Cuidado: spoiler
Fotos tomadas del facebook de la banda, José Luis Martín y Tony González
No sé si es bueno o malo el que Kvelertak haya sido la banda telonera de Metallica en esta gira española. Bueno porque más personas los conocerán, malo porque no importa cuán buenos sean sobre el escenario, Metallica se los comerá con su show. Sin embargo debo decir que la banda lo dio todo sobre el escenario y convenció.
Escuchando sus discos como Nattesferd, que fue el último que oímos, no quedamos muy complacidos, la verdad. Ellos venían de Sevilla y el 4 de febrero, mientras Metallica se toma un respiro y se preparan para su concierto en Barcelona, se van a tocar a Bilbao. Nada, que saben que son nuevos y hay que trabajar duro.
La audiencia los apoyo y aplaudió mucho, y la banda hizo magnifico concierto. De esos que comienzas mirando con desgano y terminas prestándole atención detallada. Los músicos se adaptaron al escenario y Erlend Hjelvik dio todo de sí para alentar a la audiencia. Una buena carta de presentación por si aún no los conocías.
Mientras esperas por la banda principal, ves como la adrenalina se va trasmitiendo, ves las caras de la gente. Y aunque realmente no te gustara y estarías aquí casualmente te das cuenta que se va trasmitiendo una vibración y que algo grande y algo bueno va a ocurrir. Una chica confiesa que los vio por primera vez a los 12 años, otro que si a los ocho, y yo me callo, será mi primer concierto de Metallica.
La espera hacia desesperar a algunos, por momentos se acrecentaban los gritos. Apagar las luces y la habitual entrada de “The Ecstasy of Gold” hicieron enloquecer a la audiencia. Muchos estaban parados a ambos lados de la pasarela por donde entrarían los músicos, quizás por casualidad, quizás para poder tocar a alguno de sus cuatro ídolos, pero cada uno de ellos entro por separado y acompañado de varias personas, posiblemente seguratas.
La emoción tuvo su catarsis con “Hardwired” y “Atlas, Rise!”. La noche demostraría que la banda apuesta mucho por su reciente disco Hardwired…to Self Destruction y lo veo muy bien, quieren vivir el presente y el futuro. Hetfield anunciaría que esta noche iban a tocar mucho material nuevo y algunos clásicos.
Y comenzaron los clásicos con “Seek & Destroy” seguidos de “Leper Messiah”, una de las canciones menos valoradas del Master of Puppets y que jamás me imaginé ver en directo. La tanda la cerró “Welcome Home (Sanitarium)”.
Un apagón sobre el escenario dio paso a un cambio de posición de Ulrich, cuya batería iba sobre una pequeña rotonda giratoria. Vi a Robert Trujillo entregar su bajo y pensé que vendría un momento acústico pero no, la entrada de Hammett me pareció la de “Nothing Else Matter” pero resultó ser la de “Now That We're Dead” donde subieron cuatro cuadrados con superficies acústicas y cada uno de los músicos se acopló a hacer un sencillo set de percusión. A continuación atacaron con “Confusion”.
Trujillo tomó el micrófono para saludarnos en perfecto español y luego de moverse con el paso de rana que lo caracteriza por parte del escenario tocando el bajo y dar algunos gritos de apoyo, dio comienzo a la tan esperada “For Whom the Bell Tolls”. Y aquí nos dimos cuenta que, aunque las nuevas canciones son muy bien recibidas, coreadas y cantadas, hay momentos en que los clásicos se imponen.
Continuaron con “Halo on Fire” y luego llegó la sorpresa de la noche cuando Trujillo anuncio que cantaría una canción de la legendaria banda…. Obús, y junto a Kirk Hammett, quien hizo la entrada de guitarra, la banda atacó el “Vamos muy bien”, incluyendo Roberto el grito inicial de Fortu. El estadio completo, ya volcado a favor de la banda, respondió a una con los coros. ¿Trujillo ha ganado protagonismo en la banda? El hecho de continuar con el solo de bajo que grabó inicialmente Cliff Burton para el Kill’em All, “(Anesthesia) Pulling Teeth” mientras las cuarenta pantallas cuádruples mostraban imágenes del músico tristemente desaparecido, sumado a su desempeño anterior me hace pensar que si, o que al menos así lo han decidido en los países de habla hispana.
El solo de bajo no representó un bajón, sin embargo, la entrada de “Die, Die My Darling” fue como una inyección de adrenalina. Algunos saludos de James Hetfield para darle más energía a la audiencia con “Fuel” y primeras llamaradas de fuego sobre el escenario.
El escenario estaba en medio de la pista, de forma más bien cuadrada, con ocho micrófonos activos por donde tanto Hetfield cantaba como Hammett y Trujillo hacían los coros. Lars Ulrich también mantenía su típica intranquilidad, sacando el culo de su batería cada dos por tres. Unas cuarenta pantallas de video de forma cúbica, con cuatro lados donde continuamente se ponían imágenes, iban subiendo y bajando a cada lado de la pista, la cual permitió ver a los músicos en cualquier posición, moviéndose continuamente. Así, por ejemplo, la canción de Obús la vimos con los músicos de espalda, aunque de manera general Hetfield cantaba cada canción en un lado distinto, y muchas veces después de los solos cambiaba también de posición.
Posiblemente “Moth Into Flame” se convierta en un clásico de la banda, y luego de esta presentación en directo, donde salieron unos treinta pequeños drones iluminados, quienes de forma tanto simétrica como aparentemente anarquica se iban moviendo sobre el escenario, quedará grabado en la retina de los miles de espectadores rendidos ante la banda esa noche.
Continuaron con “Sad but True” y luego Hetfield preguntó para quienes este era el primer concierto de Metalica. La gente no entendió porque no me imagino que para tantos fuera la primera vez. La banda saludó a los niños y cuando vio que en primera fila estaban los padres de un niño de siete años, lo invitaron a subir y Hetfield le decía a Trujillo: “Ask his name” mientras Trujillo le hablaba español al chico que estaba azorado ante tantos ojos puestos sobre él. “Atila”, respondió, y saludó con un simple “Hola” que fue respondido por miles de gargantas. A la hora de bajar, Ulrich hizo amagos de darle nalgadas al crio en son de broma. Otro momento de comunión dentro de la familia Metallica.
Los fans de los ochenta pueden estar dolidos porque se ha eliminado material clásico, pero por suerte no se eliminó “Sad But True”. También tocaron “One”, mientras en las pantallas salían fotos antiguas de soldados de diferentes ejércitos y fragmentos de la película. Otra pieza que será para toda la vida al igual que “Master of Puppets”, vaya par de clásicos del metal. Luego llegó una sencilla despedida, de esas que no convencen ya a nadie.
Regresaron para atacar con “Spit Out the Bone” y volver a la antigua sabiduría con “Nothing Else Matters” que sin dar respiro continúa con “Enter Sandman” que fue la apoteosis y el cierre mientras en las pantallas salía la bandera de España con el logo de Metallica.
Poco más de diez minutos duró la ovación de despedida. Cada uno de los músicos dio su agradecimiento al público por estar ahí, siendo el de Lars el más sentido, quien dijo que hacía 31 años desde el primer concierto de Madrid y agradecía que desde ese día cada vez que venían eran más, más, más y mucho mejor recibidos. Efectivamente. Aunque el día anterior comentaban que aún quedaban algunas entradas de pista, el recinto estaba repleto y no cabía ni un alma.
Larga vida a Metallica. Una banda que a pesar de estar en el Olimpo de los dioses del metal no se han dormido en los laureles, haciendo conciertos impecables y variando su repertorio según el lugar donde toquen.
Casualmente ese mismo día había leído en El País sobre El Síndrome de Jerusalén: enfermedad mental asociada a la exaltación que provoca visitar los santos lugares, o sitios con tanta carga emocional que desatan literalmente la locura. Y el sábado el WiZink Center se transformó en ese lugar con tanta carga emocional que desató literalmente la locura durante poco más de dos horas. Locura por Metallica.
Coda
Coincidiendo con la gira española del grupo, llegó a las librerías la biografía de Paul Brannigan e Ian Winwood 'Nacer · Crecer · Metallica · Morir'. Espero lo compréis.
Estuve conversando con Juan Destroyer, nuestro hermano de la Heavy y me dijo que en esta ocasión no pudo entrevistarlos. Lo siento, porque cada vez que Juan coge a Metallica los exprime y conocemos cosas muy interesantes.
Los grandes periódicos se hicieron eco de esta gira, lo cual me sorprendió. El Mundo habla del libro y algunos excesos morbosos para atraer la atención, RTVE habla de 16 000 fans en una crónica mucho más seria. Y seguro hay más...Metallica ha llegado a la prensa diaria.