Escrito por Tony González
Desde 1997 en activo y ya este es el décimo tercer disco del vocalista y compositor Steve Newman. Lo conocemos desde hace años y siempre nos preguntamos por qué su popularidad en España al menos es casi insignificante. Las respuestas nos llevan todas al campo extra musical.
Después de la salida de su anterior disco,
'Ignition' en marzo 2020, la banda anunció que estaría en el HEAT festival en Alemania a finales de 2020. Todos sabemos lo que realmente ocurrió, pero cuando los músicos vieron, en julio 2020, que nada podría hacerse, comenzaron a trabajar en un nuevo disco de estudio. Violentando un poco la manera en que tenían planeado actuar, fue en abril de 2021 cuando la mezcla se completó.
Dándole una primera escucha a "Into The Monsters' Playground", podemos pensar que Newman ha seguido el camino de los discos anteriores, magnificas piezas de rock / AOR con unas guitarras potentes y todo rozando la perfección, pero si penetras un poco más en cada pieza, comenzaras a sentir que el sonido ha cambiado algo, o no sabemos si hemos sido nosotros los que hemos cambiado.
Desde el inicio escuchamos que los teclados han tomado un ligero protagonismo sin llegar a los solos del instrumento, al mismo tiempo, las guitarras son más cortantes y las tres primeras canciones “Start This Fire”, “Timebomb” y “Hurricane Sky” tienen alta dosis de energía, antes de pasar a “I’ll be the One” donde el ritmo es marchoso, pero la pieza va más lenta. Es algo que sentiremos también en “Icon”, que va mezclando momentos más enérgicos con otros más lentos. Tampoco recuerdo que a esta banda le guste jugar habitualmente con los contratiempos, como hace en “Don´t Come Running”, lo que le hace ganar fuerza, aunque creo que esta no será el tipo de canción que la banda defienda en directo, aunque es preciosa y tiene gancho.
La segunda mitad del disco aporta ligeros toques progresivos con “Lightning Tree”, otra canción que llega al alma con su ternura antes de pasar a la rockera “Give me Tonight” con un trabajo armónico vocal destacado y un solo de guitarra épico. No por gusto vemos que, en directo, tres de los músicos acompañaran a Newman. Mientras, comienza la canción título que apuesta por la fuerza y que inicialmente no muestra nada destacable hasta que comenzamos a escuchar el trabajo que ha hecho Steve usando diferentes timbres de su voz, ¡genial!
Mirando los créditos del disco, vemos que Newman ha hecho todos los teclados y guitarras, ¡incluyendo los solos!, asombroso. “Spirit Cries” es una balada con optimismo en la letra mientras que “Shadow of Love” vuelve a complicar la composición, con una introducción que una vez más roza el progresivo, aunque Steve no quiere ofrecer largos recorridos instrumentales. Termina con “This Life Alone” demostrando que ha trabajado para que, existiendo sus diferencias, las canciones le salgan hermanadas.
El disco fue producido por Steve Newman; grabado en los Chrome Dome Studios de Londres, y como es habitual, todas las canciones fueron escritas y arregladas por él.