Pasión y alegría a partes iguales.

Han pasado unos días y aun se habla del concierto de presentación de "2038" en Madrid. No solo el público llenó sus muros de Facebook con loas a la banda, sino que la propia banda hizo el comentario en su página de Facebook del cual reproducimos un fragmento: “Hay veces que la realidad supera a la ficción más delirante que se pueda imaginar. Lo de ir a Madrid y tener la sala Sound Stage hasta los topes con el cartel de "entradas agotadas" es uno de los hitos de nuestra historia que seguro vamos a recordar más allá de lo que nuestra memoria pueda alcanzar. Pero lo más alucinante no fue eso, lo del público que estuvo allí no tuvo nombre. ¡Qué calor humano, qué euforia, qué manera de corear cada tema! De traca.” Y no han exagerado un ápice.

Pero vamos a contarles lo que allí se vio. Aunque fuera solo había tres o cuatro fumadores insistentes, al entrar vimos la sala ya repleta y la posibilidad de encontrar un buen espacio para hacer fotos muy limitado. Ya la semana anterior también me asombró ver la Sala Mon repleta, pero era el cartel de aquella tarde-noche: Cannibal Corpse, The Black Dhalia Murder e In Arkadia, del cual nuestro colega Juan Raúl escribió, pasando la gira por Bilbao. Y ahora Sound Stage igualmente repleta.

Pero el reto era mayor: un solo grupo, de Castellón, y con solo tres discos de estudio. Pero era nada menos que Dry River, esa banda que desde que los vi por primera vez en directo en la Sala We Rock presentando “El que tenga algo que decir…” solo han hecho mejorar y ser más audaces en sus composiciones, que mezclan su música a veces hasta con un toque de locura, y que con 2038 nos han regalado una colección de canciones que, si predominara el buen gusto, formarían para esa fecha parte de decenas de antologías de lo mejor de la música universal. Y no exagero tampoco yo.

La presentación de la banda la hizo Fanfi García. No sé si es por la cara, o el cuerpo, pero Fanfi trasmite buenas vibraciones, y es conocido por los seguidores de la banda, que lo recibieron con fuertes aplausos y gritos.  La banda entró, presentando como primera pieza, “Fundido A Negro”, mientras Fanfi entraba con un traje irrespirable.

En la reciente entrevista que les hicimos en las oficinas de Rock Estatal ya nos comentaron que tocarían muchas canciones de este disco. Continuaron con una pieza de su primera obra, “Pequeño Animal” y como tercera pista entró “Rómpelo”, con toda la sala coreando casi cada verso, y  gritando con el estribillo en un éxtasis de locura. Ya la noche les pertenecía. Se atrevieron con una canción triste y poética, “Frascos Vacíos”, que no apagó las ganas de fiesta.

Carlitos intentó explicar detalles de “Me Pone A Cien”, pero los gritos de la audiencia a los que él prestaba atención, le impidieron soltar más de unos detalles antes que sonara la música. A continuación se atrevieron con “Camino” y una pieza que sale un poco de lo esperado, que es “Al otro Lado”. Ángel Belinchón canta con un toque Blues/Soul que si bien en disco ya resalta, en el directo lo hace con tanta pasión que a pesar de la alegría generalizada, arrancó alguna que otra lagrimilla, pero no  de tristeza, seguro que no. ¡Qué manera de cantar! Lo  de dioses de salón y sabios necios lo bordó al detalle. No recuerdo muy bien si escuché los coros femeninos, pero no me hizo falta,  Ángel ocupó todo el espacio.

Pensábamos si se atreverían con “Pean”, y se atrevieron, pero llevándolo mucho más lejos, mezclando partes de la canción con partes de “Oda al Líder” y otras, en lo que ellos llaman “Prog Medley”. ¡Muy fuerte para algunos! No.  Ni siquiera para el padre de Carlos que vino de Castellón a verlos y constatar que su hijo y su banda ya triunfan en la capital.

 Durante la entrevista cuyo enlace ya les puse antes (no se la pierdan) bromeábamos sobre mi canción favorita de Dry River, que es “Irresistible”. Indisoluble, inalterable, irrepetible…. Una canción que es la alegría en estado puro y un Fanfi bailando desbordante mientras todos corean el estribillo. Y si, había mayores, había jóvenes, debía haber niños, pero ninguno estaba allí por casualidad. Todos tenían una copia de 2018 en su casa o en su bolsillo. Las camisetas de Dry River adornaban los pechos de las chicas y los pectorales de los chicos y no tan chicos. Una comunión tribal.

 “La Mujer Del Espejo”, fue inesperada, pero no “Bajo Control”, una de las piezas más coreadas, jugando vocalmente con el público por parte de Belinchón, antes que Carlitos nos dijera que se iban  “Con La Música A Otra Parte”, mientras se retiraban.

Llegaron los bises, Fanfi se hizo el serio y salió a preguntar si queríamos más, y la banda atacó “Me Va A Faltar El Aire”. Volvieron las lagrimillas. Mi falta de léxico solo me ha incrustado una palabra ante la manera en que se tocó esta canción: ¡Cojones!, pero no así, sino ¡Cojoooooooooones! ¡Qué manera de tocar! ¡Qué manera de cantar! Han pasado los días y este momento aún lo tengo fijo en la cabeza. Y aunque veo egoísta que “no quieras cargar con mi equipaje”, entiendo por qué ya es una pieza que va a romper corazones al más puro estilo romántico. Esta canción la escucharé miles de veces en mi vida, y además de no exagerar, sé también que no seré el único.

 “Cautivos” parece una canción menor, pero la letra tiene, como el resto, detalles que la hacen interesante. Una pieza suave para atenuar las emociones desbordantes que provoca “La canción del asma”. Pero la banda iba a cerrar con fuertes emociones, atacando con el clásico “Traspasa Mi Piel”. Y sentí que todos estábamos allí por alguna razón espiritual y profunda que nos ha marcado desde tiempo atrás. Tremendo cierre para una noche espectacular que nos cargó de energía.

Hay músicos en Dry River de los que se hablará poco. Tener al frente a Angel Belinchón y Carlos Álvarez y al fondo a Pedro Corral puede opacar la labor del resto sobretodo para los que miran la primera línea. ¿Pero se han dado cuenta de los solos que hace Matías Orero, de las armonías que aporta? ¿No sienten la fuerza y el empuje de las cuatro cuerdas de David Mascaró? ¿Han prestado atención a Martí Bellmunt y todo lo que gracias a él suena en segundo plano? Una banda de cinco estrellas.

Todo lo que te cuento es solo un pálido reflejo de lo que allí pasó, por eso lo único que te puedo decir para que te convenzas de que estamos hablando de uno de los mejores directos sobre esta tierra es: ¡Vete a ver a Dry River!

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