12 de Noviembre de 2015
Sala Stage Live, Bilbao.
Otra noche de camino a la sala Stage Live de Bilbao, parece como si estuviésemos abonados, llevamos unos cuantos bolos en ese recinto. Esta noche tocaba un poco de hard rock a cargo de BLACK STAR RIDERS, un ensemble conformado alrededor del veterano guitarrista Scott Gorham, ex miembro de Thin Lizzy, nombre con el cual giraron durante un tiempo, y que tocaron por estas tierras. La banda ha evolucionado, ha sumado nuevos miembros y desde 2013 han grabado un par de discos con temas propios aunque siguen de cierto modo rindiendo homenaje al sonido de la banda de Phil Lynott.
Lo del cambio de nombre fue algo justo que personalmente aplaudo, una decisión difícil que muchos no se atreverían a tomar, los BLACK STAR RIDERS se atrevieron y asumen las consecuencias. Está claro que el nombre influye, nos pudimos dar cuenta esa noche. Ya que esta vez no han tenido el mismo poder de convocatoria de sus anteriores visitas como Thin Lizzy. Es una pena porque es una buena banda, con dos buenos álbumes publicados y un buen directo. Supongo que otro tema que influyo en la baja asistencia, fue que al día siguiente estaría en esta misma sala Michael Schenker’s Temple Of Rock, y la consabida (y bendita) saturación de conciertos del otoño bilbaíno.
Al entrar en la sala ya estaban sonando los suizos The Weyers, un curioso dúo conformado por dos hermanos Luke y Adrián Weyermann, que no conocía de nada. Después de su concierto estuvimos especulando sobre el nombre de la banda y de donde venía, pues no fue hasta que me informe un poco para preparar la reseña que me di cuenta que venia del apellido que comparten estos dos hermanos. Luke es el vocalista cantante y Adrián se encarga de la batería.
Son de Zurich y se formaron en 2012, tienen un álbum debut publicado, se titula "A" y salió en 2014, lo último que sacaron fue un EP de 6 canciones titulado "Beep Beep Beep", que salió en abril de este 2015. La música que hacen es inclasificable, al menos para mí. Aunque me atreviera a decir que lo suyo es una mezcla altamente explosiva de rock, blues y powerpop, con ligeros toques industriales.
Lo que hacen es muy entretenido e impredecible, algunos de los amigos presentes nos mirábamos boquiabiertos y alucinados por la curiosa descarga que estábamos viendo. Otro punto a su favor es la escenografía que montan, con lámparas y faroles que le dan un toque mucho más raruno a su presentación, que repito fue bastante bien recibida.
Los segundos en el cartel eran los atenienses 4BITTEN, otro grupo del que no sabía nada. Estos griegos encabezados por la vocalista Fofi Roussos hacen un rock metalizado, bastante modernillo, aunque con guiños clásicos. Le pusieron ganas y no pararon de animar al público, sobre todo el guitarra. La gente reacciono con frialdad antes su show. A mí me dijeron muy poco, solo salvaría a la cantante, que lo hace bien, pero sus canciones carecen de gancho. Venían presentando su último lanzamiento "Rewind & Erase". Los 4BITTEN resultaron ser unos teloneros más bien flojos, nunca llegue a conectar con lo que hacen, para mi olvidables.
Llegaba el plato principal de la noche, salían a escena los BLACK STAR RIDERS, Scott Gorham guitarra, Ricky Warwick cantante y guitarra (The Almighty), Damon Johnson guitarra (Alice Cooper / Brother Cane), el veterano batería Jimmy DeGrasso (Alice Cooper / Megadeth, White Lion, Suicidal Tendencies, Y&T) y el no menos curtido Robbie Crane (Vince Neil Band, Adler's Appetite, Ratt, Lynch Mob). Toda una constelación de experimentados músicos que nos harían pasar una gran noche de hard rock con temas de cosecha propia y un buen puñado de versiones de Thin Lizzy.
Abrieron con "Bloodshot" de su disco debut, "All Hell Breaks Loose", salieron muy motivados, sobre todo el voceras Ricky Warwick que estaba afeitado y además lucía un corte de pelo en plan rockabilly. Sin tiempo más que para unos breves aplausos llego "Jailbreak", consiguiendo ipso facto una gran respuesta de público. Con esta versión de Thin Lizzy ya comenzaron las guitarras dobladas entre el maestro Scott Gorham y el estelar Damon Johnson. Vuelta al presente con dos balazos del nuevo LP, hablo del emotivo "Soldierstown", donde seguimos disfrutando el buen hacer de estos dos grandes hachas, y "Charlie I Gotta Go" con Ricky cantando a gran nivel. No había respiro, otra de los Lizzy, "Are You Ready", vaya si estábamos listos, la gozamos.
Ricky sale con guitarra acústica colgada y se marcan "Hey Judas", una de sus piezas más conocidas que sonó a gloria. Con un espectacular solo que comienza Scott, (que lo tenía a menos de un metro de mi cara) para luego compartirlo en el centro del escenario con Damon. Continuando con una apabullante "Through The Motions", de la última hornada donde destaca el bajo de Rob. Llegaba otro clásico básico de Thin Lizzy, "Waiting For An Alibi", que fue recibida como se merecía y que nos deparaba uno de los grandes duelos guitarreros de la noche.
La marcada sección rítmica conformada por Jimmy DeGrasso y Robb Crane anunciaba "Hoodoo Voodoo", una pieza con mucho Groove incluida en el primer disco, que fue seguida precisamente por la canción que da título a su debut, "All Hell Breaks Loose", muy fiel a lo que se escucha en el álbum con un Ricky Warwick inmenso. Una bañada total con el himno "The Boys Are Back In Town", coreada a todo pulmón por todos los allí presentes, irresistible momento. Como ya dije antes el concierto fue un no parar y así caía otra de sus conocidas, que también tuvo una gran acogida, imposible no moverse con este temazo. De la euforia a un momento no menos emotivo pero mucho más calmado, con "Blindsided", Ricky con su acústica introduciéndonos en esta calmada balada, que dedico a Phil ‘Philthy Animal’ Taylor el mítico batería de Motörhead cuya muerte se había conocido esa mañana. Momento emotivo que por supuesto recibió una gran ovación.
La sala explotaba con la hermosa "Kingdom Of The Lost", con la que casi se me saltan las lágrimas. El show continúo con la fresca "Finest Hour", con ese estribillo que me recuerda a John Mellecamp, un solo de guitarra corto pero precioso. Climax total con “Emerald” de Thin Lizzy, más guitarras dobladas y solos estratosféricos de Scott y Damon, geniales. Antes de marcharse sonó "The Killer Instinct" que da nombre a su nueva obra. La magia del rock and roll en directo.
Los bises llegaron sin marcharse del escenario, “Rosalie” esa joya de Bob Seger, que muchos como yo, conocimos a través de la versión que Thin Lizzy hizo "casi" propia. Allí canto hasta el tato. El final estaba cerca, había que disfrutar cada instante, cada nota. La magia del rock seguía fluyendo. El punto final llego con la magistral "Whiskey In The Jar", un clásico donde los haya, que coreamos con pasión junto a la banda. Un concierto de algo más de hora y media, de una banda que lo dio todo, una presentación a la altura de sus respectivos curriculums.
Ha sido una pasada ver a Scott Gorham y sus chicos con sus canciones y rindiendo merecido homenaje a Thin Lizzy. Me marche a casa con una sonrisa de oreja a oreja y con una púa de Damon Johnson, poco me importo lo tarde que llegue a casa por las vueltas que dio el autobús.