Desde hacia como un mes, David Peñuelas estaba promocionando la fiesta. Y como el año pasado estuvimos y quedó tan bien, nos fuimos a pasar un buen rato.
Estudios Revi Rock 12 de marzo 2016.
Pero lo que nos esperábamos fue la cantidad de asistentes. La fiesta fue todo un éxito. La idea es primero pasar una buena tarde con la música que nos vio crecer (y con la que crecimos), en compañía de nuestros hijos y sobrinos, en un ambiente sano y agradable. Y luego, seguir pasándola bien y hacer nuevos amigos mientras nos re encontramos con los de toda la vida.
Esto con un buen pack de sorpresas. Habia juegos infantiles de los años 80, chapas y comba. Y Pedro Gadner, presentaba su libro Perdido en los 80, precuela de Perdida en los 80. Al principio me despisté pensando que se trataba del mismo libro, teniendo en cuenta que había visto escrito Perdid@ en los 80, pero no. Y una sorpresa es que había vino blanco, un verdejo de Rueda, con etiqueta promocional de la fiesta y del libro Perdida en los 80, y un tinto, Roja Crianza, con la promoción de Perdido en los 80. A módico precio.
David me involucró en la compra de una boleta de la rifa de una guitarra de cristal. Confieso que compré un número para no parecer tacaño, pero yo nunca me he ganado ni un alfiler a menos que lo pague, así que sabía que la guitarra no era para mí. Al final el ganador fue Raúl Ruiz Mateos, un dibujante conquense que a propósito, tenía una exposición de los mismos, y algunos ya vendidos, y que hay dibujos espectaculares. Me hubiera llevado uno de tener pared donde ponerlo.
Al entrar al recinto donde tocarían los grupos, estaba Conan and Friends preparando el sonido. Vi a Pablo Revilla, el jefe de los Revi Rock Studios, cantando con ellos y llegué a pensar que lo haría ante el público, pero no. Para cuando se avisó del inicio del concierto, ya solo estaba Conan al micrófono, arropado por buenos amigos, y tocando tres canciones solamente, pero que calentaron mucho a los asistentes ya que la primera es una versión de Barricada, la segunda es la inmortal “Siempre Estais Alli” de Baron Rojo y el “Bad Moon Rising” de CCR.
Fuera había dos stands, uno de joyería de The Rock Shop con unos anillos y pulseras espectaculares, y el segundo con unas camisetas muy especiales, algo fuera de lo repetitivo que hay siempre en la mayoría de los kioscos de este tipo, pero no tomé los detalles del vendedor en su momento. Luego me comentó Lobezno que es José Herrero y se llaman "Crystal Metal", tienen cosas muy chulas.
La segunda banda fue T3rminus, un grupo que me sorprendió mucho. Había escuchado su disco, Capitulo 1, y no me esperaba una banda tan enérgica. Y es que T3rminus son un grupo de directo, y aunque su disco suena bien, no logra captar la fuerza de este grupo, algo que por demás ocurre más a menudo de lo que imaginamos.
La banda comenzó con “Ya está Aquí”, siguiendo con “El Huerto del Olvido” e “Introspección” y comenzamos a descubrir que además de las canciones del CD tenían un buen arsenal de clásicos para completar como “We’re Not Gonna Take it” de Twisted Sister o “Rock and Roll All Nite” de Kiss, aunque realmente son sus canciones originales las que más gancho tienen.
Una banda bromista y de buen carácter, donde resaltan todos los músicos, especialmente su vocalista Tito Rizo que lleva la voz cantante, y nunca mejor dicho y el guitarrista Rafael Tártaro, todo un veterano, con sus magníficos solos de guitarra y su presencia escénica. Quedé hecho un fan incondicional y espero volver a verlos en directo.
La despedida estaba de parte de Tokio, que ya habíamos visto el año antes en la Sala Live junto a los suecos Houston, pero que ahora sonaron mucho más duros también. Antes de comenzar, David Peñuelas hizo la rifa donde obviamente, no me tocó nada, pero que fue muy divertida, y después de los respectivos agradecimientos, comenzó Tokio, que muchos esperaban con deseos de pasarla bien.
La banda arrancó con “Love Story in Tokio”, continuando con “Ladrones de Sueños” y nos dimos cuenta de algo que no debería ser así pero lo es. Estábamos en una nave, prácticamente ordenada para este evento, con los mínimos recursos, solamente con el sonido de los equipos de los músicos y un poquito más, y aquello sonaba contundente, duro, compacto y al corazón. Además de agradecer al mago sonidista que logró aquello, nos demostró una vez más que no siempre un inmenso PA y muchos kilos de audio logran la comunicación y el sentimiento de complicidad que las bandas lograron esta tarde.
“Bluesman” no es una de mis favoritas, cuestion de gusto personal, pero a partir de ahí la banda lanzó un set rotundo donde destacaron canciones de toda su discografía: “Triste Marioneta”, “Una Noche en la Ciudad”, “Encadenado a ti”, “Face to Face” sonaron muy bien, y Manuel Escudero, arropado por la banda defendió todo el set list como lo que es, un cantante fuera de liga. Magnifica noche.
El año que viene habrá fiesta de nuevo, seguro, lo malo es que no quisiéramos esperar tanto tiempo. A ver si David Peñuelas, Pablo Revilla o alguno de los demás se entusiasman y repetimos.