21 de julio 2017
Plaza Condesa, Ciudad de México.
La tarde caía y con ella un rayo cósmico penetraba los umbrales recónditos del centro ceremonial de la gran Tenochtitlan, mientras el viento soplaba la comunidad azteca anunciaba con júbilo la llegada de cinco jinetes apocalípticos dispuestos a cumplir con las profecías sagradas, en medio del fuego la noche se hacía más espesa ante una danza ceremonial que daba inicio, de pronto desde lo más alto de una gran pirámide hace su aparición un sacerdote con una lápida dorada que al levantarla desde lo más alto se observa que en esta dice: “The Dead Daisies” está en México.
Todo estaba listo para que el “Plaza Condesa” de la Ciudad de México en cualquier momento ardiera en llamas con la presencia de la banda “The Dead Daisies” que por vez primera pisaba suelos aztecas, los condimentos eran los suficientes para dar inicio a una velada con una buena descarga de metal a cargo de: John, Doug, Marco, Brian y David dispuestos a dar el todo por el todo.
Apenas los primero acordes que se detonaron fueron suficientes para que nuestros oídos se sacudieran ante las primeras ráfagas de metal a cargo The Dead Daisies, “Long Way To Go” y “México” fueron los primeros temas que habrían brecha para una larga noche llena de magia, hacer mención de la bandas de donde provienen estos tíos es como restarles méritos propios a cada uno de ellos, ya que la calidad que ellos mismos desploman sobre el escenario es la mejor carta de recomendación que cada uno pueda dar y esa noche la calidad se desplomaba a grandes cantidades.
La comunión que prevaleció durante la velada fue indescriptible, vimos a un John Corabi hincándose ante la manera tan sublime en que Marco Mendoza tocaba ese bajo y por su parte observamos a un Marco bastante apasionado por su trabajo y contagiado por el júbilo de su público que nunca ceso de aplaudir a esta agrupación, dicha motivación excedió los límites permitidos que causaron que Marco se bajara del escenario en plana actuación y recorriera lo largo y ancho de este foro Condesa, por su parte ni que decir de Brian Tichy todo un auténtico guerrero que se esconde detrás de esa batería pero que en el momento necesario hizo su aparición para brindar una autentica cátedra, acabando demolido de sus manos con las que toco la batería por un tiempo prolongado.
Una noche sublime donde nos deleitamos con la presentación del material “Live and Louder”, también escurrieron por nuestros cerebros producciones anteriores los cuales la audiencia azteca coreo, hicieron acto de presencia los Covers de bandas como: “Who”, “Creedence” ("Fortunate Son") que se escucharon y fueron bien acogidos por todos pero uno de los actos más marcados de esa noche fue cuando John recuerda musicalmente a “Dio”, en esta parte hizo un paréntesis y dirigió su mano al corazón y posteriormente al cielo.
Una noche épica en donde la comunión fue totalmente absoluta, en donde la calidez subió a su máximo y el mismo John dirige besos a una chica que se encontraba en los hombros de su novio y ella aparento que se quitaba la camisa ante el mismo vocal, la calidad de la música fue aplastante un buen marco de metal se vivió en aquella noche en donde se escucharon 17 temas degollantes que arrasaron los cimientos de la estructura ósea de quienes asistimos, temas como; "Mainline", "Helter Skelter", "Devil Out Of Time", "Midnight Moses", nos iban preparando para indicarnos que el final llegaba, no sin antes recordar las palabras del gran Marco Mendoza que decía:
“Muchas gracias México vamos a regresar lo más pronto posible, ¡Muchas gracias México!”