Apache Tour, sábado 24 de febrero, sala Nazca, Madrid
El pasado 24 de febrero, la banda de Cádiz, The Electric Alley, se presentó en la Sala Nazca de Madrid con aforo completo. Venían presentando su gira “Apache”, que los llevará por todo territorio español y además la intención era grabar lo que será su próximo disco en directo.
Previamente, habíamos conversado con su guitarrista y vocalista Jaime Moreno, quien nos comentaba que sería un concierto de aproximadamente 90 minutos con canciones del repertorio de la banda y algunas sorpresas que no estarían grabadas en el directo, pero sí podrían ser escuchadas por la audiencia que asistiera a los conciertos. Se interpretaron 16 temas y un extra que fue un Medley de Led Zeppelin. La canción abridora fue “Apache”, seguida de “Hurricane” y “Long Lasting Light”. Desde el primer momento, la banda fue arropada por la audiencia, plagada de camisetas de The Electric Alley que llevaba el público.
La sorpresa fue que en la primera fila todos los asistentes eran mayores que los músicos. Esto demuestra que la banda no es una moda pasajera ni para el deleite exclusivo de la juventud. Además, la música se mezcla con el rock, el soul, el blues y el country, y sobre ella brilla la cálida voz de Jaime Moreno, que canta con un timbre que va de mezzosoprano a soprano. No solo tiene una bella voz, sino que además sus interpretaciones están cargadas de matices que se van revelando a medida que avanza el concierto.
Una de las piezas que más me llamó la atención fue “Can We Have Some Love” interpretada en una versión extendida que sobrepasa en tres minutos la original, con ese precioso timbre de guitarra que nos recuerda un poco a Black Sabbath y otro poco a Soundgarden. A mitad del set hicieron su interpretación personal de “The Cowboy Song”, canción original de Thin Lizzy, que The Electric Alley, interpreta de una manera más guitarrera, donde el bajista Sergio Reyes va eliminando la precisión del bajo que siempre caracterizó a Phil Lynott.
Al terminar “Up In Flames”, la banda se retiró, pero sabíamos que quedaba algo más porque aún no se había completado el tiempo. Regresaron para hacer una intensa celebración bajo el título de “Get Electrified”, donde los tambores de Rafa Benítez cronometraron el ritmo y, al igual que en el resto de las canciones, fue coreada por casi la totalidad de la audiencia.
Luego le llegó el turno a “Eagles Fly Solo”. Alguien desde el público gritaba: “Cómo me gusta esa canción”, y estoy seguro de que resumía el sentir de muchos más asistentes, porque se trata de una canción perfecta, interpretada con un corazón y un sentimiento inigualable. Al terminar la canción, ya todo estaba dicho, pero sería injusto terminar el concierto con una sala más electrizante que el nombre de la propia banda, por lo que cerraron con “No Control”.
La banda se retiró y parecía que todo había terminado, pero ante la insistencia, los aplausos y los gritos pidiendo más, los chicos decidieron regresar para hacer algunas piezas de Led Zeppelin. A menudo veo en Facebook a algunos ignorantes expresando su criterio de que Led Zeppelin ha sido una de las bandas más sobrevaloradas de la historia. ¡Bendita ignorancia! Escuchando la fuerza guitarrera de “Whole Lotta Love” o “Communication Breakdown”, en manos de Nando Perfumo, nos damos cuenta de que solo quien no tenga corazón rockero puede pensar de esa manera.
Al finalizar el concierto, el vocalista Jaime Moreno se acercó a saludar y pidió que le dieran un momento para poderse cambiar la camisa antes de acercarse a la zona de merchan a firmar y conversar con los fans. Finalmente, no pudo sustituir su ropa sudada y decidió acercarse para dar y recibir las muestras de cariño, respeto y aprecio recíproco. Un concierto intenso, maravilloso y que demuestra que la fuerza del rock and roll continúa siendo muy poderosa, aunque pasen los años.