7 de Noviembre de 2015
Sala Sonora, Erandio.
En ocasiones las grandes citas no son las que están en boca de todo el mundo, esas que levantan pasiones y que venden al precio que sea todo el papel. Sin desmerecer, por supuesto, lo que los grandes nombres siguen haciendo sobre las tablas, creo que en este otoño una de esa giras tapadas, menos mediáticas pero de gran tamaño en lo musical, era la de Ammunition. No levantarían la euforia previa de otros, pero a la postre dejarían entre los que se acercaran a la sala sonora un recuerdo que en nada distaría de un gran evento en recintos mucho más grandes repletos de un público enfervorecido.
A ellos se añadieron dos nombres más finalmente, haciendo de la noche algo mucho más que atractivo. Y es que Hira no son de los que se han dejado ver fácilmente sobre nuestros escenarios pese a su procedencia tan cercana. Los guipuzcoanos han editado uno de los discos más destacables del año en este estilo. “V” es un trabajo redondo que bien merecería enmarcarse por parte de los seguidores del hard rock melódico, solo tendrán que escucharlo para comprobar la calidad de una banda que tras cinco discos y más de 15 años de trayectoria bien merecerían otro nivel de reconocimiento. Hace tiempo que abandonaron el heavy metal de sus inicios. De hecho, eché de menos que en este repertorio no se incluyera alguno de los temas de “Nortasuna” y sobre todo un segundo discazo de metal como “Oztpoak Gaindituz” para comprobar cómo se acoplan entre su actual tendencia hard rockera. Con su tercer disco “Sic” llegaría el cambio de rumbo, abriendo un camino por el que continuaron con “Delay” y “V”. De estos dos últimos discos fueron los temas interpretados en esta corta descarga que creo no les hizo del todo justicia.
Y eso que la cosa empezó muy bien con “Eztanda” y “Burbuila”, con una banda sonando limpia y fluida, pero a partir de “Zatoz Orain” hubo un pequeño desbarajuste, ya no tanto por el problema de Mikel Lazkano con la guitarra, sino porque de repente el sonido se embarulló bastante. Eso repercutió en canciones como “Kolera” o “Zein Baino Zein”. En los estribillos la voz doblada de Ibai Marín se escuchaba demasiado alta, incluso por encima de la suya, algo que nos impidió disfrutar del directo de una manera más natural. Este detalle, a mi modo de ver, no es necesario cuando se tiene un gran vocalista y se trabaja ese aspecto coral en los estribillos, como es el caso.
Pese a estos apuntes es imposible no disfrutar de la categoría de canciones como “Nire Onena Zu” con uno de esos estribillos que hacen levantar a cualquier hard rockero de su asiento. Incluso a los muertos podría hacer resucitar “Doinu Berrien Bila”, con Mikel sentado con acústica en mano e Ibai interpretando un tema de enorme sentimiento. Una canción de las que no requieren mucho más que tener oídos para apreciarla, porque creo que van mucho más allá de estilos. Es algo para todo aquel con sensibilidad. Y para rematar a lo grande tienen un himno que podría hacerse enorme a nada que en este país los medios se dignaran a pinchar buena música. “Rock To Night” lo bordaron, casualmente ahora que llegábamos al final con un sonido más equilibrado. Los que les conocieron esta noche cayeron en su influjo, pero personalmente creo que pueden brillar mucho más en actuaciones menos condicionadas.
Desde Valencia venían Sextynice, formados por componentes de otras bandas de la zona en 2014. Nueva banda de hard rock muy clásico que no ha tardado en ofrecer un primer disco de hard rock en castellano de título “Despierta”. En el mismo se centraron para repartir muy buen rollo en una actuación muy comunicativa por parte del grupo y, sobre todo, por parte de un vocalista que no paró de animar al personal, hasta conseguir su colaboración. Así ocurrió en “Una Noche Más”, donde los presentes mostraron su predisposición. La versión de “Get The Funk Out” de Extreme también contribuyó a que el público no se quedara frio a la espera del grupo principal. Todo ello dio alas al grupo para aprovechar su corto tiempo en las tablas, terminando con una sonrisa con “No Mires Atrás” después de haber logrado la satisfacción de recoger el calor que fueron a buscar.
Los hay que necesitan muy poco para ganarse cualquier recinto. Gente con un don innato que además de excelentes músicos les hace ser acaparadores de todas las miradas y conquistadores de almas. Uno de esos es Age Sten Nilsen, encabezando este supergrupo llamado Ammunition. Su carisma como frontman y su capacidad como vocalista lo hacen estar muy cerca del nivel de los más grandes del estilo, si no a la par. Pueden parecer palabras mayores, pero es lo que sentimos cuando vimos aparecer a la banda sobre tablas de la Sonora.
Tras 13 años con Wig Wam el vocalista ha formado una banda con la cual seguir haciendo buen hard rock. Para ello se ha rodeado de excelentes músicos, que si bien no tienen esos nombres de campanillas para el público más mainstream, los verdaderos acérrimos del estilo saben lo que se van a encontrar en una banda a la que se unen Erik Martensson (W.E.T., Eclipse) a la guitarra, Jon Pattersen (Bad Habits) a la otra guitarra, Lasse Finbrathen (Wig Wam, Circus Maximus) al teclado, Robban Bäck (Sabaton, Eclipse) a la batería y Hal Patino (King Diamond, Pretty Maids) al bajo. Tal vez no sean los músicos que causen revuelos por sus nombres, pero sí por su gran trabajo desempeñado en cada una de sus bandas. Ello ha desembocado en un primer disco con este nuevo grupo que hará las delicias de cualquier seguidor del estilo, incluidos los de Wig Wam, que encontrarán en esta banda una continuidad mucho más que prometedora. De hecho ese debut de título “Shanghaied” es una realidad que confirma que la categoría de esta banda no se queda en meras palabras y currículums.
Es evidente que la presentación de ese disco fue prioritaria esta noche, demostrando que tienen arsenal propio ya sobrado, aunque no podrían contentar a todos sin rescatar temas de Wig Wam, vigentes por derecho propio en sus manos. Y si ese disco de debut es destacado el directo resulta abrumador. La banda funciona en conjunto, tienen individualidades sobresalientes, pero saben cuál es su papel al servicio del grupo, su imagen está cuidada sin salirse de unos cánones muy propios del estilo y además esta noche sonaron como un cañón. Todo lo necesario para salir por la puerta grande.
“Do You Like It” fue un flechazo que encandiló a todos. Ese amor a primera vista lejos de diluirse solo se engrandecería a medida que pasaban temas como el homónimo “Shanghaied”, “Strung Out” y “Lighthouse”. Una vez ya conocidos un poco más en profundidad se va teniendo confianza como para indagar un poco más en nuestro pasado. En este caso ese pasado es Wig Wam, del cual “Gonna Get You Someday” fue el primer tema recuperado, provocando un mayor entusiasmo aún en el público con un Nilsen que aprovechó para comentar que esta era la primera vez que aquí se interpretaba este tema, ya que con Wig Wam nunca había estado con nosotros. Pues aunque se haya hecho de rogar y no sea con su anterior banda, el momento se hizo muy especial.
Pero no es que necesariamente le tengan que ir a la zaga temas de su nueva obra ya con Ammunition, como quedó claro con un potente y pegadizo “Tie Me Down”, comenzado con un solo de guitarra de Erik Martensson, que aparte de un excelente guitarrista le hacía unos coros espectaculares a la voz principal.
La sonrisa de todos los presentes aumentaba unida a un gesto de admiración ante lo que teníamos delante. Nilsen no paró de comerse un escenario que se le quedaba pequeño a medida que iba entablando una complicidad con el personal que nos hacía verle como ese viejo amigo con el que siempre nos gustar echar un rato. Se colgaría la acústica para interpretar “Road To Babylon”, intimando un poco más con “Heart´s Not In It”, pero sin dejar muy lejos la potencia hard rockera de “Hit Me With Your Bombs”. Porque la actuación permanecería en el nivel más alto de intensidad y calidad en todo momento, sin decaer en ese aspecto festivo que un concierto de este tipo debe tener, como ejemplificó “Take The Enemy”, con la invitación implícita para el acompañamiento con palmas.
Tras un solo de Robban Back para el que tuvo sus coñas el simpático vocalista llegó “Hard To Be A Rock´N Roller”, donde el Age Sten Nilsen ya se soltó por completo, bromeando con uno de los asistentes de las primeras filas con un brazo escayolado, esgrimiéndolo como prueba de lo duro que resulta ser rockero. Una carcajada se había reflejado en su rostro poco antes al ver alguien entre el público con una armónica siguiendo sus temas, lo cual le llevó a invitarlo a subir al escenario para tocar el instrumento en vivo ante el micro en una pequeña improvisación. Un detalle de los que indican la comodidad de alguien que sabe romper el guión. Sirvió de entrada para otro tema de Wig Wam como “Bless The Night”.
Tras un pequeño lucimiento personal de Lasse Finbrathen llegaba el turno de “Give Me A Sign”, tras el cual el vocalista volvió a hacer recaer la atención sobre alguien del público. En este caso dos tipos a los que pilló hablando y cuya conversación interrumpió para decirles que discutieran el domingo o tras el concierto, ya que ahora tocaba disfrutar. Fue una forma de dar entrada a “Silverback” con la que el vocalista bajaría a zanjar todo tipo de problemas buscando pelea cuerpo a cuerpo si era necesario.
No dejaría a su banda abandonar el escenario, terminando la excelente descarga con “In My Dreams”, solicitado previamente por algún fanático de Wig Wam y resultando un colofón del tamaño que merecía una descarga de la que no solo es que nadie saliera descontento, sino que dejaría una inmensa sensación entre los presentes. De plenitud.
*Publicado originalmente en La Mirada Negra.