia con un "Eskerrik Asko", que fue seguido de una gran ovación para presentar "Emergency" que disfrutamos mientras la cresta de Grönwall no paraba. Otra de las nuevas, la cansina "Shit City", daba igual la intensidad de Erik seguía en aumento. No sé si por la considerable sudada que ya llevaba o por un tema "estético" un roadie salió y le puso una chaqueta que creo que solo la tuvo puesta mientras interpretaba la balada "Downtown", impulsada por los teclados de Jona Tee. Del mismo disco tocaron "In and Out of Trouble", seguida por "It’s All About Tonight" con Erik aferrado al pie de micro mientras se contonea, contorsiona, escupe y canta con una pasmosa facilidad, llega a todo y no le falta el aire, menudo maquina este hombre.
Los teclados anunciaban "Living On The Run", uno de sus temazos y Erik seguía dándolo todo, se bajó al público a cantar entre sus fans, que no pararon de hacerles fotos y videos con el móvil. El voceras nos recordaba que la fiesta seguía, anunciando la adictiva "Beg Beg Beg" que fue muy bien recibida, con el punzante solo de Dave. Mientras que Erik aprovecho para surfear sobre nuestras cabezas hasta la barra del bar donde se subió y pidió un chupito de tequila. Estuvo cantando un rabo y luego se volvió al escenario para terminar la canción a la que le incrustaron partes del "Whole Lotta Rosie" de AC/DC y por si ya fuese poco un fragmento del clásico "Piece Of My Heart" de Janis Joplin.
La banda se marchaba a camerinos pero Erik se quedaba con una acústica colgada siguió animando y bromeando con su público, se marcó un buen trozo de "La Bamba". Para luego regalarnos una versión en acústico de “Laughing at Tomorrow”. Uno de mis temas favoritos, a mitad de canción fue interrumpido por el batería Crash, que en castellano nos convido al clásico brindis eso de "Arriba, abajo, al centro y para adentro". Erik pudo terminar.
La banda volvía y tocaron otra de las nuevas la floja, "Redefined", seguida de "There For You", del álbum de debut de la banda, mucho mejor recibidas y coreadas fueron "Mannequin Show" y "Tearing Down The Walls", con jabs de boxeo y volteretas de Mr Grönwall, tras esta se fueron a camerinos.
Tardaron unos cuantos minutos en volver mientras el público les pedía en Euskara, "Beste Bat, Beste Bat". Salían para un par de estacazos finales, “Point of No Return”, que el respetable disfruto como si no hubiese un mañana. El final fue con "A Shot At Redemption", perfecto cierre para un enérgico y animado concierto donde los H.E.A.T. demostraron una vez más que son "animales" de directo, sobre todo el cresta. Me hubiese gustado que tocaran “Inferno”, “1.000 Miles” o "Enemy in Me", pero es normal que den paso a otras canciones. Esperemos que les vuelva la musa y saquen un mejor disco.