+ Imminence + Orbit Culture
25 de noviembre de 2022
Sala Santana 27, Bilbao.
El viernes 25 de noviembre llegaba a Bilbao una de las giras más esperadas de este año que está a punto de terminar. In Flames y At The Gates pioneros del sonido Gotemburgo, otra gira del Route Resurrection en la que se hacían acompañar de un par de bandas jóvenes también suecas, Immenence y Orbit Culture.
Una velada muy esperada por los fans de estas grandiosas bandas, que llenaron una vez más la sala Santana 27, para disfrutar con grandes himnos del metal. Los horarios se cumplieron y las 18 h se abrieron puertas, ya había una buena cantidad de gente a primera hora y nada más entrar, nos acercamos para ver a los Orbit Culture, una banda que no conocía hasta que se anunció esta gira.
Este cuarteto practica una mezcla de groove y melodic death metal muy potente, tienen 4 EPs y tres LPs publicados, el más reciente ‘Nija’ salió en 2020. Salieron a escena a las 18:30 y pasaron casi de lado para poder tomar posiciones en el abarrotado entablado, donde estaban dispuestas las baterías y demás instrumentos de los cabezas de cartel. En una pequeña franja tocaron su potente material.
En tan solo media hora descargaron 5 canciones; “Vultures of North”, “North Star of Nija”, “Strangler”, “The Shadowing”, cerraron con “Saw”, la que menos me gusto de todas, porque tiene demasiadas partes melódicas. Temazos cargados de pesadez que hicieron mover las greñas a los que ya poblaban la sala a esas horas. Seguro que se ganaron unos cuantos fans esa noche. Buen hacer sobre las tablas a pesar del poco espacio físico y el poco tiempo del que dispusieron (tampoco la iluminación les acompaño). Ojalá vuelvan pronto solos con su propia gira.
Los segundo en salir eran Imminence, una banda de metalcore formada en 2009 y que tiene tres álbumes y 4 EP's publicados. En formato de quinteto, tuvieron un poco más de espacio, peor iluminación y un exceso de humo. Musicalmente metalcore con ramalazos alternativos y pasajes melódicos. Lo curioso que el vocalista también toca el violín y hasta un solo se marca. Sonaron bastante bien y usaron algunas bases grabadas.
Me quedé alucinado de un puñado de personas en el centro que estuvieron cantando las letras de cada uno de los temas, un grupo de entregados fans que disfruto mucho del bolo de los Imminence. El resto se dejó llevar por los momentos más pesados y los breakdowns de temas como: “Ghost”, “The Sickness” o “Erase”, aunque enfriaron mucho todo con “Chasing Shadows”, una suerte de balada a mitad de bolo. Retomaron algo de empuje en “Paralyzed”, con buenos coros, pero volvieron a aburrirme con “Heaven In Hiding”, otro tema tristón. El final de su actuación llegaba con “Temptation”, más de lo mismo. Fue complicado hasta verles la cara, pero ellos sabrán como se lo montan.
Tocaba ver a los maestros At The Gates, cuya anterior visita fue allá por marzo de 2015. Su más reciente trabajo publicado es 'The Nightmare of Being' de 2021. Aunque el setlist ni mucho menos se basaba en este disco. Cuando se subieron la sala estaba a reventar, comenzaron con “Spectre of Extinction”, que abre el nuevo CD, pero fue la única que tocaron. “Slaughter of the Soul” y “At War With Reality”, conformaron el tridente inicial.
El público entregadísimo desde los primeros compases disfrutó a tope cada uno de los himnos que descargaron. En su show las luces y los humos no tienen protagonismo, aquí todo se centra en lo musical. Menudo repaso se nos venía encima. Sonaba la intro acústica, “Der Widerstand” y como en el CD, seguida por la letal "To Drink From The Night Itself". Para volver al iconico ‘Slaughter of the Soul’, con “Cold” y “Under A Serpent Sun” para una audiencia que se arremolinaba en la parte central. Comandados por el mítico Tomas Lindberg, que tras quitarse la camisa de cuadros que lucia, se le vio enfundado en una cami de Angel Witch rota por el sobaco. Está claro que hace mucho no canta como en sus inicios, pero qué cojones a mí me encanta lo que hace.
Otro de los alicientes “extras” de esta gira era la vuelta del guitarrista y fundador Anders Björler (The Haunted). Un hacha hábil con muy buen gusto. Fue grato volver a verlo disparando los solos en su banda. Se le vio en un segundo plano, apenas se movió del sitio que ocupaba a la derecha del escenario, Pero como toca el jodido. Su hermano Jonas Björler estuvo al frente junto a Tomas, comandando e incitando al personal.
Tocaban otras tres piezas del ‘At War with Reality’, ahí estaban “Heroes and Tombs”, sonando rotunda con un enorme Adrian en la batería, como le pega este hombre. La intro “El Altar Del Dios Desconocido” y seguida la trepidante “Death and The Labyrinth”, qué gozada. El final estaba cerca y quedaban un par de estacazos finales, “Blinded By Fear” y cerraban sus 40 intensos minutos de actuación con “The Night Eternal”. A mí se me paso volando. No defraudan. Que vuelvan pronto.
Bueno, tras los cambios y el despeje del escenario se pudo ver un gran set de iluminación que a la postre tampoco daría mucho juego. Salieron unos minutos después de la hora anunciada. Con Anders Fridén con su gorra y Björn Gelotte con camiseta de Clutch, como únicos miembros de la formación clásica, apoyados por tres músicos norteamericanos. Donde destaca el genial y musculoso hacha, Chris Broderick (Act Of Defiance, ex Jag Panzer y Megadeth), el batería Tanner Wayne (ex Underpressed, Scary Kids Scaring Kids y Chiodos) y el bajista, Bryce Paul Newman. Estos dos últimos ya estuvieron en el LP ‘I, the Mask’ de 2019. Además, venía apoyándoles en directo el teclista y productor, Niels Nielsen, dando un empaque más creíble y no solo sonidos disparados fríamente como hacen muchas bandas.
Hicieron una entrada fulgurante con uno de los temas nuevos, “The Great Deceiver”, que sonó bestial y que con seguridad se quedará en su setlist de directo por un largo tiempo. Para revolver el avispero del entregadísimo público dejaron caer dos clásicos como: “Pinball Map” y “Cloud Connected”, que fueron cantados y bailados como se merecían. Tras los saludos, Anders avisaba que tocarían una del LP debut, 'Lunar Strain', en el que por cierto no estaba ninguno de los que tocaban esta noche. Se trataba de “Behind Space”, que fue muy agradecida por los fans más veteranos.
Continuaron dando una suerte de repaso a sus primeros lanzamientos con “Graveland” (The Jester Race), “The Hive” (Whoracle) y “Scorn” (Colony), "Graveland", para coronarlo con uno de sus hits más grandiosos, “Only For The Weak” (Clayman), que puso a saltar a todo dios. Sin duda uno de los grandes momentos del recital. Impresionante ver a tanta gente pasándoselo bien. El viaje musical a través de su discografía continua con "Leeches" (Come Clarity).
Otro de los singles nuevos, “Foregone Pt. 1”, el corte principal del nuevo álbum que saldrá en febrero, que también tiene pinta que llego para quedarse unos años en su setlist. Sonó muy bien, Anders con esas posturas doblado cantando y con un pie subido en la jaula-banco, esas que nos pusieron delante del todo y que nos complicó la noche a la hora de hacer fotos desde el foso. Bajaron pulsaciones con “Wallflower” (Battles). Para una vez más apostar por otro nuevo sencillo, la trepidante "State Of Slow Decay", que suena a In Flames del fin de milenio por los 4 costados.
Continuaron por todo lo alto con “Alias” (A Sense Of Purpose) que fue otra de las grandes ovacionadas, tanto como la que seguía, “The Mirror’s Truth”, vaya locura, se armó y como la gozamos. Ya quedaba menos, Fridén nos presenta la banda e invito a guardar los móviles y disfrutar del final de concierto y vaya si lo hicimos al menos la mayoría. Caían “I Am Above” (I, the Mask) y el apoteósico final con otra de sus joyas “Take This Life” (Come Clarity).
Una hora y 23 minutos de actuación que se nos pasó volando, una mayoría nos quedamos con ganas de más, pero había terminado otra gran noche de metal en la Santana 27, buenas bandas, buenos amigos y buenas birras. Se les vio muy a gusto durante todo el concierto, ojalá vuelvan pronto. El nuevo disco promete.